Canarias debería salir beneficiada en el reparto de las dósis de la vacuna contra el coronavirus si se quiere que las Islas salven al menos la última parte de la temporada de verano. Así lo creen al menos los empresarios isleños, que consideran que el número de dosis que actualmente están llegando al Archipiélago es claramente «insuficiente» para que el territorio pueda afrontar con fortaleza la reactivación económica, que por otro lado, no llegará hasta que los niveles de inmunización sean más altos. Por eso, reclaman que tanto Canarias como Baleares, –dos territorios con una alta dependencia del turismo–, deben recibir una discriminación positiva en la distribución de viales si lo que se busca es que se puedan aprovechar los últimos meses de esta temporada.

«Junio ya está perdido, se están inoculando todas las dosis que están viniendo, pero son insuficientes para lo que necesitamos», lamentó Santiago Sesé, presidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, quien quiso señalar que a diferencia de lo que están haciendo Grecia o Italia, que están priorizando la vacunación de sus islas y zonas turísticas, «aquí no hemos podido sensibilizar al Gobierno para que sea consciente de que necesitamos una discriminación positiva».

Los empresarios también temen que adelantar la supresión de las medidas que han sustentado la economía durante la pandemia puede tornarse en contra de la reactivación. Por eso, indican que al menos se deben mantener hasta que la recuperación esté ya consolidada. «Tenemos una economía dopada y nos preocupa, porque la política económica va avariar en el medio plazo y no podemos pensar que los estímulos que tenemos en el sistema vayan a continuar indefinidamente», advirtió Sesé.

El presidente de la Cámara puso como ejemplo los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que han sido prorrogados esta semana hasta el 30 de septiembre. Sin embargo, en esta negociación el Gobierno central abogó por reducir las exoneraciones de las cotizaciones a la Seguridad Social de los trabajadores afectados, en favor de incentivar las de los empleados que volviesen al trabajo. En Canarias «hay que modularlos de forma sensible porque se ha desplomado la demanda», ya que si llegado el momento se pretende que las empresas acojan a la totalidad de su plantilla sin tener todavía actividad suficiente, «las meteremos en una situación de dificultad que desembocará en ERE», lamentó.

Por eso insistió en que para Canarias «no pueden utilizar las mismas medias que para el resto del territorio» y señaló que hasta ahora ha habido sensibilidad por parte del Gobierno, pero «hay que continuar estando muy atentos».

«Habrá que dar oxígeno a la economía hasta que pueda respirar por si sola», añade Lola Pérez, directora de la Cámara de Comercio tinerfeña, algo que asegura no ocurrirá al menos hasta el final de 2022 o incluso el principio de 2023.

Pérez señaló, durante la presentación del Boletín de Coyuntura Económica del primer trimestre de este año, que no resultará fácil para el tejido productivo canario salir de esta crisis. Los principales indicadores son dramáticos. De marzo de 2020 a marzo de este año, las Islas han perdido más de 4.900 empresas, 130.100 personas han perdido su trabajo y el paro se ha visto incrementado en 57.400. En estas últimas cifras ni siquiera están incluidas las 84.500 personas que están afectadas por un ERTE.

Solo en el primer trimestre del año el Producto Interior Bruto (PIB) del Archipiélago se contrajo un 14,1%, diez puntos más que la media nacional, lo que evidencia el arrastre que el cero turístico tiene sobre el resto de los sectores de la economía. La caída de las ventas del comercio fue del 10,5% y el retroceso en el empleo vinculado a esta actividad del 7,5%, siendo Canarias la autonomía en la que estos descensos han sido más acusados.

La Cámara de Comercio mantiene su previsión de crecimiento para las Islas de entre un 2 y un 5% en este año, por lo que solo recuperaría un tercio del PIB perdido en 2020, si se da el escenario más optimista.

A diferencia de los datos negativos para el primer trimestre, el organismo prevé para el segundo trimestre mejores indicadores interanuales, al darse un efecto al alza al compararse con el segundo trimestre de 2020 en el que la actividad estuvo prácticamente paralizada. Para el tercer y cuarto trimestre del año, sí aprecian que existirá una recuperación progresiva con cierto recorrido, aunque advierten que estará sujeta a la evolución de la movilidad y la conectividad.