Casi 20.000 aves marinas atraviesan Canarias en su viaje migratorio hacia el hemisferio sur

Un grupo de ornitólogos estudia desde el Faro de Buenavista, en Tenerife, el paso de estas especies que huyen del frío invierno del norte de Europa

Una de cada cinco especies migratorias se encuentra en peligro de extinción

Págalo parásito, una de las especie sobservadas desde el faro de Buenavista del Norte

Págalo parásito, una de las especie sobservadas desde el faro de Buenavista del Norte / Birding Canarias

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Alrededor de 20.000 aves marinas migratorias han sido avistadas atravesando Canarias en su largo camino hacia el hemisferio sur. El Archipiélago se convierte cada otoño en una zona de paso para al menos una veintena de especies que dejan atrás sus colonias de cría al norte de Europa en busca de temperaturas óptimas y el alimento suficiente para garantizar su supervivencia.

Así lo ha comprobado un grupo de orintólogos de las Islas, vinculados a Birding Canarias, que durante el pasado otoño permanecieron 63 jornadas de dos horas (o unas 127 horas) observando la migración de aves marinas desde el faro de Buenavista del Norte en Tenerife. "Es la primera vez que en las Islas se realiza un seguimiento de estas características", asegura Juan José Ramos, uno de los responsables de este estudio que se ha llevado a cabo en la Isla Baja. 

Entre el 1 de agosto y el 30 de octubre –coincidiendo con el periodo de migración posnupcial–, los investigadores tuvieron la oportunidad de observar casi 20.000 aves de aproximadamente una veintena de especies distintas. "Canarias es, sin duda, un lugar de referencia para estas aves, y este faro podría ser un lugar perfecto para su observación", defiende Ramos. 

Los resultados del trabajo, coordinado, además de por Ramos, por los ornitólogos Abraham Hernández y Ana Rosa Sabatin, se presentaron en las X jornadas del grupo de trabajo de aves marinas de SEO/Birdlife, celebradas a finales de enero en Galicia. 

Faro en Buenavista del Norte desde el que se hicieron los avistamientos.

Faro en Buenavista del Norte desde el que se hicieron los avistamientos. / Birding Canarias

En concreto, durante el periodo se censó un total de 19.974 aves, correspondientes a 18 especies distintas que pasaban por el faro a un ritmo frenético: 157 aves por hora. "Y casi un 25% de las aves las vimos en tan solo dos horas, a mediados de septiembre", explica Ramos. Ese día llegaron a ver 5.000 individuos pasando por el faro de Buenavista. 

Más de la mitad de las aves censadas (el 51%) eran pardelas capirotadas (Ardenna gravis). Le siguieron los ejemplares de pardela pichoneta (Puffinus puffinus) de la que se contabilizaron 7.312 individuos, un 37% del total. 

El 12% restante correspondió a una gran variedad de especies, entre las que destacaron los zarapitos trinadores (Numenius phaeopus) cuyos avistamientos supusieron el 3,72% del total; el charrán "comic" (Sterna hirundo/S. dougalli/S. paradisaea) con un 3,07% de avistamientos; y hasta cuatro especies de págalos: págalo parásito (Stercorarius parasiticus), págalo pomarino (Stercorarius pomarinus), págalo grande (Stercorarius skua) y pagalo rabero (Stercorarius longicaudus) que supusieron un 3,38% de las aves censadas.

Y aunque se ha visto en menor proporción, para los naturalistas también ha sido una sorpresa detectar de manera regular especies como la pardela sombría (Ardenna grisea) con un total de 115 individuos, la pardela chica (Puffinus baroli) con 107 individuos o diferentes especies de la familia de los hidrobátidos o paíños, de los cuales se han podido contar 25 individuos, la mayoría correspondientes al petrel de Leach (Hydrobates leucorhous). 

Más de la mitad de las aves detectadas eran pardelas capirotadas

Estas especies pasan cada otoño por Canarias en su afán por viajar hasta el sur del planeta y las zonas tropicales del planeta, en busca de calor y un lugar con condiciones más favorables para encontrar alimento. "Entre las principales zonas a las que se dirigen está el banco canario-sahariano, en las costas de Mauritania, las costas de Guinea y la Antártida", revela el ornitólogo. 

La mayor parte son especies que, "al final del verano boreal, viajan para disfrutar del verano austral", indica. Algunas de estas aves pueden llegar a recorrer entre 10.000 y 15.000 kilómetros hasta llegar a su destino.

Charran en migración en las costas canarias.

Charran en migración en las costas canarias. / Birding Canarias

Hasta el momento, solo se disponía de información sobre el paso de estas especies por Canarias a través de avistamientos en buques y por algún encuentro puntual de observadores de aves que decidían apuntar con sus telescopios al mar. "Esta información tiene gran relevancia para el Archipiélago, pues nos puede indicar qué lugares son más convenientes para instalar eólica marina o dónde tenemos que establecer áreas de protección como reservas marinas", insiste Ramos. 

Pero esta información no solo tiene relevancia para Canarias. "Creemos que las cifras tienen suficiente entidad como para que sean consideradas a nivel internacional", revela Ramos. No en vano, estos avistamientos proporcionan datos muy importantes sobre el estado de salud de estas aves marinas, las más amenazadas por la sobrepesca y por el cambio climático. 

El faro de Buenavista del Norte se puede convertir en un vigía del impacto del cambio climático

De hecho, un reciente estudio de Naciones Unidas ha puesto de manifiesto que una de cada cinco especies incluidas en la lista de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS, por sus siglas en inglés) –tanto aves como peces– está en peligro de extinción. Son datos del primer informe global de monitorización de estas especies publicado por el Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación, una rama del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). 

En dicho estudio los autores alertan del deterioro de la situación en las últimas décadas debido a "niveles intensos de presión antropogénica" y ponen el acento en la necesidad de revertir esta situación. De todas las especies amenazadas, sin embargo, las aves marinas migratorias se llevan la palma. "Es el grupo más amenazado junto a las aves endémicas", recuerda Ramos, que insiste en que, a día de hoy, hay "muy poca regulación y pocas zonas marinas que se protejan de verdad". 

Entre las principales amenazas de estos animales se encuentra la actividad pesquera y el cambio climático. "Necesitamos que se realice una pesca responsable", apunta el naturalista. Y es que la pesca puede suponer distintos problemas para las aves. Estos animales pueden engancharse a las mallas de captura, alimentarse de los residuos que estas embarcaciones suelen abandonar en el mar e, incluso, ver que sus recursos para sobrevivir escasean cuando existe una sobreexplotación de su principal alimento: el pescado. 

En cuanto al cambio climático, las repercusiones que el incremento de la temperatura del océano tienen para la vida marina también afectan directamente a estas aves, que cada vez encuentran menos alimento. De ahí que defienda que el faro de Buenavista del Norte se puede convertir en un verdadero vigía del cambio climático mediante la monitorización de la migración de aves marinas.

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