Maruja Torres: «Somos memoria o no somos nada»

La reportera, premio Mirada Encendida de MiradasDoc, hace una defensa del periodismo y del documental para crear conciencia

Un momento del encuentro de ayer en Guía de Isora. | | EL DÍA

Un momento del encuentro de ayer en Guía de Isora. | | EL DÍA / El Día

Maruja Torres (Barcelona, 1943) es apasionada, brillantísima y poseedora de un caudal intelectual que dejó a todos con la boca abierta ayer en el Auditorio de Guía de Isora con motivo de la concesión del premio Mirada Encendida, que el Festival MiradasDoc entrega desde el año pasado a profesionales que se han destacado en el campo del reporterismo de guerra. En un diálogo vía streaming con el periodista canario Daniel Millet, Torres, a través de la pantalla, lanzó al público un cargamento de titulares cortos, precisos y certeros sobre la necesidad del periodismo y del cine documental para sembrar conciencia sobre los conflictos contemporáneos de la humanidad.

Según la periodista, «somos memoria o no somos nada», y por ello es preciso documentar la realidad. El premio de MiradasDoc es el justo reconocimiento a una mujer que, nacida en los primeros años de la dictadura franquista, buscó su camino profesional por intuición y con pasión hasta dar con el oficio de la comunicación, en unos tiempos en los que «ser mujer era tan difícil en el periodismo como en la calle y en las relaciones sentimentales». Por ello, en el acto celebrado en Guía de Isora dio las gracias a todas las mujeres que fueron abriendo el camino, sin miedo, hacia la equiparación de ambos sexos; tal vez sin ser consciente de que ella ha sido una de esas mujeres.

«No les veía ninguna aventura a las ruedas de prensa en los ayuntamientos –afirmó Torres en respuesta a una pregunta de Daniel Millet–. Por eso, y porque soy novelera, como dicen los canarios, y por vocación, me dediqué a los reportajes de guerra». La periodista aclara que ella no era corresponsal, por lo que no tenía la obligación de elaborar noticias diarias para algún medio. Esto le permitía «tener tiempo para reportear y para hablar en profundidad con alguien cuando los periodistas se habían ido con sus micrófonos» después de hacer preguntas.