La llegada de turismo nacional, al que Canarias ha confiado la reactivación del sector este verano, peligra debido a los altos precios de los billetes para viajar a las Islas en los meses de julio y agosto. El encarecimiento de los vuelos no es un problema nuevo, pero la puesta en marcha de la industria turística tras más de un año paralizada por la pandemia, ha vuelto a poner sobre la mesa la desventaja competitiva del Archipiélago al depender de las conexiones aéreas. Los hoteleros advierten de que las elevadas tarifas está ahuyentando a los turistas nacionales y, de hecho, Canarias solo logra captar algo más de una de cada diez reservas de vacaciones que se producen en España.

Lo cierto es que los precios que debe pagar una familia de cuatro miembros que quiera pasar unos días de descanso en el Archipiélago no están al alcance de todos los bolsillos. Cuatro billetes de avión desde Madrid a Tenerife o Gran Canaria en la segunda semana de agosto superan los 1.600 euros, mientras que esta cifra se eleva por encima de los 2.000 si se quiere viajar a alguna isla no capitalina. Las tarifas para mediados de julio, aunque algo más asequibles, tampoco son aptas para cualquier economía, ya que supera los 1.100 euros para cuatro pasajes. Esa misma semana de julio, una familia podría viajar a países competidores como Grecia por poco más de 500 euros o al Caribe pagando algo más que la tarifa establecida para las Islas.

«Con los precios que hay va a ser imposible recuperar un porcentaje importante de turistas peninsulares», señala José María Mañaricua, presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT) de Las Palmas. Algo que preocupa, ya que Canarias tenía la vista puesta en el visitante peninsular para no perder el verano, después de que en el primer cuatrimestre el destino haya perdido un 86,4% de los turistas que recibió en el mismo periodo de 2019.

El alto precio de los vuelos a las Islas está favoreciendo el incremento de las reservas hacia los destinos de costa peninsulares, que están logrando captar un mayor número que las que registra Canarias. «Somos un destino súper querido a nivel internacional y el hecho de seamos españoles y que nuestro principal cliente no lo sea ya es indicativo de que pasa algo», expone Jorge Marichal, presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel). Explica que en Canarias la competencia entre las aerolíneas es escasa y todavía lo será aún más. «Muchas compañías han sufrido mucho y van a estar comprometidas de aquí en adelante», valora el también presidente de la patronal hotelera nacional, por lo que advierte que es difícil que los precios se reduzcan. Por eso, insiste en que se debe «apoyar a empresas e iniciativas que puedan generar conectividad en las Islas, más si tienen sus intereses focalizados en ellas».

La preocupación se extiende también a las patronales hoteleras de Fuerteventura y Lanzarote que ven el alza de los precios una dificultad para la reactivación del sector. «La diferencia es abismal y la gente renuncia porque vale más el vuelo que la estancia de una semana en el hotel», lamenta Antonio Hormiga, presidente de los hoteleros en Fuerteventura.

Sin embargo, el anuncio de que Canarias eximiría a partir del 31 de mayo de PCR a los viajeros peninsulares vacunados o que hayan superado la covid ha hecho que se incrementen las reservas. Así lo confirma David Déniz, presidente de la Asociación Canaria de Agencias de Viajes y Touroperadores. «Hubo un aumento considerable», indica, aunque advierte que se debe ser cauto, ya que aerolíneas y hoteles han dado mucha flexibilidad y pueden transformarse en cancelaciones.