Arranca la Liga Endesa

El Lenovo Tenerife 23/24, un equipo de piloto automático

En su vigésima campaña en la élite nacional el cuadro aurinegro, sin apenas variación en el plantel, mantiene casi intactos la filosofía y el estilo de juego que tan buenos réditos le han reportado en las últimas temporadas

Parte de la plantilla, y cuerpo técnico del Lenovo Tenerife, en un entrenamiento de pretemporada.

Parte de la plantilla, y cuerpo técnico del Lenovo Tenerife, en un entrenamiento de pretemporada. / Carsten W. Lauritsen / Andrés Gutiérrez Taberne

En una nómina con apenas tres caras nuevas, el del Lenovo Tenerife 23/24 es un proyecto de una innegable línea continuista. El de un equipo de piloto automático y cuyo baloncesto fluye casi por inercia. Por conocimiento mutuo de su plantilla y por las altas dosis de inteligencia que presiden su estilo de juego. En su duodécima temporada seguida en la Liga Endesa –la vigésima en la élite si se tienen en cuenta sus anteriores etapas en ACB y un año en Primera– el conjunto preparado por Txus Vidorreta mantiene a casi todo el bloque que el curso pasado conquistara la Intercontinental, se quedara a un suspiro de ganar la Copa del Rey, se colgara el bronce en la BCL, y además volviera a repetir presencia en las series por el campeonato de la ACB.

Un listón elevado

Precisamente ese elevado –y a la vez merecido– listón establecido gracias su superlativa trayectoria de ejercicios anteriores será uno de los aspectos con los que debe convivir este equipo a lo largo de la 23/24. Exigencia previa para un club que parece haber alcanzado –o como mínimo podría estar cerca de ello– sus techos deportivo y económico. Un modo de vida, entre los grandes de cada una de las competiciones a las que se asoma, que se mueve entre dos aguas, la de la cautela de los rectores del club, y la de la ambición de su vestuario, donde la palabra título –sin necesidad de especificar cuál– ha dejado de ser tabú desde hace mucho tiempo.

Semanas de parcheo

Pese al aval más que sólido que posee el plantel canarista, no parece encontrarse este Lenovo Tenerife en las circunstancias más propicias para tratar de repetir sus parámetros habituales en sus inicios de curso, arranque en el que los conjuntos de Vidorreta ofrecen un rendimiento más que notable. El 9-1 del pasado ejercicio es el ejemplo más notorio. Y como el curso anterior, llega el Canarias a su puesta en escena con solo dos amistosos disputados, aunque en esta ocasión con varios condicionantes paralelos. Sin el regreso de sus cuatro mundialistas hasta bien entrado el periodo de preparación y, además, un buen puñado de lesionados –el de mayor relevancia es Fran Guerra, con una rotura de fibras–, el día a día de estas semanas más recientes ha sido un continuo parcheo para Txus Vidorreta y su cuerpo técnico.

Un inicio de cuidado

A estas limitaciones se añade el arranque del calendario, que para abrir boca dejará tres partidos de máxima exigencia, todos ellos ante posibles rivales directos por la zona media-alta, en solo ocho días y con dos desplazamientos de por medio: Unicaja, Valencia (en el Santiago Martín) y UCAMMurcia. Sacar rédito en al menos uno de estos compromisos serviría para no moverse por terrenos poco habituales y que podrían obligar a un sobreesfuerzo de cara al primero de los grandes momentos del curso: una nueva presencia –sería la octava seguida– en la Copa del Rey.   

El mismo estilo

Con algún frente abierto menos respecto al ejercicio 22/23, poco variará el Lenovo Tenerife. Ni en caras conocidas, tampoco en número de fichas (13), y menos aún en un estilo colectivo que pasa por ser uno de los más valorados del concierto nacional. Tras la experiencia del curso pasado, los responsables deportivos del cuadro canarista han redoblado su apuesta por un tercer pívot nato. A la consolidada pareja Shermadini-Guerra se sumó el año anterior Diagne, que con el paso de las jornadas demostró –salvo contadas excepciones– ser solo un abnegado complemento. Ahora, con la llegada de Dusan Ristic la posición de cinco debe dar un salto real. Por la calidad que atesora el serbio, y por una cualidad, la de la amenaza desde más allá del 6,75, que le diferencia de Gio y Fran.

La limitación de cupos

Donde más justo va este Lenovo Tenerife 23/24 por número de efectivos, es en lo que a cupos se refiere. Con la marcha de Diagne, Sergio Rodríguez y Bolmaro, el conjunto aurinegro solventa los requisitos competitivos –sobre todos los de la BCL– con la repatriación de Álex López y la llegada de Édgar Vicedo, que está llamado a dar minutos de descanso a Doornekamp y Abromaitis en la posición de cuatro.

La fortaleza en casa

Con el deseo y ambición de plantar cara a cualquiera de los rivales que se le pongan en el camino, buena parte de la suerte de este Lenovo Tenerife pasa por el Santiago Martín. El recinto de Los Majuelos se ha convertido en una plaza casi inexpugnable para los conjuntos mortales de la Liga Endesa. Allí, al margen del Madrid y del Barça solo ganaron el pasado curso el Murcia, tras prórroga, y el Unicaja en el infausto playoff que supuso la eliminación de los canaristas en cuartos de final. Este sábado, en el Carpena, el Canarias puede vengar lo ocurrido en aquella serie y, de paso, comenzar con buen pie otra prometedora andadura en la élite nacional.