El Betis estuvo 13 años (1972-1985) sin ganar al Sevilla en el Pizjuán. Al revés llegó la racha a 12 (2006-2018). Al Atlético le costó ganar en el Bernabéu (1999-2013). Ganar en el campo del eterno rival no es empresa fácil. Las Palmas no encuentra la manera.

En 2001, año de la última victoria de la UD Las Palmas en el Heliodoro, no se había descifrado el genoma humano (2003). Tampoco reinaba ni se había casado Felipe VI (2004) ni había abandonado La Moncloa José María Aznar. No existía Podemos (2015) ni habían visto la luz Facebook (2004), Youtube (2005), Twitter (2006) o el iPhone (2007). Ni siquiera pagábamos en euros (2002). Tampoco había nacido Pedri González, ahora internacional con la selección española.

Muchas cosas han pasado desde entonces. Pandemia incluida. Pero los resultados no cambian. El empate del pasado domingo no saca de pobres a los dos equipos, situados en la media tabla sin más aspiraciones que escapar de la quema del descenso y pensar en el próximo curso. Pero ahonda en la herida histórica de los amarillos, incapaces de ganar en feudo del eterno rival durante los últimos 19 años. Serán 20 en diciembre, salvo que el sorteo del calendario de la próxima temporada dé una nueva oportunidad a la UD.

En este tiempo, el CD Tenerife ha logrado seis victorias y ha cedido cinco empates contra el cuadro grancanario, que vive su peor sequía en toda la historia de enfrentamientos en la isla del Teide. Lo más curioso es que los amarillos llegaron por delante en la clasificación en siete de ellos, algo que no hicieron valer sobre el terreno de juego. Es más, solo dos veces (14/15 y 18/19) se adelantaron en el marcador... y acabaron perdiendo.

Jugadores como Suso (hombre récord de clásicos), Carlos Ruiz, Aitor Sanz o Dani Hernández no conocen la derrota en un derbi como locales. Mientras, Pepe Mel solo ha logrado ganar uno de los seis que ha afrontado como técnico y no fue en feudo chicharrero. EnGran Canaria, desde 2001, el Tenerife ganó dos veces y puntuó en ocho de sus doce visitas.

Los números de cada partido

Analizado con la frialdad de los números, no fue la actuación del CD Tenerife muy distinta a la de anteriores partidos en el Heliodoro, donde acumula ocho comparecencias sin derrota de forma consecutiva en esta Liga. Remató en doce oportunidades, las mismas que contra el Albacete quince días antes. Repitió secuencia de tiros entre los tres palos (3), sacó dos córners más (8), Dani Hernández hizo las mismas paradas (1) y cometió dos faltas más (18) que entonces. Sí cambió en la posesión de balón, pasando del 64% al 37%, cuestión más motivada por el plan de partido que por el rival. También se echó en falta ese impulso final que dan los cambios de Ramis y que, contra el Alcorcón y el Albacete, sirvieron para dejar los puntos en casa. Esta vez, la participación de Shashoua (tres regates y un tiro) o Valera (cero regates y cero disparos) resultó escasa para las necesidades de su equipo que, aún así, pisó más área que la UD entre el 75 y el 90 (6-2).