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El pergamino de Clío

El batallón sagrado de Tebas

El batallón sagrado de Tebas

El batallón sagrado de Tebas es un caso singular en la historia militar. Fue un cuerpo de élite formado por amantes homosexuales (aprendiz-maestro) que se convirtió en uno de los ejércitos más temidos de la Antigüedad. Según Plutarco «la unión entre amantes aumentaba su capacidad combativa».

El primer texto sobre el batallón que se conserva habla sobre la batalla de Tegira, en el 375 a.C. El creador de tan peculiar unidad fue el tebano Górgidas, un aristócrata que reunió a un ejército de 150 parejas de amantes varones. Reclutó sobre todo a aristócratas que se habían educado en gimnasios en donde las prácticas homosexuales eran habituales. Debemos destacar que el concepto de homosexualidad griego dista mucho del actual. La homosexualidad entre adultos era reprobada gravemente mientras que las relaciones entre un adulto y un joven estaban instrumentalizadas en ciertas ciudades como parte de la formación de los jóvenes aristócratas. Este sistema se basaba en un heniochoi, el de mayor edad y un paraibatai, el joven. El mayor enseñaba al joven valores como la fidelidad, la lealtad o la moderación. Tebas, gracias a este grupo de élite, vivió una corta hegemonía en la complicada política helena del siglo IV a.C.

Como comentábamos, Plutarco fue un ferviente defensor de la homosexualidad ya que según él: «un batallón cimentado por la amistad basada en el amor nunca se romperá y es invencible; ya que los amantes, avergonzados de no ser dignos ante la vista de sus amados y los amados ante la vista de sus amantes, deseosos se arrojan al peligro para el alivio de unos y otros». Según esta línea de pensamiento, el soldado lucharía hasta la extenuación para defender a su amante o vengarle en el caso de que cayera en la batalla.

Como sucedía en otras ocasiones, la mitología reforzó el espíritu de los soldados ya que se veían reflejados en figuras míticas. Durante unos 33 años el batallón sagrado se erigió como la más victoriosa infantería de Grecia. Hasta las batallas de Leuctra y de Mantinea, Tebas estuvo bajo el dominio espartano y, tras las mismas, desplazaron a los espartanos como los guerreros más feroces. Pero esta situación solo duró hasta que Filipo II volvió a casa tras ser rehén en Tebas durante varios años de su infancia. Una vez de vuelta en Macedonia, reformó los ejércitos añadiendo elementos tácticos aprendidos en su ciudad captora. Filipo entró en Esparta a mediados del siglo cuarto a.C. y no encontró resistencia. En la batalla de Queronea en el 338 a.C., Filipo, acompañado del joven Alejandro Magno, venció a los atenienses y a los tebanos, aniquilando al batallón sagrado que luchó sin descanso hasta perecer.

«Victorioso Filipo posó su mirada en los cadáveres y preguntó: quiénes son éstos casi trescientos muertos abrazados entre sí hundidos y acoplados en muerte y en amor.

Le respondieron: son los de Tebas el Batallón Sagrado de Pelópidas de amantes y de amados los viriles de Tebas de la estirpe de Layo.

Filipo respondió: Perezca el hombre que sospeche que estos hombres o sufrieron o hicieron algo inapropiadamente». (Plutarco)

En Queronea se ordenó levantar un monumento en recuerdo al batallón caído. En 1924, cerca del monumento se halló una tumba con 254 cuerpos. El batallón sagrado de Tebas luchó y murió unido.

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