Voleibol

El Tenerife Libby's muere en la orilla ante el Hidramar, que se hace con la liga

Al conjunto de Juan Diego García le faltó 'gasolina' en el último set del partido tras remontar, no sin dificultad, un 0-1 en contra

Un partido de altura, impresionante, una auténtica oda al voleibol. Eso fue lo que expusieron el Tenerife Libby's y el Hidramar Gran Canaria sobre la pista del pabellón Pablos Abril en un encuentro en el que el conjunto grancanario le arrebataba el reinado a las tinerfeñas en la Liga Iberdrola tras vencer en el cuarto partido de la eliminatoria final por el título por 2-3 en el último suspiro. 

Al final, el conjunto lagunero no pudo forzar el quinto y definitivo encuentro, que se hubiese tenido que disputar en el Centro Insular de Deportes el sábado, imponiéndose el equipo de Marcos Dreyer por un 3-1 en el cómputo final.

Durante estos cuatro encuentros los dos equipos dieron un auténtico espectáculo deportivo que demuestra que los equipos canarios se han convertido por derecho propio en los dominadores de la Superliga femenina. 

No obstante, el conjunto que dirige Juan Diego García llegó a la finalísima un poco justo en términos generales, faltándole gasolina este lunes para poder disputar un quinto choque ante sus rivales, que fueron físicamente muy superiores en los tramos finales de los juegos disputados.

Y es que la temporada de las tinerfeñas, siendo un auténtico éxito (campeonas de la Supercopa de España y de la Copa de la Reina y clasificadas para la Fase de Grupos de la CEV Champions League), no ha sido muy cómoda, ya que el Tenerife Libby’s tuvo que reinventarse ante las dificultades que surgieron en distintos tramos de la misma. 

Primero fue la salida, el 23 de diciembre pasado, de la estadounidense Avie Niece por motivos personales; y luego la lesión de cierta gravedad de Lisbet Arredondo, el 28 de enero, en el choque contra el Sayre. 

Estas dos incidencias hicieron un roto al equipo por la importancia que tenían estas jugadoras en los esquemas de juego del Juan Diego García, que anunció el 1 de marzo, que su etapa tinerfeña acabaría tras fichar para la próxima temporada con el Roten Raben alemán.

Esas dos bajas de jugadoras supuso la incorporación de refuerzos, los de la norteamericana Brooke Kanas y la alemana Laura Rodwald, que no han terminado de explotar junto a sus compañeras. Una gran losa para un equipo con tan altas aspiraciones deportivas.

Y este lunes llegó el momento determinante. Tras llevar la eliminatoria hasta el límite el Tenerife Libby’s tenía una oportunidad para alcanzar el quinto partido, algo que finalmente no pudo. Murió en la orilla tras tenerlo en la mano.

Inicio tinerfeño frío

Lo cierto es que el grupo lagunero empezó muy frío, una situación que hizo que las visitantes sorprendieran en el primer set con cierta solvencia ante la impotencia local, que veía que se le escapaba un juego por fallos continuos en el saque y el bloqueo, las armas fundamentales del equipo tinerfeño.

En este punto se echó en falta a Julie Lengweiler, principalmente, que estuvo desaparecida en este tramo del choque, al igual que Meg Wolowicz, que se convirtió en una mujer muy previsible para el equipo de Marcos Dreyer, que veía como su único problema era parar una poderosa Lisbet Arredondo. Al final un 19-25 que ponía en franca desventaja al Haris (0-1).

A la postre, fue el juego decisivo, ya que las grancanarias se amoldaron por completo al partido, sabiendo que tenían la baraja marcada del primer set. 

Pero llegó la reacción local en el segundo set. No fue fácil, pero llegó de la mano, por fin, de Julie, Meg, una trabajadora Belly Nsunguimina (la mejor de las tinerfeñas) y la impronta de la siempre necesaria Lisbet Arredondo. Entre ellas, Kanas en la red y una buena recepción supieron parar a las grancanarias tras atar en corto sus ataques por las alas.

En este juego, las de Juan Diego García se despertaron y llevaron el marcador siempre con ventajas de entre 2 y 3 puntos (7-4) gracias a que el Tenerife recuperaba su bloqueo y las alas empezaron a superar el bloqueo visitante con relativa facilidad. 

Eran momentos en los que el Hidramar no tenía claro qué defender y mucho menos cómo atacar ante el inmenso trabajo defensivo de las del Pablos Abril.

Y eso que llegaron a empatar a 10 a las locales, pero un arreón liderado por Lisbet desde zona 4, Aranda desde la red y Meg desde el saque ponía tierra de por medio con tres puntos de ventaja (13-10), diferencia que se fue incrementando hasta empatar en juegos tras un 25-19 (1-1).

En el tercer acto no comenzó muy bien para los intereses locales, ya que a pesar de que Julie inauguraba el marcador, un 0-3 del Hidramar metía el miedo en el cuerpo a las tinerfeñas. Esta situación fue respondida por otro de las azulonas, con posterioridad, para remontar y dejar el marcador con un 5-4.

A partir de ahí, tras diversas alternativas, el momento decisivo del set vino cuando tras otro empate a 18, las Juan Diego lograban otro parcial de 3-0 (20-18), fundamental para certificar la remontada con un 25-20 (2-1).

El Hidramar parecía desbordado por la impronta tinerfeña y todo hacía indicar que el partido se le iba a hacer muy largo. No obstante, fue en el cuarto juego cuando el Hidramar despertó de su letargo y volvió a centrar su ataque en las armas del comienzo: un ataque demoledor por las alas y una buena defensa.

En base a ello, una Saray Manzano muy decisiva fue la que permitió al Hidramar Gran Canaria igualar el choque con cierta solvencia, muy bien acompañada de Sulián Matienzo y Sara Días, ante la impotencia de un Haris que veía como le faltaba oxígeno en el último tramo de esta fase. Solo la magia de Patricia Aranda, Lisbet y Belly permitieron al Haris dar guerra hasta el final en este acto.

A pesar de que el Tenerife Libby's se mantuvo en la línea de igualdad inicial de los anteriores juegos, incluso yéndose en el marcador con un 14-12 que obligaba a Marcos Dreyer a pedir un tiempo muerto, dos parciales consecutivos de 0-2 laminaron a las locales que se vieron con un 17-20 en su contra y el espectáculo de Sulián y Vilviet en la cancha, que determinaron el empate a 2 en el global del partido (18-25).

Con todo por resolver el choque se iba al set decisivo y ahí el Hidramar Gran Canaria, mucho más entero, fue el dominador absoluto llevando la iniciativa. También es verdad que las tinerfeñas llegaron a ponerse a un punto (11-12) tras un bloqueo en la red de Lisbet que llevó la preocupación a las amarillas. 

Finalmente, los errores de las tinerfeñas llegaron en el peor momento posible, una situación que aprovechó el Hidramar para llevarse el set de oro por 12-15 (2-3) y con él, el título de la Liga Iberdrola. Éxito sobre la cancha para el grupo grancanario y decepción de las tinerfeñas que tuvieron en su mano alcanzar lo que hubiese sido el quinto y último partido de la eliminatoria. 

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