Eduardo Aznar Vallejo: «La historia es la que es, no hace falta tergiversarla y tampoco somos rehenes de ella»

Eduardo Aznar Vallejo, Premio Canarias 2024 en la modalidad de Patrimonio Histórico, catedrático emérito de la ULL , ha desentrañado el pasado de Canarias mientras guiaba la carrera de sus alumnos. «La Historia es importante; es lo que nos distingue a los humanos de otros seres».

El Catedrático Emérito Eduardo Aznar Vallejo ante la Facultad de Geografía e Historia de la ULL.

El Catedrático Emérito Eduardo Aznar Vallejo ante la Facultad de Geografía e Historia de la ULL. / Andrés Gutiérrez Taberne

Patricia Ginovés

¿Ha sido su faceta investigadora un trabajo solitario?

Efectivamente uno puede investigar de forma individual, pero yo creo que para mejorar el resultado precisamente hay que hacerlo en colectividad, para buscar la amplitud de miras. Fue por eso que decidimos crear el Instituto de Estudios Medievales y Renacentistas de la ULL, para poder trabajar con filólogos de Francés, Latín, Griego, del Arte… Al fin y al cabo, al dedicarnos al estudio del hombre, es decir, a la Historia, debemos hacerlo en colectividad. 

¿Recuerda de dónde procede su interés por el mundo medieval y por aquellos temas que ha tratado a lo largo de su carrera?

Siempre tuve el deseo de conocer más sobre la Historia y sobre el pasado de la humanidad. Era una idea infantil que se fue cimentando al llegar a la universidad, cuando descubrí que la Historia podía ser un área de estudio científico. Al hecho de que me gustará se sumó el rigor en el planteamiento y la búsqueda de fuentes. Me interesaba el periodo de transición entre el mundo medieval y el moderno, que es en el que nace Canarias y me surgió la posibilidad de trabajar con el que ha sido mi maestro, el profesor Miguel Ángel Ladero; eso terminó de engancharme. Fui detrás de él a Sevilla y precisamente, para mis estudios sobre la historia de Canarias, me ayudó mucho conocer el modelo del concejo del cabildo andaluz.

¿Por qué decidió regresar a Canarias?

Estuve ocho años y medio fuera pero cuando regresé, además de cubrir el proceso de colonización de Canarias, creí necesario situar a Canarias en su contexto mundial y para ello creamos el grupo Castilla y el Mar, para abordar la expansión en el Atlántico, el comercio o la fiscalidad y, a continuación, los procesos de aculturación.

Ha sabido compaginar la faceta local de su investigación sobre Canarias con lo global, ya que ha desarrollado parte de su carrera fuera de España. ¿Es necesaria esa visión general para descubrir detalles de la historia de un territorio como el isleño?

Sí, porque Canarias ocupó un puesto muy importante en el proceso de expansión atlántica. Muchas de las realidades que luego van a ser estudiadas en otros ámbitos se plantearon aquí, como el contacto con los nuevos pueblos. En ese momento se produce la aparición de una nueva economía, que estaba ligada al comercio y ahí destaca nuestra relación con territorios como Italia o Flandes. Todo ello sitúa a las Islas como puente, primero hacia África, y luego hacia América. A través de los libros que he publicado, que son una de las mayores satisfacciones de mi carrera, destacamos el lugar que ocupó Canarias. En ellos se demuestra que ya en Francia o Italia, en aquella época, se sabía de nuestra existencia, y eso me da mucha alegría porque es una forma de hacer justicia. 

Usted también ha hecho justicia desde la docencia, introduciendo la temática canaria en los estudios que impartía.

Efectivamente. Considero que la historia local es la forma de ejercitarse en Historia porque, para hacerse un profesional de la Historia hay que acudir a las fuentes locales y hay que leer a los autores locales. No podemos tan solo aplicar el modelo que nos viene de fuera. Por eso hemos hecho hincapié en asignaturas como Canarias y la Expansión y ahora, con el nuevo plan de estudios, en la historia del Atlántico.

Aunque se ha dedicado a la docencia universitaria, ¿qué opinión tiene del tratamiento que se le da a la Historia canaria en la educación obligatoria?

Desgraciadamente, no solo en Canarias, sino en muchos sitios, el conocimiento de la Historia es poco y malo porque en esto y en muchos otros temas de la vida actual hemos cambiado los conceptos de conocimiento por el de opinión. Cualquiera cree que su opinión es válida y puede demostrar empíricamente cuál ha sido la realidad canaria. La historia es la que es hasta donde podemos conocerla, pero no hace falta tergiversarla y tampoco somos rehenes de ella. 

¿Qué tema está investigando ahora mismo?

Estoy trabajando en un manual que es el reflejo del curso que di este año sobre la génesis medieval de Canarias, una síntesis interpretativa de ese periodo. Acabo de entregar un artículo sobre el papel de los aborígenes en la construcción de la nueva sociedad, y otro sobre las columnas de Hércules como testimonio de la expansión atlántica. También tengo pendientes algunas cosas sobre navegación y sobre cuestiones militares de la Baja Andalucía.

A pesar de sus 50 años de carrera dedicada a la Historia, insiste en la necesidad de hablar del futuro. ¿Cuáles son precisamente sus planes o retos?

Quiero ayudar, y para ello el título de Catedrático Emérito que me han dado es muy bueno. Quiero ayudar en todo lo que se está haciendo en el Área de Historia Medieval porque además muchas de las personas que están trabajando en ello son antiguos alumnos míos. También quiero continuar ayudando al Instituto de Estudios Medievales y Renacentistas de la ULL, y al Instituto de Estudios Canarios que es otra de mis pasiones laborales y sentimentales, y por eso seguiré trabajando individual y colectivamente.