Cine | Pilar Palomero Cineasta y escritora

«Somos más directoras y tratamos temas pequeños que nos interesan de verdad»

La directora de 'La maternal' participa en Puerto de la Cruz en un programa de mentorías de la Academia de Cine

Pilar Palomero en Puerto de la Cruz.

Pilar Palomero en Puerto de la Cruz. / Germán Caballero – Academia de Cine

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

Pilar Palomero vive la resaca de los Premios Goya en Puerto de la Cruz. La directora de ‘La maternal’, nominada a tres premios de la Academia de Cine en su última edición, participó durante la pasada semana en ‘Rueda Academia de Cine’, un programa de mentorías en el que jóvenes guionistas han tenido la oportunidad de entrar en contacto con cineastas destacados, como es el caso de la propia Palomero.

¿Qué la parece la iniciativa que le ha traído hasta Puerto de la Cruz, el programa Rueda que lidera la Academia de Cine?

Están siendo días de reuniones, de tutorías y mentorías pero también hemos conseguido tiempo para visitar la Isla y es una maravilla porque poder escribir en un entorno como este es espectacular.

¿Qué importancia tienen este tipo de programas de los que usted también se ha beneficiado en el pasado en diferentes ocasiones y en diferentes países?

Son programas que sirven de acompañamiento y para darle entidad al proyecto de cara al futuro, para lograr financiación o cerrar equipos. En el caso de este programa, ser seleccionado supone la Academia de Cine certifica que apoya tu proyecto y poder tener mentorías y charlas con colegas en activo también hace que el proyecto crezca y madure.

¿Qué opina de los proyectos que ha tenido la oportunidad de tutorizar estos días, hay mucha competencia?

Bueno, más que competencia, lo que siento en mucho compañerismo. Y es muy bonito poder ver crecer los proyectos y acompañarlos en la medida de lo posible. Al final, lo que hacemos los mentores es apoyar a los que están escribiendo porque es un proceso que a veces es muy solitario. Además, mi objetivo es trasmitirles la ilusión de ver cómo el proyecto se va haciendo realidad y de ser colegas de profesión.

¿Qué consejos ha dado estos días a los participantes del programa Rueda?

No me atrevo a darles consejos, pero estoy encantada de poder ayudar en lo que les haga falta y de compartir vivencias que yo haya podido experimentar a lo largo de mi carrera y que puedan servirles de algo. Es verdad que, en una profesión creativa como es hacer cine, cada uno lo hace de una manera y desde un lugar distinto. Pero sí, ojalá que lo que yo haya podido experimentar sirva de ayuda a los compañeros con los que estoy trabajando.

Precisamente habla desde dónde se hace cine. En su caso es desde sus vivencias y sus preocupaciones, desde lo que la rodea, en eso ha centrado su producción. ¿Es esa su mayor fuente de inspiración?

Yo creo que ya todo está contado y no creo que hacer una película consista en encontrar ese tema original porque creo que no es lo que importa. Como espectadora, cuando veo una película que me gusta, no es tanto por lo que cuenta sino por cómo lo cuenta. Eso es algo que trato de cuidar mucho en lo que hago, cuál es la mirada que puedo aportar sobre el tema y tratar de trasmitir lo que yo siento. 

Ese trabajo lo hace en muchas ocasiones con actores noveles o con personas que no son actores profesionales. ¿Se lo marca como reto o es algo que se ha dado de forma natural en sus últimos proyectos?

No sé, pero la verdad es que mi experiencia con actores con mucha experiencia y con aquellos que es su primera vez ha sido la misma. Creo que es una cuestión de estar presente en el momento de la grabación y sentir lo que se hace, y para eso no son importantes los años de experiencia. También he tenido mucha suerte porque me he rodeado de gente maravillosa con los que he crecido mucho trabajando.

¿Aprende tanto de ellos como ellos de los proyectos que le ofrece usted?

Es incalculable todo lo que aprendemos. Sobre todo, he disfrutado mucho haciendo las dos películas, y creo que las actrices también. Creo que eso precisamente es lo que hay que tratar de lograr, que el proceso de hacer la película sea un disfrute para todo el equipo.

En el rodaje, el guion está presente pero ha dejado volar mucho a las actrices, en un gran trabajo de improvisación. ¿Se llega a sorprender de lo que resulta de esas sesiones?

Esa parte de improvisación me encanta, poder sentirme sorprendida durante el rodaje. Pero también es verdad que me gusta tenerlo todo muy preparado para luego poder ser muy libre. No puedo ser libre si no lo tengo muy preparado de antes lo que quiero hacer y lograr, y eso es un poco una paradoja. Sí me gusta no verme limitada y no precipitarme en toda la infraestructura que puede ser hacer una película.

Sus dos películas han tenido una gran presencia femenina. ¿Es algo que se ha marcado como objetivo o que ha surgido son premeditarlo?

He tratado de hacer las películas que he creído que debía hacer y no plantearme tanto si debían estar protagonizadas por mujeres, por hombres o por adolescentes. Creo que todos los directores hacen lo mismo: poner lo que se quiere trasmitir en primer plano. También es lógico que ahora que hay un número mayor de directoras en activo, tratemos temas que no se habían tratado, que parecían temas más pequeños. En cualquier caso, somos directoras y como cualquier persona queremos hablar de temas que nos interesan de verdad.

¿Nos puede adelantar algo de sus próximos proyectos?

Ahora estoy trabajando en la adaptación de un relato que se llama Los destellos, del que no puedo adelantar mucho, estoy trabajando en el guion y estoy muy contenta por poder seguir haciendo las películas que me apetecen.

¿Adaptar un relato es más complicado que escribir un guion desde la nada?

Creo que es un proceso diferente. Todo pasa por hacerlo mío, y una vez que lo siento mío es más fácil. Todo lo que ha hecho la escritora Eider Rodríguez con este relato es importantísimo pero he encontrado la manera de que convivamos las dos.

En los últimos días, después de que la pequeña Sofía Otero, de nueve años, recibiera el Oso de Oro en la Berlinale por su papel en ‘20.000 especies de abeja’, se ha reactivado la polémica por que los Premios Goya hayan excluido de sus nominaciones a los menores de 16 años. Esta decisión, por ejemplo, dejó a la protagonista de ‘La maternal’, Carla Quílez, fuera de las nominaciones, ya que tiene 14 años. ¿Que le parece esta medida?

En el caso de La maternal, Carla ganó la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián y es un reconocimiento maravilloso. Es una pena que no haya podido optar al Goya pero entiendo por qué existe esta norma, porque se busca proteger al menor, y en eso siempre voy a estar de acuerdo. También sé que Carla es una persona que podría haber afrontado una nominación a los Goya perfectamente. Pero más allá de todo eso, lo que he querido trasmitirle a Carla es que los premios son maravillosos porque nos permiten darnos a conocer ante el gran público pero también que el cine tiene que nacer de otro lugar y no hay que darle tanta importancia a los galardones. Lo importante es estar satisfecho con lo que uno ha hecho y creo que en ese sentido Carla lo ha entendido.

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