La portería del CD Tenerife puede sufrir notables modificaciones en las próximas horas. Para empezar, está cerrado el acuerdo con Jon Ander Serantes. Libre después de acabar su vinculación contractual con el Avispa Fukuoka japonés, el deseo del guardameta era regresar a España. La llamada de Juan Carlos Cordero le ha convencido y firmará hasta el próximo 30 de junio. Aceptará además unos emolumentos bajos para el cartel que poseía antes de su aventura en el Lejano Oriente.

Su llegada deja en una difícil situación a Adrián Ortolá. Señalado por su error en el derbi ante la UD Las Palmas, se le ha invitado a buscar nuevo acomodo en este mes de enero. Su negativa inicial comenzó a replantearse después de la suplencia en el partido de Copa del Rey contra el Villarreal. Un Primera enfrente con la España futbolística mirando parecía un gran escaparate, pero Luis Miguel Ramis eligió a Dani Hernández. Era un nuevo empujón hacia la puerta de salida.

Contenido mientras la inexistencia de bajas comprometía la posibilidad de hacer un fichaje, Ortolá ha conocido en los últimos días que la intención de su actual club era la de incorporar un portero pasara lo que pasara antes del cierre del mercado. La confirmación de que Serantes será blanquiazul y la aparición de una tentadora oferta le ha hecho cambiar de opinión. Y es que el todavía portero blanquiazul puede acabar en el Girona FC, conjunto que acaba de dar salida a Muric.

Además, la dirección deportiva del Tenerife confirmará a lo largo de esta última jornada de mercado la llegada de Germán Valera, canterano del Atlético de Madrid. En función de las salidas, podría concretarse alguna operación más. Waldo Rubio, jugador del Real Valladolid, es el preferido. Ya le ha comunicado a su club que solo vestirá de blanquiazul si tiene que abandonar la disciplina pucelana. Su llegada, no obstante, sería imposible sin que se libere masa salarial