Clara Sanchís | actriz

«Hay una pistola entre el público y yo, y eso une mucho»

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Almudena Cruz

Llega a Tenerife con Veranos del Taoro, que, tras solo una edición, presenta un programa completísimo.

Estamos felices de ir a este festival que tiene una programación que me parece muy especial, muy diferente a todo, y que sucede en un sitio que creo –por lo que me han contado– que es bellísimo. Estamos encantados de estar ahí formando parte de un cartel tan interesante. De hecho, voy a intentar ver todos los espectáculos que pueda. Es uno de esos festivales a los que vas como intérprete pero en cuanto ves la programación lo que estas deseando es, sobre todo, ir como espectadora. Al final lo que quieres es ir a ver a los demás. Además, es verdad que el teatro al aire libre tiene algo realmente mágico. Cuando el techo es el cielo y las estrellas y cuando realmente sientes el aire al trabajar hay una dimensión muy particular que no se parece a nada.

¿Cuánto hace que se embarcó en esta aventura que es la pieza Miércoles que parecen jueves?

Este espectáculo lo estrenamos en Madrid el año pasado y fue un éxito de público y de crítica. Para nosotros fue una gran alegría ver cómo algo en lo que habíamos trabajado tanto y de una manera tan radical estaba funcionando. Como sabes, un monólogo es algo de una gran dificultad y el texto de Millás y la propuesta de Mario Gas son elementos también muy insólitos. Fue una gran alegría ver que el teatro se llenaba todos los días. Acabamos agotando las localidades y es la razón por la que tenemos la maravillosa noticia de que volvemos a ese mismo teatro en Madrid. Volveremos en otoño. Arrancamos ahí y yo tenía en medio otro proyecto que ya hice y hace un mes que hemos reiniciado la gira. Hemos estado ya en Getxo y en Zaragoza. Ha sido maravilloso. Tenemos la gran alegría de que las funciones se han vuelto a llenar y que la respuesta del público haya sido tan interesante. La gente, por un lado, se muere de risa, los ves a carcajada limpia. Por el otro, este es un texto de una gran profundidad y la respuesta del público ha sido buenísima. Ahora vamos a Tenerife y después a la Semana Grande de Bilbao. Este, creo yo, va a ser un espectáculo de largo recorrido porque además se puede hacer en cualquier sitio. La propuesta de Mario es tan teatral que no parece teatro.

El punto de partida ya es muy interesante y encaja bien en el universo de Juan José Millás: el público está esperando una conferencia del propio Millás en la que aparece su personaje, una mujer que pistola en mano asegura que es Juan José Millás y quiere dar la conferencia.

Sí. Diría que es la locura más cuerda o la cordura más loca. Responde a ese estilo millasiano. El personaje que yo interpreto es una gran loca cuerda o viceversa. Dice verdades como puños mirando la vida desde un lugar que no es el actual, desde otro lado, como ocurre siempre con los textos geniales de Millás. Es como si su mente fuera capaz de ver cosas que los demás no vemos. Pequeños detalles –cosas que tenemos delante– él las ve y las aprecia con todas su contradicciones. Y sí, esta mujer sostiene que es Juan José Millás y como no la creen no le queda más remedio que liarse a pegar tiros y secuestrar al público.

El punto de partida del espectáculo es, sin duda, diferente...

Es maravilloso. Y claro, también ocurre que el tema de la identidad, como ves, está intrínseco ya en este arranque de espectáculo. Qué es la identidad es una de las grandes preguntas que Juan José Millás nos lanza en sus textos.

Todo en torno a una premisa: el que domina las palabras, domina la realidad.

Esa frase es maravillosa. Pero empieza antes, cuando el personaje dice que la realidad está hecha de palabras y quien domina las palabras domina la realidad.

Algo que conecta directamente con la faceta más periodística de Millás.

Exacto. Muy bien visto. En realidad, ¿qué estamos viendo ahora todo el tiempo? Desde luego, en el universo de lo político lo que vemos es puro espectáculo. Es el relato está por encima del contenido. El relato es lo que está dominando la realidad y al menos en el tablero de lo político de una manera escandalosa. El mundo está hecho de palabras, estamos hechos de palabras. Construimos el mundo a base de ellas; es fundamentar dominarlas y para dominar las palabras hay que leer. Esa es una de las grandes tesis de este espectáculo. Este personaje lee a muerte.

Y dice también que hay que estar «muy mal» para leer.

Sí, a veces hay que estar muy mal para leer y él ironiza permanentemente con eso. Dice cosas demoledoras pero siempre a través del humor. Millás es un genio, un ser de otro planeta en el amplio sentido de la palabra.

¿Pero el verdadero Millás aparece alguna vez en escena?

No podemos hacer aquí spoiler ni desvelar esto pero tengo que decir que en este espectáculo Juan José Millás, el real, aparece. Ese señor que dice por ahí que es Juan José Millás (risas) aparece. Hay unos diálogos apasionantes entre él y el personaje que yo interpreto, que también es Juan José Millás. Te cuento una cosa muy divertida al hilo de esto, Juan José Millás sostiene que este personaje que ha escrito es la psicópata que hay en él.

De alguna manera la sacó fuera...

Dice que hay una psicópata dentro de él pero que nunca ha tenido el valor, ni el talento, que tiene ella. Es algo que me parece maravilloso.

Este texto, este papel, tiene que haber sido todo un reto interpretativo. No en vano, como comentaba al principio, es básicamente un monólogo.

Sí, ha sido un trabajo arduo, un trabajo de hormiga, de ir metiéndome en el cuerpo estas más de 9.000 palabras fascinantes que te ponen la cabeza del revés. Este es un espectáculo que te da la vuelta a la cabeza y sinceramente creo que sales dudando de quién eres.

Por cierto, usted es además hija de Magüi Mira, otra de las grandes damas de la escena. Precisamente estuvo en las Islas el año pasado con otro monólogo, el de Molly Bloom.

Magüi es mi ídolo. Es una actriz moderna, es una revolucionaria en el escenario y en la vida; como actriz y como directora. Y sobre eso que decías del monólogo, en realidad este es un falso monólogo. Primero, el público está secuestrado y hay un diálogo ahí. Estoy todo el tiempo en relación íntima y directa con el público porque hay una pistola entre ellos y yo, y eso une mucho. Y luego también hay un diálogo con el propio y supuesto Juan José Millás. Ahora es un disfrute hacerlo y me siento la actriz más afortunada del mundo teniendo este texto, pero fueron muchos meses de estudio y de trabajo con Mario Gas, que es un grande de la escena y que ha hecho que este discurso llegue. Lo ha despojado de todo, ha hecho un trabajo esencial para darle al texto de Millás todo su brillo.