Entrevista | Jorge de León Tenor | Ganador de un Premio Talía 2023

Jorge de León: "No seré yo el que se baje de este sueño maravilloso que me regaló la música"

El tenor tinerfeño completa una semana repleta de reconocimientos interpretando 'La fuerza del destino' en Berlín

Jorge de León (La Laguna, 1970) en los exteriores del Auditorio de Tébar (Cuenca).

Jorge de León (La Laguna, 1970) en los exteriores del Auditorio de Tébar (Cuenca). / El Día

El lunes fue galardonado en los I Premios Talía, el miércoles inauguraron un pequeño auditorio en Tébar (Cuenca) que lleva su nombre y este fin de semana interpreta ‘La fuerza del destino’ en Berlín. La semana del tenor Jorge de León (La Laguna, 1970) ha sido intensa. Con él repasamos una carrera que navega a toda vela después de la pandemia. «Mi curiosidad artística sigue intacta», avisa.

A los generales de la antigua Roma los agasajaban con grandes y largos festejos y, en el mejor de los casos, hasta les regalaban teatros al regresar a casa.

Ja, ja, ja... ¡Madre mía! Lo mío ha sido un pequeño Auditorio [sonríe], pero ya en el discurso de agradecimientos conté que si disponer de una calle o una plaza con tu nombre era algo increíble, añadir éste a un espacio escénico es magnífico porque esos lugares tienen algo mágico, que todavía no sé cómo explicar, y en ellos reside la cultura. La vida me ha dado mucho más de lo esperado... Cuando empecé a cantar me conformaba con poder comer de mi talento pero al final he conseguido más de lo imaginado en mis mejores sueños. Y en todo eso incluyo a este bonito Auditorio de Tébar. 

¿En qué momento cambió sus objetivos?

Si pasó yo no fui consciente de ese cambio... Hacer disfrutar al público desde un escenario es algo muy complicado y, sobre todo, sacrificado. Ganarte sus aplausos y la posibilidad de regresar a un teatro que estuvo en tu punto de mira cuando los objetivos reales eran menores es la mayor recompensa.

Con un teatro que lleva su nombre y un Premio Talía en la repisa de su casa, ¿no se estará pensando pasarse al género teatral?

Sabe una cosa...

Diga.

A mí lo que me gustaría es hacer cine, pero tampoco me olvido del teatro y el humor... Sigo disfrutando en un escenario y ahí arriba existen muchas posibilidades, algunas de ellas visibles a través de la ópera y la zarzuela.

Cierto, la ópera es como estar viendo una película de carne y hueso.

Sí que lo es... Y la zarzuela también produce esa sensación porque en ella conviven literatura, vestuario, maquillaje, escenografía...

¿Lo de hacer cine es una espinita que tiene clavada o lo da por descartado?

Bueno, yo digo que es algo que me gustaría probar y ahí lo dejo por si cuela [ríe]... Soy un gran cinéfilo y en general me gusta el mundo de la interpretación, aunque sin ánimo de abrir polémicas, el teatro mueve unas claves que son más puras que las del cine. Claro que me agradaría hacer cine pero sin buscarle los cinco pies al gato porque todas las artes tienen sus cosas y vivir dentro de una de ellas es fantástico.

Cuando uno empieza a amontonar premios, una de dos: o está en esa fase en la que se ha ganado el respeto o la puerta de salida ya está un poquito más cerca.

Pues a mí me deja un rato más en la primera opción... Un premio como el Talía no reconoce una trayectoria sino algo mucho más específico que has hecho en el último año. Buscando la mejor interpretación durante la pasada temporada eligieron a tres cantantes masculinos y tres femeninos: curiosamente el 60% de los aspirantes eran canarios.

La primera vez de todo en la vida siempre tiene algo especial, se lo digo porque nunca antes se habían entregado los Premios Talía en España.

La primera vez nunca se olvida y, además, ésta era todavía más especial porque veníamos de donde veníamos. Que detrás de esto haya una academia que se preocupa por los artistas ya es un sinónimo de seguridad porque significa tener un escudo que nos protege cuando vengan mal dadas.

El periodo de vacas flacas que todos vivimos durante la peor crisis sanitaria de este siglo, ¿no?

Las dudas que se sucedieron en ese ciclo de máxima vulnerabilidad fueron terribles para la sociedad en general, pero a esa gigantesca quiebra moral hubo que sumar el desconocimiento sobre cómo iba a ser la vuelta y qué formato le podíamos dar a los espectadores.

¿Sabría explicar su sensación de vulnerabilidad?

[hace una pausa en la conversación telefónica]. Yo he sido policía y me dieron una formación para actuar en situaciones adversas, pero jamás imaginé tener que vivir unas experiencias de dolor y soledad tan descomunales.

La cultura ha sido una toma de tierra para regresar con más ganas tras la pandemia

En medio de un escenario dominado por la muerte, los aplausos solidarios, el dolor colectivo... La cultura fue capaz de salvar a mucha gente.

Cuando nos encerraron se convirtió en un bien necesario que hizo un poquito más llevaderas aquellas semanas tan trágicas. En ese instante, más que nunca, se consolidó la idea de que «si la cultura te parece cara, prueba con la incultura». A veces no la podemos tocar, pero es lo que nos da una identidad como personas. La cultura ha sido una toma de tierra para regresar con ganas tras la pandemia. 

¿Existe una huella posterior a toda esa hecatombe emocional?

Teniendo en cuenta que vivimos algo nuevo, un hecho conmovedor en el que miles de personas no pudieron ni siquiera despedirse de sus seres más queridos, la crisis sanitaria prendió una llama para afrontar lo que estaba por llegar con unas ideas de renovación de gran calado social y cultural. Dentro de todo lo malo hubo cosas que cambiaron mi vida...

¿Qué cosas?

Una de ellas fue poder disfrutar un poquito más de la compañía de mis hijas, que es algo que casi tengo prohibido durante casi todo el año porque paso mucho tiempo fuera de casa. Pasé el encierro en Tenerife y entre tantas noticias malas pude conectar con los míos y prepararme para la vuelta a la actividad. Yo me he dejado llevar por el mundo a través de este oficio y en todo ese camino me encontré con claroscuros que provocaron cambios emocionales en poco tiempo, pero no me rindo.

¿Ha valido la pena?

Esa es la pregunta [silencio]. Las renuncias de un artista son muy dolorosas, pero no seré yo el que se baje de este sueño maravilloso que me regaló la música.