Una parte para amasar y la otra para sentenciar. El Lenovo Tenerife ha sumado este domingo su decimoctavo triunfo del curso al derrotar por 71-97 al Monbus Obradoiro. Un marcador quizá engañoso a tenor de lo visto en los dos primeros cuartos (39-38), pero totalmente justo dada la excelsa segunda mitad, en la que un parcial global de 32-59 definió a favor de los de Vidorreta.

Pese a verse nueve abajo (37-28), los isleños no se pusieron nerviosos, fueron aumentando paulatinamente su intensidad defensiva y de la mano de Huertas (22 puntos y seis asistencias) tomaron el impulso necesario para pasar por encima de un Obra que acabó rendido a la evidencia. A ello sumaron los laguneros una mayor presencia desde el 6,75, ya que tras el 2/5 hasta el descanso se compensó con un 7/10 en los 20 segundos minutos. El más valorado del conjunto lagunero fue Gio Shermadini, que se fue hasta los 25 créditos gracias a sus 19 puntos, cinco rebotes y seis faltas recibidas en menos de 20 minutos en cancha. 

El arranque canarista tuvo precisamente en Shermadini a su gran protagonista, toda vez que el georgiano, fue muy superior a Enoch dentro de la zona. Con los siete puntos de Gio y un par de buenas defensas los isleños pusieron tierra de por medio (0-7). Renta sin embargo efímera toda vez que el Lenovo pagó una deficiente dirección de un Fitipaldo muy acelerado, no dio con la forma de frenar la actividad de Daum (7-7), ni tampoco pudo atar en corto (pese a unos buenos primeros minutos) a un Robertson que clavó dos triples seguidos (15-13).

Sin posibilidad de encontrar situaciones de tiro exterior (a Cavanaugh ni a Doornekamp se le vieron en ataque), el Lenovo siguió exprimiendo la impronta de Shermadini (11 puntos en poco más de seis minutos) y alguna que otra acción hacia dentro de Salin (15-15). Con las rotaciones los laguneros se agarraron a la aportación -aunque intermitente- de Huertas, que se vio liberado para mirar al aro una y otra vez ante un Obra no solo aplicado en secar la producción exterior aurinegra sino que también negó la recepción del pívot en el pick and roll. De esta manera Marcelinho anotó siete puntos seguidos (entre ellos el primer triple aurinegro) para devolver la ventaja a los canaristas (21-22).

Pero la aportación del brasileño resultó insuficiente. Y es que entre otro acierto desde el 6,75 de Robertson, el enorme deseo de Daum (independientemente de cuál fuera su par) que se fue hasta los 15 puntos, y una marcha más hacia adelante que puso el Obradoiro (triple de Muñoz y 2+1 de Pozas, ambos a la carrera), el Canarias se vio nueve abajo (37-28) y con muy malas sensaciones.

El regreso a la pista de Shermadini y una mayor aplicación defensiva permitieron a los laguneros cerrar un tanto la herida (37-34). Pero entre algunos lanzamientos forzados de Gio y el pobre acierto de cara a canasta de los dos bases (5/19 en el tiro entre Huertas y Fitipaldo al descanso), el Lenovo Tenerife no terminó de entrar de nuevo en el partido. Una deficiencia en la que también tuvo mucho que ver la ausencia isleña desde el 6,75 hasta el punto de que tras 17 minutos y medio su bagaje era 1//4. 

Precisamente Salin desde el arco apretó algo más el electrónico (39-37), a lo que se unieron unas notables prestaciones de Yusta sobre Daum y en la ayuda para cerrar el rebote. Mejora que no valió para culminar la remontada antes del descanso (39-38). Un escaso 2/5 en el triple, un más pobre todavía 12/30 en lanzamientos de dos y -quizá lo más significativo- solo seis asistencias repartidas explicaban que el Lenovo estuviera por debajo en el marcador.

A la vuelta de vestuarios el Lenovo reeditó varias de las situaciones a las que se había agarrado hasta el descanso, acciones interiores de Shermadini y canastas de Huertas para resolver el pick and roll para, ahora sí, tomar la delantera (44-50). Sin noticias del tiro exterior, pero más intensos atrás, y pese a desperdiciar algunas opciones extras, los de Vidorreta habían regresado a una cierta normalidad. 

Estado de tranquilidad que ratificó Fitipaldo con sus cinco primeros puntos en todo el partido (triple y penetración) para el 48-57 (28'). Un colchón que permitió a los laguneros meterse en un intercambio de canastas. Ahí de nuevo Huertas (incluso de nuevo desde el 6,75) y Guerra sostuvieron sin apuros a los isleños, que terminaron de romper el encuentro gracias a un parcial de 0-11 cimentado en una mayor producción desde el arco (Butterfield a la carrera) y un par de notables apariciones de Santi Yusta en línea de pase (55-72). 

Ni los dos tiempos muertos de Moncho Fernández ni la zona 2-3 planteada por el técnico local surtieron efecto toda vez que los laguneros decidieron desmelenarse desde el perímetro, con dos triples de Yusta y otros tantos de Butterfield (61-87). El demoledor parcial de 19-47 no solo desequilibró un duelo que parecía destinado (visto lo visto en la primera parte) sino que permitió a los tinerfeños un plácido final para sumar un nuevo triunfo y pensar ya en su duelo de Champions del miércoles contra el Igokea en Bosnia.