Casi a la misma vez que el tinerfeño Luis Claverie daba el paso al profesionalismo, allá por 1997, nacía Álvaro Hernández Cabezuela (12 de febrero de ese mismo año). Durante casi cinco lustros Luichi –como es conocido en el ámbito deportivo– ha sido prácticamente el único referente tinerfeño en el mundo del golf. Ahora, a escasos días de cumplir los 50 años y encauzando ya su carrera hacia el Circuito Senior, Álvaro Hernández Cabezuela parece preparado para tomar el relevo.

Este pasado domingo el aronero se adjudicó el Campeonato de España Absoluto en la categoría Amateur. Lo hizo en la cita celebrada en el Real Club de Golf Guadalmina (San Pedro de Alcántara, Málaga), tirando de regularidad y con mucho temple «en los segundos nueve hoyos» de cada uno de los días de torneo. El sureño firmó tres vueltas calcadas de 66 golpes (-6 cada una), y pese a un borrón en el inicio de la cuarta, recuperó su mejor golpeo en los hoyos finales para lograr el que por ahora, a los 24 años, es su resultado «más brillante». «Estoy asimilándolo poco a poco. Han sido muchos nervios y mucha emoción, y obviamente estoy muy contento», reconocía ayer Álvaro.

Cuatro vueltas que confirman la intención de Hernández Cabezuela de dar el salto al profesionalismo «entre agosto y octubre», para afrontar de lleno el calendario de 2022 entre la élite. Un propósito que «ya tenía en la cabeza desde hace tiempo pero que se ha retrasado por la pandemia», y que nada tiene que ver con caprichos personales. Así lo refrenda no solo su título nacional de este pasado domingo, sino el buen desempeño realizado en el Tenerife Open del Circuito Europeo, celebrado en Adeje a principios de mayo.

Allí Álvaro, único Amateur entre los participantes, pasó el corte para acabar en la posición 48. Una tarjeta más que meritoria pese a que para él «el mero hecho de jugar el fin de semana ya era un premio». Más allá de los resultados, el poder patear junto a los mejores del continente «y ver que tenía el nivel y la calidad suficiente» fue para el deportista isleño «un chute de energía». «Me ha dado una confianza que se ha visto reflejada en los siguientes torneos», admite el sureño.

Tras formarse en la Isla, Álvaro cursó durante cuatro años carrera universitaria en Estados Unidos. Allí terminó de pulirse en su deporte, aunque siempre mirando de reojo a «los golfistas españoles». «Crecí viendo jugar mucho a Sergio García, en los últimos tiempos lo he hecho con Rafa Cabrera Bello, y más recientemente con Jon Rahm», admite Hernández Cabezuela sobre tres «superestrellas» a las que será «muy difícil de igualar».

El tinerfeño prefiere ir «poquito a poco». Sin prisas. En su calendario más cercano, el Europeo individual, y también algunos torneos «de la tercera división europea profesional», una categoría que le está sirviendo a la perfección «para ganar rodaje» y aclimatarse a lo que se encontrará a diario en unos meses. Una progresión a fuego lento que quizá, en unos años, dé a Tenerife otro deportista de postín.