Carnaval | Reconocimiento

Juan Viñas Alonso, gerente de Fiestas durante 30 años, profeta en su Carnaval

Uno de los padres de la fiesta, junto a Hermoso, recibe el título de Hijo Predilecto de Santa Cruz

Entrega del título de Hijo Predilecto de Santa Cruz a Juan Viñas

Vídeo: E. D. / Imagen: María Pisaca

Humberto Gonar

Humberto Gonar

El salón de plenos lució la tarde-noche de este jueves 9 de noviembre galas propias de una boda. Alfombra roja hasta la puerta para recibir a Juan Viñas Alonso (Santa Cruz de Tenerife, 1934), quien desde 1962 hasta diciembre de 2003 no solo fue funcionario municipal sino, en las últimas tres décadas, gerente primero de la Comisión de Fiestas y luego del Organismo Autónomo, y que recibió el título de Hijo Predilecto de la ciudad que lo vio nacer por su «mano firme, cabeza lúcida y gran corazón» –como dijo el regidor José Manuel Bermúdez– con los que gestionó el Carnaval, siendo junto al alcalde Manuel Hermoso, padre de las Fiestas de Interés Turístico Internacional desde 1980.

En lugar de la marcha nupcial, la Banda Municipal de la capital que interpretó, como no podía ser de otra manera, clásicos de la fiesta, como Santa Cruz en Carnaval o La Vida es un Carnaval, todo un guiño a la mismísima Celia Cruz, a la que Viñas trajo en 1987 para batir el récord Guinness en la plaza de España, cuando se reunieron más de 250.000 personas bailando al aire libre, haciendo realidad el sueño en el que participaron tanto Hermoso como el entonces concejal de Fiestas Miguel Zerolo.

Ocho de la tarde y el oficial municipal y el concejal de Fiestas Javier Caraballero abrieron el cortejo, seguidos por el homenajeado, Juan Viñas, y el alcalde Bermúdez, que se abrieron paso entre la nutrida representación del Carnaval que tomó las Casas Consistoriales: Toño Ramírez, Germán Vega y Manolo Peña, de Mamelucos; Primi Rodríguez, de Bambones; Masi Carvajal;, La Lecherita del Carnaval; Enrique Camacho, director artístico; Paco Sotelo, de Pantalla Canaria, los diseñadores decano Miguel Ángel Castilla y Goyo Arteaga, los periodistas Pepe Moreno y José Carlos Marrero, el maquillador y estilista Tony Cañadas... incondicionales de Viñas, como Luciano Delgado. Víctor Asensio, letrista de Diablos Locos; Rafa Darias, de Singuangos; Zenaido Hernández, periodista, murguero de Singuangos y rondallero de El Cabo; Manón Marichal, murguero de Singuangos y padre de la Canción de la Risa; Eliseo Carrillo, director de la Ni Fú-Ni Fá; Peque Guiance, de Bohemios; Joe Socorro, de la rondalla ElCabo; Jose Manuel González, de la comparsa Los Cariocas; Jose Castilla, de Triqui-Traques, o José Antonio Peña, de la Peña del Lunes... 

Al llegar al centro del salón, en lugar de la mesa de contrayentes, un butacón para el Hijo Predilecto. En la bancada izquierda, la actual corporación, entre ellos dos concejales de Fiestas en el pasado, Gladis de León y Andrés Martín Casanova; a la derecha, autoridades de la relevancia de los exalcaldes Manuel Hermoso, José Emilio García Gómez y Patricia Hernández y los exconcejales de Fiestas Ana María Oramas y Alfonso Cabello... y en una discreta segunda fila, Dámaso Arteaga, precisamente el concejal instructor del expediente de honores para Viñas, a raíz de la iniciativa que promovieron Ni Fú-Ni Fá, Diablos Locos, Sociedad Mamel’s, las rondallas El Cabo y Peña del Lunes y que luego otros secundaron. En ese palco, también dos exgerentes de Fiestas, Pedro Mengíbar –antes autor del pasodoble (que no era pasodoble) que le dedicó con Trasnochados al propio Viñas– y Guillermo Martínez, o Cristóbal de la Rosa, quien otrora fue técnico y hoy es viceconsejero de Cultura y Patrimonio Cultural del Gobierno canario; Efraín Medina, consejero insular y antes fundador de la comparsa Tropicana o la concejala que más tiempo ha dirigido el Carnaval: Maribel Oñate.

Delante, en las primeras dos filas del público, a la derecha, la familia del propio Viñas, su esposa Regina, sus cuatro hijos y seis nietos, entre ellos Javier y Jose –hijos de la hija Nena–, un regalo añadido para el Hijo Predilecto porque el primero se trasladó desde Madrid y el segundo, desde Holanda, para ser testigo del acontecimiento familiar; y juntos desde la mañana compartieron paseo para relajar nervios por San Andrés.

Y comenzó la celebración, donde el expediente parecía resumir tantas y tantas anécdotas que recordaba entre el público otro de los invitados, el periodista Jorge Bethencourt, quien fue jefe de Prensa del alcalde Hermoso y testigo privilegiado de la noche en la que fueron Oramas, Viñas y el propio Bethencourt a sacar de la cama al director artístico José Tamayo que tenía que ponerse al frente en unas horas de la primera gala de la reina de la plaza de toros, en 1985; o cuando al año siguiente al entonces teniente de alcalde Adán Martín se le ocurrió colocar unas lonas por si llovía... y cayó una tromba a aguas. A las cuatro de la madrugada acabaron Viñas y Bethencourt achicando agua en el coso taurino... Y todo eso contado por el periodista con la misma solemnidad que ponía Paloma Gómez Borrero en las visitas del Papa o, para los no creyentes, Antonio Lobato, cuando retransmite la Fórmula 1.

El oficial mayor dio lectura al acuerdo plenario del 28 de abril de 2023 que acordó los honores para Viñas, y leyó su trayectoria; luego siguió el alcalde Bermúdez, que fue la voz de Santa Cruz al recordar con orgullo «los méritos excepcionales y ejemplares con los que Viñas ha engrandecido el Carnaval y su ciudad». «Con valía y genio», dijo de forma categórica.

Siguió un Viñas lúcido que agradeció los honores que «prefirieron dejar en una gaveta los errores y reconocer los zapatos gastados intentando poner orden en el maravilloso desorden de los desfiles». Entrega de medalla y cuadro acreditativos. Ovación. Y como maestro de ceremonias, Bermúdez sentenció que desde ahora el nombre de Viñas, padre del Carnaval, está vinculado de por vida a Santa Cruz. Por los siglos de los siglos.