Miguel Mejías (Tenerife, 1991) culmina esta semana el trabajo de una década con el estreno mañana 12 de julio de La viajante, su primer largometraje. La cinta podrá verse en las salas de cine desde el fin de semana aunque hoy tendrá lugar su preestreno en Multicines Tenerife. Además, TEA Tenerife Espacio de las Artes mostrará esta ópera prima del director tinerfeño durante estos días, a las 19:00 horas. Esta road movie grabada en 2018 en las islas de Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura está protagonizada por Ángela Boix y Miquel Insua y se trata de una producción de Digital 104, Volcano Film y Angharad Rojo.

La viajante narra la historia de Ángela, cuya vida se desvanece ante sus ojos. Impulsada por una rutina vacía de la que parece imposible desprenderse, se aventurará en un viaje a través de tierras remotas, donde descubrirá un interés especial por grabar insectos con la cámara de su madre. Sin desearlo, tendrá que enfrentarse a los inesperados y desconocidos impulsos de su soledad. Esta es la sinopsis del primer largometraje del cineasta lagunero, quien afirma que «tengo muchas ganas de que la gente disfrute de este trabajo, que lo comente y se lo lleve a sus casas» y por eso se muestra encantado de los coloquios en los que podrá participar tras el preestreno de hoy 1 de julio y del último pase del domingo en TEA.

La cinta ya ha sido estrenada a nivel internacional en el Shorts International Film Festival de Trieste, en Italia, así como en la Sección Oficial de la Mostra de Valencia a nivel nacional. Sin embargo es ahora cuando llega a las salas para que disfrute de ella el gran público. Mejías muestra ahora «el inmenso aprendizaje» que ha supuesto para él esta aventura cinematográfica que comenzó a gestar hace casi una década. Pero no solo ha aprendido sobre cine, sino también sobre la vida y la forma en la que debe afrontar su trabajo: «Esto me ha enseñado que debo saber dosificar mis energías y mi ilusión y debo saber cuándo emplearlas en su totalidad o cuándo debo reservarlas. En definitiva, aprender a mover mis propias fichas». Porque Mejías se ha dejado hasta la piel en La viajante –literal y metafóricamente hablando– y reconoce que tres años después de haber finalizado el rodaje, «seguiría cambiando cosas».

Cartel de la película.

Cartel de la película. El Día

Este proceso ha supuesto un aprendizaje para el cineasta canario quien afirma que se ha tenido que «proteger» a sí mismo puesto que su parte más perfeccionista, y hasta «obsesiva», provocó que se implicara al máximo en el proyecto. De hecho, cuando terminó la película, se trasladó a vivir a Suecia: «Quería dejar atrás a Ángela y a la vez convertirme un poco en ella, iniciando ese viaje en el que iba a la deriva para poder empezar de cero». Tras tanto tiempo centrado en la película, necesitaba recuperarse porque afirma que fue un proceso «agotador al mismo tiempo que apasionante».

La viajante cuenta con la subvención de ayudas a la producción del Gobierno de Canarias y la participación de la Televisión Pública de Canarias. A pesar de esa contribución, la cinta ha salido adelante gracias al tesón del equipo técnico y artístico de la cinta. «Cuando no tienes medios a tu alrededor, lo único que te queda es tu energía», y eso es precisamente lo que empleó Mejías para hacer frente a este proyecto.

Y ante las complicaciones que les presentaba este proyecto, Mejías apostó por hacer del equipo una auténtica familia. «Para mí era importantísimo dar con la combinación perfecta de gente con experiencia y que el equipo fuera joven pero que además contaran con la veteranía de trabajar en grandes producciones», explica el director lagunero quien añade que, de hecho, algunos de ellos se conocieron en los rodajes de algunas de las grandes producciones internacionales que se han rodado en Canarias en los últimos años. «Me esforcé mucho por crear las condiciones idóneas, para crear esa familia», sentencia y añade que «para mí el cine es un juego, es volver a la infancia, y quería que disfrutáramos porque hacer cine es un regalo».

Esa conexión también la logró con la actriz protagonista, Ángela Boix: «Hemos vivido muchas cosas juntos, buenas y también malas, los dos somos hijos únicos y estábamos en un momento similar de nuestras vidas cuando nos conocimos; a partir de ahí creamos un vínculo muy fuerte». «Se ha creado una telepatía entre ambos. Habitamos los espacios sin necesidad de comunicarnos y prácticamente es mi alter ego, ella solo tiene que mirarme para saber a dónde ir», relata encantando el director, quien ya prepara su próximo proyecto cinematográfico.

Afincado aún en Suecia, ya tiene productora nórdica y ahora espera lograr otra en España para que su próxima cinta sea una coproducción. Mientras ese nuevo rodaje llega, Miguel Mejías invita al público a acompañar a Ángela en su viaje: «Esto es como la atracción de la Casa del Terror: hay que aventurarse y seguro que se llevan una buena sensación a casa».