Nada menos que 24 puntos en el partido de la primera vuelta y 23 en el jugado hace apenas unos días. Esa es la particular carta de presentación que Tanaya Atkinson le ha dejado hasta la fecha al Valencia BC. Números más que notable que lejos de ser una mera casualidad son solo dos ejemplos más de la excelsa temporada que se viene marcando, en su estreno en la máxima categoría, la norteamericana del Ciudad de La Laguna Tenerife. Máxima anotadora de la competición, segunda en robos, la mejor de su equipo en asistencias o la tercera de la Liga en valoración son varias de las cifras que así lo atestiguan. Si la de New Haven repite el viernes sus prestaciones habituales -está en 20,8 puntos de media en sus últimos cinco encuentros- las semifinales de Copa no serán una utopía para el Clarinos.

Confianza de todo el equipo. Alcanzar números que viene firmando Atkinson en su estreno en la élite española requiere de una gran calidad, pero también de otros factores añadidos. Tanaya es la jugadora de toda la liga que más lanza a canasta: 15,43 por duelo. Una cadencia que solo se explica gracias a una confianza plena por parte de su entrenador, Claudio García. "De él y del resto del equipo", deja claro en relación a un aspecto "muy importante" para ella en base a su estilo de juego. "En una posición como la mía el éxito solo se consigue teniendo bastante el balón en las manos y jugándomela mucho. Sin la confianza de todo el equipo, es imposible, pero afortunadamente la tengo", argumenta sobre la cantidad de veces que mira el aro.

Incombustible. Y todo, siendo además, la jugadora que más minutos acumula en la cancha de toda la Liga Femenina Endesa, casi 760. Más de 36 y medio por encuentro. El sábado pasado, por ejemplo, y por culpa de una rotación muy mermada, no tuvo ni un solo segundo de respiro. Cuarenta minutos sobre la pista de La Fonteta no solo reservándose para atacar, ya que Tanaya hizo dos recuperaciones. La media de lo que llevamos de curso (2,05) dentro de una faceta en la que solo Roselis Silva (Campus Promete) roba más balones (3,27) que ella. "Espero no tener que jugar de nuevo todo el partido entero, pero si tengo que estar en cancha 40 minutos lo haré sin problema porque soy una jugadora de equipo, como si solo son 10", comenta la estadounidense.

El respeto arbitral. Hasta 4,29 faltas son las que recibe Atkinson por partido. Fruto, la mayoría de ellas, de destacado físico, ese que le permite ser vertical y de acabar la mayoría de sus acciones cerca del aro. Ninguna otra jugadora de la liga va tanto a la línea de tiros libres como ella, que promedia 5,19 lanzamientos por duelo. Una cifras, sin embargo, que incluso podrían parecer ridículas a tenor de la cantidad de contactos que provoca Tanaya y que se pierden en el limbo ante la anuencia arbitral. ¿Falta de respeto por una jugadora aún sin un nombre hecho en el basket femenino español? "Esos temas los separo de mi juego, y solo trato de centrarme de aprovechar mi físico y sacar ventajas de él, no de estar pendiente de los árbitros ni de que me piten faltas", expone. Una reflexión, eso sí, que cuando es más pausada genera en la propia alero cierta "injusticia". "Lo que he tratado estos meses es trabajar más duro y con defensas más fuertes para habituarme a lo que voy a encontrar en los partidos", añade en este sentido.

Aspectos por mejorar. Guarismos superlativos para alguien que se estrena en la competición. Estadísticas que ya quisieran para sí el resto de estrellas de la liga pero que, eso sí, esconden ciertos lunares. Así, Tanaya es la dudosa líder en tapones recibidos (0,86) y segunda en balones perdidos (3,19). "Ambas cosas", responde cuando se le pregunta sobre qué aspecto debe mejorar, si bien, y después de un momento pensando, se decanta. "Aunque sí tuviera que elegir una serían las pérdidas, seguro", añade, si bien reconoce que tantos regalos son, en cierta medida, consecuencia de su estilo de juego. "Durante el partido tengo mucho el balón en mis manos y entre eso y el cansancio es normal que cometa esas pérdidas", concluye. Si Tanaya lograr mejorar estos pequeños déficits, y el resto del equipo le acompaña, el Clarinos tendrá licencia para soñar en lo que queda de temporada.