“La sensación es que llegamos a este momento de la temporada, seguramente, mejor que nunca, porque siempre, tras las Ventanas, hemos tenido jugadores que retornaban lesionados, caso de Santi Yusta, Rodrigo San Miguel y Javi Beirán”, expresaba ayer en tono de satisfacción Txus Vidorreta, sabedor de la importancia de disponer de toda su plantilla en perfectas condiciones antes de afrontar un tramo final del curso que se le viene atragantando a los canaristas desde que la FIBA ha incrustado en el calendario partidos de selección a finales de febrero.

Menos carga acumulada.

Vidorreta también sostiene su argumentación en positivo basándose en la carga de partidos que suman los suyos. “A estas alturas ya habíamos jugado ocho partidos más en la Champions”. Es por eso que ve a los suyos “en un buen momento para afrontar el sprint final de temporada”, un acelerón que ha catalogado como “largo”. “No vale con esprintar los últimos 100 metros, sino que hay que hacerlo fuerte en el último kilómetro. Estamos en condiciones de hacerlo”, se reafirmó el preparador del Lenovo Tenerife.

Balance negativo.

Un discurso que no lanza Vidorreta por casualidad, sino porque es perfectamente conocedor de que a su equipo le ha costado, por una razón u otra, ofrecer las mismas sobresalientes prestaciones de la primera parte del campeonato. Así, si solo se contaran los encuentros disputados por los isleños tras su regreso a la actividad oficial en esta época del año, el balance en los tres años previos (desde que en 2018 se juegan Ventanas en febrero) es negativo: 21 victorias y 26 derrotas. Un registro bastante deficiente a tenor de que los laguneros están acostumbrados a vivir en positivo en esta época más reciente.

En ‘playoff’ pero sin BCL.

En el ejercicio 17/18 los tinerfeños llegaron al parón copero con un balance de 11-9, y aunque después certificaron su presencia en los playoff, en cuartos no pudieron hacer nada para doblegar al Real Madrid (2-0), mientras que en la Champions los canaristas cayeron prematuramente en octavos frente al UCAM Murcia pese a haber ganado a domicilio el primer duelo de la eliminatoria. En total, 9-9 tras el paréntesis.

Sin título y sin ‘playoff’.

Ya en la temporada 18/19 el parón resultó algo más traumático. Y es que si bien en la Champions los canaristas se metieron en la final (cayeron en la final frente a la Virtus Bolonia gracias a un balance de 3-3, el borrón se produjo en la Liga Endesa. Allí los isleños no solo fueron capaces de mantener la quinta plaza previa al parón (12-8), sino que acabaron quedando apeados de los puestos de playoff tras haber ganado solo cinco de los 14 últimos partidos. Seis derrotas seguidas a la vuelta de la Ventana, y otras dos finales, la definitiva frente a un Fuenlabrada que no se jugaba nada, sentenciaron a los laguneros. El balance en esos meses: 8-12.

Un segundo parón fatal.

Mucho más extraño fue el final de curso la temporada pasada. A principios de febrero los aurinegros eran cuartos en la ACB (13-7) y pese a una victoria contra el Joventut a la vuelta, la pandemia provocó que el segundo parón afectara más si cabe a los de Vidorreta, que en la Fase Final de Valencia quedaron sin opción alguna de colarse en semifinales tras caer en los tres primeros partidos. El registro, incluyendo el 1-1 de la Champions frente al Oostende, 4-5. Aprendida la lección y sin grandes contratiempos aparentes, en el Lenovo Tenerife no quieren bajar la marcha y que, a la vez, la gasolina les aguante hasta junio.