Medalla de Oro a los bomberos voluntarios de La Gomera: la voluntad de ofrecer seguridad a los demás

Ambos colectivos actúan de forma altruista ante diferentes tipos de emergencias que afectan a vecinos y turistas

Incendio en La Gomera

Incendio en La Gomera / E. D.

La Asociación de Bomberos Voluntarios de La Gomera, con base en Alajeró, y los Bomberos Voluntarios de Valle Gran Rey recibirán este año sendas Medallas de Oro de Canarias por contribuir a la seguridad de dicha isla ante diversas emergencias.

Ambos colectivos surgieron de la voluntad de sus fundadores, ante la inexistencia en la Isla de recursos que permitieran, por ejemplo, sofocar un incendio, extraer a una persona atrapada tras un accidente o rescatar a un senderista herido.

Sergio Ramos trabaja en el Hotel Tecina y la propiedad, la compañía Fred Olsen, decidió en 1994 formar a siete trabajadores para que, en caso de incendio, supieran apagarlo, al menos en un nivel primario o intermedio. Cinco años más tarde, con la apertura del aeropuerto de La Gomera, llegaron bomberos de AENA. Y Ramos hizo amistad con ellos. Su atracción por esa profesión creció y amplió su formación en el exterior. Se hizo socio de la Asociación Española de Lucha contra el Fuego (Aself) y asistió a congresos y cursos en la Península.

En abril del 2006 se creó la Asociación de Bomberos Voluntarios de La Gomera, con los siete empleados del Hotel Tecina, y otros tantos ciudadanos que tenían otros empleos.

La formación se completó con cursos que impartió una empresa en varios hoteles, así como con los ofrecidos por los Bomberos Voluntarios de Adeje o sus homólogos de La Palma, «que poseen unas buenas instalaciones en Barlovento», según Ramos. En sus primeros años recibieron dos camiones cedidos por los Voluntarios de Adeje, así como un tercero que fue retirado del aeropuerto de La Gomera.

Han intervenido en los grandes incendios forestales de la Isla en los últimos años, en incendios urbanos en varios enclaves o en accidentes de tráfico complejos.

En opinión de Ramos, las diferentes instituciones deberían aportar más recursos materiales a este proyecto, pues «ya está lo más difícil», como es tener personas altruistas que se forman y dedican parte de su tiempo libre al servicio de la comunidad. Explica que, en estos momentos, les haría falta un camión nuevo y un vehículo de intervención rápida.

Pese a las dificultades, Ramos muestra su voluntad de seguir con esta iniciativa, en la que se requiere «mucho compromiso, puesto que están en juego tu vida y la de los ciudadanos».

Elías Bello Correa es el presidente de los Bomberos Voluntarios de Valle Gran Rey y Guillermo Barroso ejerce de jefe de parque. Su actividad se inició antes de que estuviera constituido el colectivo de manera oficial. En agosto del 2012 estaba previsto un acto en el Ayuntamiento para formalizar la creación. Pero los hechos se precipitaron. Esa noche, debido al incendio que afectaba a parte de La Gomera, hubo que evacuar las localidades de Arure y Las Hayas. Eran catorce voluntarios, entre ellos un aspirante. Su primera labor fue establecer retenes en la ermita de San Antonio. Debido al avance de las llamas, el punto de defensa se fijó después en el cruce del centro de salud de Valle Gran Rey. Allí colaboraron con la Unidad Militar de Emergencias para que el fuego no pasara al pueblo. También ayudaron a los Bomberos de Tenerife desplazados a La Gomera, ya que los guiaban para que pudieran intervenir en «puntos calientes».

Barroso explica que la asociación se puso en marcha «porque teníamos inquietud», ya que percibían que en un municipio turístico como Valle Gran Rey faltaban recursos de rescate para un visitante perdido o lesionado en un camino, actuar en accidentes de tráfico, recuperar un cadáver en un barranco o apagar con rapidez un incendio. No había personas ni medios. Y en los casos más graves se debía esperar horas o al día siguiente hasta que llegaran equipos desde Tenerife.

Los voluntarios de este colectivo aprendieron técnicas y procedimientos de intervención con los Bomberos Voluntarios de Adeje y con sus homólogos de La Laguna, a quienes agradecen su apoyo y colaboración. Barroso recuerda la intervención en dos «incendios fuertes». Uno ocurrió en un garaje en Valle Gran Rey, en el que inicialmente ardió un coche, pero también había material tóxico y gasolina, por lo que se temió que pudiera extenderse. Ellos entraron y extinguieron el fuego, pero agotaron sus equipos de respiración autónoma. Y tampoco tenían cámara térmica ni un ventilador fuerte (denominado temple) para sacar el humo al exterior. Por eso fueron a la zona bomberos de Tenerife del parque de Las Chafiras y Voluntarios de Adeje. Barroso afirma que «somos los únicos bomberos urbanos que hay en La Gomera durante las 24 horas y los 365 días del año». Y se han especializado en rescates en montaña y en el mar. Estas intervenciones conforman la mayoría de sus servicios.

El jefe de Parque de los Bomberos Voluntarios de Valle Gran Rey espera que la concesión de la Medalla de Oro de Canarias sirva como revulsivo «para que lleguen más recursos materiales del Gobierno de Canarias, del Cabildo de La Gomera y del ayuntamiento, para que sigan colaborando como hasta ahora e, incluso, un poco más». Una de sus demandas es poder contar con un parque en el que tener de forma digna sus vehículos y equipos. También cree necesario disponer de un nuevo camión Bomba Urbana Pesada (BUP) con más capacidad de carga de agua y una lancha para salvamento en el mar. «El objetivo es seguir prestando servicios a vecinos y turistas», recuerda.

Anima a los jóvenes a conocer su proyecto, a la vez que muestra su agradecimiento a todos los miembros que forman parte del colectivo en la actualidad y a quienes en estos doce años pasaron por la entidad y contribuyeron a que creciera y se consolidara. Y tiene un reconocimiento especial para las familias de los voluntarios, a quienes estos quitan tiempo por una labor altruista, «por su comprensión y apoyo».