El Tenerife derrota al Eibar y saca el pasaje a la tranquilidad

El Tenerife derrota al Eibar en el Heliodoro (2-1), con un gol tempranero de Roberto y uno cerca del final de Ángel (2-1), y se sitúa en la clasificación con unos 45 puntos que acomodan su permanencia

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Con un tempranero tanto de Roberto López y otro cerca del final Ángel Rodríguez, el Tenerife derrotó a un Eibar que llegó a neutralizar la desventaja del 1-0 con un gol de Corpas al borde del descanso y que, por momentos, maduró una remontada que no supo canalizar en una segunda parte irregular. Mérito también de Juan Soriano, por un parada a Stoichkov con 1-1. La mejor dinámica y la variedad de recursos de la escuadra entrenada por Joseba Etxeberria, fueron insuficientes ante un Tenerife que, con este resultado, se libera de agobios innecesarios en su tránsito hacia la permanencia.

El gol de Roberto López en el minuto 11 fue producto de un óptimo inicio del Tenerife. Concentración, empuje, balón y la intención de acabar cada jugada en un prometedor punto de partida. El cuarto de hora inicial fue claramente local. El equipo de Asier Garitano salió decidido y llevó a la práctica un plan que incluyó novedades. Por ejemplo, la presencia de José León en el puesto de lateral izquierdo –Medrano está lesionado y Nacho fue baja por sanción– dentro de una línea defensiva a la que volvió Loïc Williams. Luego, en el frente de ataque, el técnico prefirió que Roberto López ejerciera de interior derecho y que Luismi Cruz se situara en la mediapunta, por detrás de Enric.

La presión alta funcionó y ahogó a un Eibar que se dedicó a verlas venir en el comienzo y que no pudo evitar el 1-0. La jugada en concreto se forjó en el carril izquierdo, en el que Waldo dio señales de haber recuperado la punta de velocidad y la verticalidad habituales en él y atenuadas por la lesión muscular que sufrió en noviembre. El extremeño entró en el área y conectó con un pase atrás con Roberto López, que batió a Luca Zidane con un toque preciso a la escuadra. El Tenerife había tardado muy poco en poner el partido como más le convenía. Ventaja en el marcador para protegerse y romper a la contra con los espacios que podía dejar atrás el rival.

Pero la reacción del Eibar no se hizo esperar. Los de Joseba Etxeberria se reactivaron y respondieron con rabia. Empezaron a atacar con más frecuencia y agresividad a un Tenerife menos consistente de lo conveniente. La separación entre líneas fue una invitación para que los azulgranas no solo se adueñaran del balón, sino que fueran cogiendo confianza en su propósito de elaborar un fútbol tan práctico como incisivo. Con dos o tres pases, cargados de mala idea, se plantaban en las proximidades de Juan Soriano. Los cambios de orientación, especialmente a la banda tapada por el improvisado lateral José León, comenzaron a erosionar la resistencia de los blanquiazules. Ya en el minuto 22, Tejero contó con una ocasión iniciada en un saque de esquina. Le faltó puntería. El encuentro se jugaba en la mitad del campo local, aunque los de Garitano conseguían estirarse de vez en cuando. En el 23', Roberto López quiso resolver por su cuenta una transición abierta tras una recuperación de Luismi Cruz. Precipitado. En realidad, la tendencia siguió bajo la mayor insistencia de un Eibar que volvió a tocar a la puerta del gol con una volea de Corpas, libre de marca, tras un mal despeje de León. Después de un eslalom con chut raso de Waldo, el Eibar tuvo otra. Esta vez, con la intervención del árbitro, que cortó, sin querer un pase a Stoichkov, propiciando un balón a tierra que aprovechó Matheus para disparar a las manos de Soriano. Un aviso tras otro.

El Tenerife había ido escapando por los pelos, pero no se libró del empate antes del intermedio. Golazo de Corpas con un ajustado remate a media altura, al palo más alejado, ante el que no pudo hacer nada Juan Soriano (41'). Un medido pase de Matheus había dejado en evidencia la solidez defensiva de un Tenerife que sufría demasiado a la hora de contrarrestar el repertorio ofensivo de un Eibar nada conforme con el resultado.

La segunda mitad prometía, pero tardó demasiado en animarse. Se enfrió enseguida con una lesión de Nolaskoain y un doble cambio realizado por Etxeberria. A la vuelta de la pausa, el Tenerife se quedó a medias. No dio el paso de volcarse en la búsqueda del triunfo y tampoco le funcionó la opción de darle la iniciativa al adversario para sorprender al contragolpe. Partido largo y un punto que iba cogiendo cada vez más valor. Durante un buen rato, el único pico de interés estuvo en una presión de Ángel –entró por Luismi en el 61'– a Luca Zidane que el portero solventó con frialdad y clase.

El Eibar tampoco quiso arriesgar. Pero con eso le dio para acercarse al gol. Lo impidió el de siempre, Juan Soriano, con un paradón de los suyos. Y con el mérito de haberle ganado el pulso a todo un especialista como Stoichkov, cuyo remate dentro del área tropezó en el guardameta. La jugada había nacido en una pérdida de Roberto en el centro del campo (56'). Un regalo que pudo costar muy caro.

De ahí en adelante, fue cogiendo cuerpo la sensación de que el encuentro no se iba a desatascar de ninguna manera. El Tenerife apenas llegaba al área contraria y el Eibar lo hacía a cuentagotas y sin contundencia. La muestra, una falta con barrera de Aketxe en la que el Heliodoro se temió lo peor. La ejecución acabó en córner.

El guion dio un giro inesperado con la entrada de Teto por Enric Gallego en el 78'. El canterano dinamizó el juego de ataque y abrió una vía que no estaba utilizando el equipo. Al fin, un apoyo entre líneas para escalonar una fase ofensiva que había ido perdiendo fuerza. Ese movimiento de piezas le dio al equipo la posibilidad de tener más el balón en la zona de influencia. Y en una de esas, cuando el empate ya se había instalado en marcador sin la pinta de querer irse, llegó uno de esos zarpazos que tanto se han echado de menos esta temporada en el Rodríguez López –al menos, en los meses posteriores al liderato en la décima jornada–. Teto controló cerca de la línea de fondo y metió la pelota en el corazón del área para que Ángel superara a Luca a la media vuelta (84'). Gol, éxtasis en el estadio y alivio general, menos para el Eibar, que trató de impedir la derrota a toda prisa, más por acumulación que por claridad. El Tenerife, que acabó con diez jugadores por una lesión de Álvaro Romero, se aferró al 2-1 y no dio la menor opción a un adversario desesperado.

Fin a la racha de cuatro partidos consecutivos sin ganar, tercer triunfo de la segunda vuelta del calendario y, ahora con 45 puntos, tranquilidad absoluta para agotar las ocho jornadas que quedan.