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Liga Endesa

Otro mal cuarto condena al Lenovo

Un 27-11 recibido en el segundo periodo lastra al cuadro lagunero en Valencia (92-88) pese a ser capaz de reponerse a 19 puntos de desventaja

Wiltjer y Shermadini tratan de taponar a Tobey. Efe

Un pésimo segundo cuarto, esta vez el segundo, en el que encajó un incontestable 27-11, ha condenado al Lenovo Tenerife en su visita al Valencia Basket (92-88). Los aurinegros firmaron un más que aceptable arranque (13-16), pero en cambio fueron una caricatura de sí mismos en los diez minutos siguientes, en los que no fueron capaces de ver aro y, sobre todo, ser mostraron muy blandos en sus labores defensivas. Así, los isleños se fueron 18 abajo al descanso (47-29) y llegaron a estar con una desventaja de 19 ya en el tercer cuarto (54-35).

Pero cuando habían tocado fondo, los de Txus Vidorreta recuperaron su mejor versión para ir remontando poco a poco para conseguir igualar la contienda (73-73, 35'). En ese momento de la verdad a los tinerfeños les faltó el mismo acierto de los minutos previos, hasta el punto de perder un balón, entre Salin y Wiltjer, que le hubiera podido dar el triunfo con el 87-85. Los tiros libres finales de los locales pusieron la puntilla a los canaristas, donde hasta seis jugadores alcanzaron la decena en anotación, con Gio Shermadini (18 créditos) como el más valorado, al margen de un primoroso tercer acto de Huertas.

Apostó de entrada Vidorreta por Sulejmanovic con la finalidad de atar en corto a Dubljevic, si bien en el otro emparejamiento interior Shermadini sufrió ante la movilidad de Rivero, que impidió una y otra vez las continuaciones del georgiano. Pese a dos canastas sencillas de los locales (4-0), el Lenovo apostó, como lo viene haciendo recientemente, por recurrir al perímetro, y aunque erró sus dos primeros intentos, encontró petróleo gracias a Sulejmanovic, Doornekamp y Salin (8-11).

Con Shermadini produciendo por fin en la continuación y con Emir muy atento en línea de pase, el Canarias mantuvo la delantera hasta el 13-16. Pero ahí, y con las primeras rotaciones, el partido cambió por completo, toda vez que Huertas se puso en dos faltas (la segunda antideportiva) en un abrir y cerrar de ojos, y Guerra regaló tres balones -de los seis que acumuló el equipo lagunero en el primer cuarto- casi seguidos. El Valencia sacó partido de los triples liberados (Rivero y Pradilla) para empezar a poner tierra de por medio.

Lo aguantó el Canarias hasta el término del primer acto (20-18), pero el punto de inflexión fue tal que, con el cuadro local viendo el aro como una piscina, el partido empezó a partirse. Primero desde el perímetro (dos triples de Hermannsson y otro de López-Aróstegui) y luego aprovechándose de las flojas prestaciones atrás de los aurinegros. El parcial taronja llegó hasta el 18-4 cuando apenas habían transcurridos tres minutos del segundo acto (31-20).

Totalmente colapsado en ataque, el Lenovo trasladó su inoperancia ofensiva a una manifiesta endeblez en su lado de la cancha, donde Hermannsson siguió campando a sus anchas. Sin apenas balance y muy flojo en el uno contra uno (tanto lejos del aro como dentro de la zona), el triple de Doornekamp fue pecata minuta para un Canarias que, incidiendo en sus defectos, encajó un 7-0, permitiendo incluso que Tobey acabara una contra (42-25). Todo con el agravante de, ni siquiera, tener en las pérdidas (dos en el segundo acto) como coartada.

Sin acierto en el triple (1/8 en el segundo acto y 4/15 en total) y sin poder cerrar tampoco la sangría que los locales habían producido precisamente desde el 6,75 (5/7 para un 7/13 en total), el Canarias quedó a merced de su rival. Como un boxeador groggy al que no le dan las fuerzas ni para defenderse, el Canarias no acertó siquiera a gastar faltas (dos en todo el periodo). Un mal cuarto (27-11), como seis días atrás en Gran Canaria, pero esta vez de una forma más anticipada había lastrado a los canaristas.

Con Marce ya de vuelta en el inicio del tercer cuarto, el Lenovo mostró otras sensaciones y claridad de ideas en ataque, si bien el intercambio de canastas inicial poco rédito le dio al cuadro aurinegro frente a un Valencia que llegó a tener 19 de renta (52-33 y 54-35).

Pero como si de un diésel se tratara, el Canarias, más sólido atrás, empezó a carburar de la mano de su base brasileño. Marce movió a la perfección a los suyos asistiendo y anotando. Y aunque los laguneros desperdiciaron una bola para el -10, sí bajaron de la distancia psicológica de la decena gracias a un robo finalizado por Sulejmanovic (56-47).

Lo paró Peñarroya y el Valencia respondió con dos triples seguidos a la salida del tiempo muerto (62-47), pero lejos de descomponerse -situación previsible ante lo sucedido anteriormente-, el Canarias apretó los dientes y, con el liderazgo de Huertas (11 puntos y cuatro asistencias en el tercer cuarto) siguió creyendo en la remontada, esta vez con mayor equilibrio, tanto interior (Sulejmanovic y Guerra en rebote ofensivo), como desde el perímetro gracias a los triples del propio Huertas y, en dos ocasiones de Todorovic, el último de ellos desde ocho metros y para llegar a los diez minutos finales solo cinco abajo (67-62).

Recuperadas la identidad y la confianza, el Lenovo Tenerife empezó a ser el equipo de las mejores ocasiones, y aunque desperdició alguna que otra situación para seguir recortando (69-62 y 73-68), no cejó en su empeño y dinámica. Insistencia para morder su desventaja poco a poco merced, de nuevo, a los triples de Sastre y otros dos de Todorovic. La reacción tuvo premio y el Canarias hizo que hubiera partido nuevo con poco menos de seis minutos por jugar (73-73).

Pero en ese miniduelo al Lenovo le sobraron algunas revoluciones. Shermadini se dejó por el camino un balón (quizá con falta) antes de que a los aurinegros se le salieran hasta tres triples en la misma jugada. Un triple de Puerto dejó contra las cuerdas a los isleños (81-75) antes de otro fallo canarista desde el arco sin oposición. Con el tiempo consumiéndose poco a poco (81-77), un meritorio triple de Hermannsson le dio la puntilla a los canaristas (85-78) con 90 segundos por jugarse.

Lo intentó a la desesperada el Lenovo, que se aprovechó una bola extra en una antideportiva sobre Shermadini, traducida en dos libres del georgiano y un triple de Wiltjer en apenas 17 segundos (85-83). De nuevo apareció Hermannsson (bandeja) para el 87-83 (53”). Pero Wiltjer mantuvo la esperanza (87-85), que aún fue mayor con la pérdida de Layberie, pero en el ataque que le podía hacer obrar la machada, un balón al hueco en la esquina de Salin no lo logró recibir Wiltjer, haciendo que la culminación de la remontada se acabara esfumando pese a otro triple del canadiense (89-88).

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