Parada de todo el pelotón internacional y museo ciclista en Chío

Rafael Delgado y su mujer Victoria Illada regentan un pequeño bar en el barrio de Guía de Isora que se ha convertido en paso casi obligado de los ciclistas profesionales que vienen a la Isla, y a la vez en santuario de los aficionados

El Teide, Masca... y el Bar Parada en Chío. Si los ciclistas profesionales que vienen a la Isla hicieran un ránking de las localizaciones obligadas de paso, una serían las faldas del volcán, otra los parajes que rodean al emblemático caserío de Buenavista, y una tercera, una pequeña cafetería que se ha convertido en una especie de box de las dos ruedas.

"Con apenas 40 años el médico me dijo que tenía colesterol, ácido úrico... No tuve más remedio que empezar a cuidarme, me compré una bici de montaña, me entusiasmé y luego pasé a la de carretera. Y un día se paró aquí Alberto Contador cuando estaba con el Tinkoff". Así define cómo comenzó su idilio con el ciclismo Rafael Delgado, propietario, junto a su mujer Victoria Illada, del Bar Parada, situado en el barrio isorano de Chío. En sus inicios -hace 18 años- de temática futbolera, pero en la actualidad se ha convertido en alto casi obligatorio para cualquier profesional del pelotón, y a la vez en un museo y casi santuario para cualquier aficionado... local y foráneo.

Ya sin apenas hueco para aumentar esta particular colección, en las paredes de su bar Rafa amontona decenas de cuadros de fotos con ciclistas de primer nivel que alguna vez han parado en su establecimiento. La mayoría repite. "Es que esta es la mejor zona de la Isla para ir en bici", cuenta el propietario. También hay marcos con maillots firmados. A la espera de recibir el de Jasper Philipsen, uno de los últimos en la colección, y en un sitio preferente, es el de Remco Evenepoel, junto con una gorra de campeón del mundo. "Siempre lo ponen como alguien estirado, pero para mí es solo un niño ruin... no para de hacerle putadillas a todos los compañeros", cuenta Rafa sobre el belga.

También se aprecian colgadas prendas de otros habituales de la isla, como Koen Bouwman (la azul que le distinguió como rey de la montaña en el Giro de 2022), Edward Theuns, Ion Izagirre, Jordi Meeus... Pero por encima del resto, a los que más cariño guarda son los maillots de Davide Formolo y Annemiek Van Vleuten. Con el italiano (ahora en las filas del Movistar) y con la neerlandesa – retirada el pasado año- Rafa ha encontrado un feeling que se ha acabado convirtiendo en amistad.

Van Vleuten, junto a Rafa Delgado por fuera del Bar Parada

Van Vleuten, junto a Rafa Delgado por fuera del Bar Parada / El Día

Es precisamente ese carisma que desprende uno de los secretos y razones de que los profesionales repitan en su establecimiento. "A Annemiek trataba de cuidarla y tenerle siempre lo que a ella le gustaba comer y beber", relata Rafa sobre la campeona Mundial y Olímpica. "Y al tercer año que estuvo aquí me regaló un maillot firmado. Te lo doy porque eres la única persona que no se ha puesto a pedirme cosas, me dijo", cuenta el hostelero sureño antes de incidir en uno de sus secretos para acabar formando su particular santuario: "Nunca le pedimos nada a nadie, solo una foto".

Esa atención recibida no se quedó solo en simples prendas para colgar en la pared, sino que Van Vleuten quiso ser aún más agradecida. "El año pasado, antes de su retirada, me llamó y me dijo que quería subir por última vez como profesional a Chirche, y que le gustaría que lo hiciera con ella. Dejé a mi mujer en el bar, me cambié de ropa y me fui con ella", relata Rafa, sobre "uno de los mejores detalles" que le viene dejando esta relación con los ciclistas profesionales que pasan por la Isla.

Con Formolo, el vínculo es aún más estrecho. "Es una amistad especial", reconoce Rafa sobre una conexión que ha aumentado recientemente con la implicación del italiano en la cicloturista Pedaleando por la Vida, organizada hace algo más de tres meses por el propio Delgado para apoyar a las afectadas por el cáncer de mama. "Se volcó por completo, pidiendo mensajes a famosos, con regalos y participando en ella", resalta el propietario del Bar Parada, que ya trabaja en la segunda edición de una prueba que se celebrará en febrero de 2025.

Pero lejos de ser el protagonista, pese a aparecer en buena parte de las fotos (su mujer prefiere quedar casi siempre al margen de los focos), la gran atención en el Bar Parada no se la lleva Rafa, sino Tárcila del Mayato. Así se llama un maniquí, ataviado con ropa ciclista, que Delgado tiene situado en la puerta y que capta la atención de todo aquel que accede al establecimiento. "Es nuestra niña", la define Delgado, que solo pide una cosa: "Cuando se saquen foto con ella, que sea con confianza, pasándole la mano por encima", señala entre risas.

Corredores -entre ellos Remco Evenepoel- y staff técnico del Soudal, a su paso por el Bar Parada.

Corredores -entre ellos Remco Evenepoel- y staff técnico del Soudal, a su paso por el Bar Parada. / El Día

Junto a Tárcila se han fotografiado prácticamente todos. Desde su estreno con Contador, pasando por Fabio Aru, Purito Rodríguez, Rigoberto Urán, Remco Evenepoel, Tadej Pogacar... Hace nada también estuvo Tim Merlier, que tras su estancia en Tenerife acabó ganando tres etapas en el Giro. Los más recientes, los integrantes del Bahreim y del Groupama, que se han concentrado estos días en la Isla. A ellos se suman turistas que cogen la bicicleta por diversión y que han conocido la cafetería por las publicaciones en redes de los profesionales. "Como los padres de Jasper Philipsen [tienen un apartamento en Costa del Silencio], que un día nos trajeron el carné de su club de fans", resalta Rafa.

Fotos al margen, el paso a cuentagotas por el Bar Parada de buena parte del pelotón internacional también ha dejado anécdotas varias. "Les ponemos un poco del batido que hacemos con varias frutas más un ingrediente secreto; les encanta y repiten", cuenta Rafa, que incluso ha personalizado y bautizado algunos productos de su carta. "A Dani Moreno le gustó un bocadillo de queso blanco, dulce de guayabo y jamón, le pedí permiso y lo hemos llamado con su nombre; al igual que la Davide Formolo, una tarta de queso que hace mi mujer", cuenta Rafa. Son solo dos detalles más de un enclave que se ha convertido en santuario en el ciclismo isleño. Parada obligatoria para el mundo del pedal.

Acaba la 'temporada alta' en la Isla

Se podría decir que a lo largo de esta semana ha acabado la temporada alta de los ciclistas profesionales en la Isla. Tras un primer bloque en febrero y otro en abril, la tercera etapa propicia para las concentraciones se ha extendido desde mediados de mayo. Después de ella, la mayoría de los que han elevado las cifras de su cuentakilómetros estos días en Tenerife estarán el domingo en la salida de la Dauphiné, test de nivel antes del Tour de Francia. Por las carreteras aledañas al Teide se han podido ver en las dos últimas semanas a hasta cuatro escuadras de primer nivel. Una, la más habitual, el Ineos, con Carlos Rodríguez a la cabeza. Junto a él Jonathan Castroviejo, Omar Fraile, Kwiatkowski, De Plus y Turner. También fueron numerosos los bloques de Bahraim Victorious (Haig, Buitrago, Govekar, Wright, Gradek y Arndt) y del Groupama (Gaudu, Madouas, Geniets, Russo, Rochas y Gregoire), mientras que del DSM se prepararon en suelo isleño Barguil, Onley y Van den Broeck.