Entrevista | Marta González de Vega / José Mota Intérpretes de la película 'De Caperucita a Loba'

"Cuando escuchamos a un cómico estamos en 'modo' humor"

Los actores de la comedia que dirige Chus Gutiérrez coinciden a la hora de reconocer que éste es un género cinematográfico que reconcilia a los espectadores con la vida

Marta González de Vega y José Mota, durante el preestreno de la película en Tenerife.

Marta González de Vega y José Mota, durante el preestreno de la película en Tenerife. / Carsten W. Lauritsen

Acaban de mostrar en Tenerife la película ‘De Caperucita a Loba’, un proyecto que se estrena en la cartelera el próximo 5 de abril, en el que Marta González de Vega (Santa Cruz de Tenerife, 1974) y José Mota (Ciudad Real, 1965) comparten créditos. La tinerfeña, además, es la autora del guion de la comedia que dirige Chus Gutiérrez por la que desfilan relevantes cómicos de la escena nacional.

¿Contentos con el resultado final?

Marta González de Vega.-Si la pregunta es: ¿Te gusta la película? Eso es algo que no puedo contestar en este instante porque a mí De Caperucita a Loba me va a gustar en función de lo que el público la disfrute y se ría con ella.

José Mota.- El público se ha reído en el preestreno –De Caperucita a Loba llegará a la cartelera el 5 de abril– y esas risas tienen diferentes edades, por lo que creo que hemos hecho una comedia que toca a varias generaciones. Sé lo importante que es para Marta mostrar este proyecto en casa y las primeras sensaciones son buenas.

¿Faltan unas cuantas risas ante tantas crisis?

M.G.V.- La comedia nos reconcilia con la vida y cambia nuestras rutinas, no solo el ratito que estamos en el cine, sino un poquito más. Por eso hay que consumirla con cierta frecuencia. ¡Es saludable!

J.M.- Son un bien preciado. Ya lo eran antes de que nos encerraran... Esas risas nos ayudan a recuperar el tiempo perdido y, sobre todo, a creer que es posible un mundo algo más divertido.

La comedia española se ha reinventado en diferentes etapas, ¿estamos en un periodo de cambio?

M.G.V.- Las formas de hacer humor se han adaptado a los nuevos tiempos, pero los patrones que nos igualan para hacer reír al público son los de siempre: descaro, frescura, ingenio, talento...

J.M.- Lo que ha cambiando son las formas en las que uno/a se dirige a los espectadores, me explico, el fondo continúa siendo el mismo [miserias y ruindades humanas] y su labor social no ha variado: la comedia sana las almas perturbadas por las malas noticias que nos rodean.

Vivimos un tiempo en el que nos autocensuramos más de la cuenta

¿Es difícil moverse sobre esa delgada línea roja que separa el humor de la ofensa pública?

M.G.V.- Vivimos un periodo en el que nos autocensuramos más de la cuenta... Yo trato de ponerme los límites que me dicta mi conciencia pero es cierto que el círculo en el que nos movemos las personas que queremos hacer humor es cada vez más estrecho. Existe una obligación moral de reírnos de nosotros mismos y ese es uno de los mensajes de la película. Hay que saber cuándo habla el cómico y cuándo lo hace la persona.

J.M.- ¿La pregunta es dónde acaba el humor y empieza la mala leche? El humor no termina cuando se escribe con letras mayúsculas y hace sentir a los espectadores que si un cómico dice una gracia, cuenta un chiste o hace un sketch este mundo es un poquito más habitable y simpático... Hay que tener claro que cuando estamos escuchando a un cómico estamos en modo humor. Yo no creo en los límites ni en el prohibido el paso al humor. Tenerle miedo al humor es vivir con miedo porque van juntos...

Y juntar en los créditos de una película a gente con distintas visiones del humor tampoco parece una tarea fácil...

M.G.V.- Lo que yo he querido escribir –es la guionista De Caperucita a Loba– es una película de cómicos. En ella nos vamos a encontrar con lo mejor de lo mejor [Antonio Resines, Martita de Graná, David Guapo, Marta González de Vega, José Mota, Santiago Segura...] dentro de un lenguaje común en el que todos nos entendemos, al margen de que cada uno tenga su estilo o claves propias. El texto de una comedia es como una partitura musical y por eso necesitas rodearte de un equipo de trabajo que sepa moverse en un género que no es tan habitual... Tener un sentido del humor es como tener un buen sentido de la orientación y cuando te encuentras con alguien que maneja bien estos sentidos te lo puedes pasar muy bien.

J.M.- El humor, al igual que la música, se puede proyectar de muchas maneras... En la música tienes a Queen, los Beatles, los Rolling a Maná y en el humor está disponible esa variedad. ¿Pueden convivir todos en el mismo plano? Pues claro que pueden estar juntos. ¿Qué tiene que ver Mecano, por ejemplo, Barón Rojo? En lo único que van a coincidir es que los dos hacen música, pero en lo demás son distintos...

La comedia sana las almas perturbadas por las malas noticias que nos rodean

¿Con tantas estrellas en el mismo cesto [aprovechando lo de Caperucita], uno/a se guarda cosas para no mostrar todas sus cartas?

 M.G.V.- Esos cómicos aquí son actores al servicio de un guion, mejor o peor [sonríe], y de lo que se trata es que vayan a una sin perder su capacidad individual para hacer humor.

J.M.- Marta lo ha definido muy bien con lo de las partituras, es decir, en este caso cada uno tenía la suya y de lo que se trata es de llevarla aprendida y afinada. En un proyecto como este en lo menos que piensas es en sacar pecho e intentar brillar por encima de los demás...

Da la sensación de que el humor canario goza de buena salud, que ahora tenemos una buena ristra de humoristas...

M.G.V.- Cada vez se exporta más para dar la razón a un maestro como lo fue Manolo Vieira, que se presentó en la capital de España en un periodo muy complicado para mostrarnos el camino... No es una exageración decir que estuvo al nivel de Gila y que creó una escuela de la que yo me declaro admiradora en la que están Aarón Gómez, Darío López [Pa’Lante Producciones], Omayra, Víctor Hubara, Carmen Cabeza, El Supositorio... A todos nos une el amor y el respeto que sentimos por el maestro Manolo Vieira

J.M.- Conozco bien cómo se las «gastan» por aquí [ríe] porque una parte de mi vida profesional estuvo ligada a unas actuaciones en el Hotel Botánico de Puerto de la Cruz y se que el canario no tiene problemas para reírse de sí mismo. A partir de eso, todo lo demás es bueno... El referente de Manolo Vieira no es regional, es nacional.