La policía detiene a 17 yihadistas en Canarias a lo largo de 11 años

El Archipiélago ha sido escenario de 15 operaciones antiterroristas desde 2012 | Este año no han arrestado a ningún islamista

Yihadista detenido en Barajas en julio de 2015, trasladado por la Guardia Civil a su casa en Vecindario para efectuar el registro en su presencia.

Yihadista detenido en Barajas en julio de 2015, trasladado por la Guardia Civil a su casa en Vecindario para efectuar el registro en su presencia. / Quique Curbelo

Canarias no está exenta de la amenaza yihadista. Colaboradores del Daesh, personas que adoctrinan y enaltecen el terrorismo, hombres dispuestos a abanderar la guerra santa y mujeres que captan a jóvenes vulnerables para casarlas con los muyahidines y garantizar su descendencia. En los últimos once años, Policía Nacional y Guardia Civil han detenido en el Archipiélago a 17 personas vinculadas al terrorismo islámico, lo que supone un 3,3% de los arrestos que se han llevado a cabo en todo el territorio nacional desde 2012. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han puesto en marcha en las Islas 15 operaciones antiyihadistas –nueve en la provincia de Las Palmas y seis en la de Santa Cruz de Tenerife–, de las 293 que han activado en todo el país, según el Ministerio del Interior, que recaba datos en esta materia desde 2004, año en el que se produjo el atentado de los trenes de Atocha, en Madrid.

En lo que va de año, no se ha llevado a cabo ninguna operación antiterrorista en el Archipiélago. La actividad se ha concentrado en Madrid, Cataluña, Baleares, Castilla y León, Andalucía, Valencia, La Rioja y Melilla. En total, en 2023, se han impulsado en España 16 operaciones antiyihadistas, que se han saldado con 19 detenciones. Si bien, por primera vez, los servicios de información han detectado que han circulado por los canales islamistas mensajes propagandísticos sobre las Islas Canarias, según revela el Centro Memorial Víctimas del Terrorismo en su Balance del terrorismo en España 2022. «Nuestros ojos están puestos en las Islas», apuntan los yihadistas en uno de sus comunicados.

Las formas de colaborar con las redes del terrorismo islámico son muy diversas. En julio de 2015, agentes de la Policía Nacional detuvieron a una mujer en Arrecife, Lanzarote, que captaba niñas y adolescentes para enviarlas a zonas controladas por el Daesh en Siria e Irak. La intención era seducirlas para explotarlas sexualmente, ejercer labores de apoyo doméstico y hospitalario y un grupo muy reducido se integrarían las filas de combatientes. La mujer detenida es española, conversa al Islam, y tenía contacto directo con un importante facilitador de la organización, de quien recibía directrices e instrucciones. Este caso es uno de tantos en los que se ha visto como mujeres, que habiendo nacido y crecido en países europeos, han sufrido un proceso de radicalización que ha desembocado en su compromiso y adhesión ideológica al yihadismo y su integración en una organización terrorista.

Solo cinco meses después de este arresto, la policía detuvo en Pájara, Fuerteventura, a otra mujer de nacionalidad marroquí, que también estaba integrada en la organización terrorista Daesh. Su objetivo era adoctrinar y reclutar a nuevos adeptos en favor de la causa. Para esto, distribuía a través de internet material multimedia que ensalzaba las capacidades operativas del Daesh, con una imagen idealizada de su lucha, y vertía amenazas de muerte en su nombre, tanto a España como Francia.

Novias para los muyahidines

Esta mujer también distribuía información sobre el uso y manejo de artefactos explosivos y armas largas, con el fin de facilitar la comisión de acciones terroristas. Según señaló la Policía Nacional en el momento de la detención, este modus operandi mostraba una nueva estrategia del Daesh para incorporar a nuevos militantes en remoto, un protocolo con el que minimiza los riesgos de sus activistas, pues no tendrían que desplazarse a países como Siria o Irak para recibir formación.

Las Palmas de Gran Canaria fue escenario, en agosto de 2019, de la detención de un hombre de nacionalidad española por autoadoctrinamiento y colaboración con una organización terrorista. El detenido había experimentado un incremento de su radicalización y se tomado fotos frente a la sede de una asociación LGTBI, un colectivo hacia el que había mostrado una especial aversión, pues la comunidad LGTBI ha sido reiteradamente señalada por el Daesh como uno de sus objetivos. Este hombre aseguraba haberse convertido al islam tras los atentados del 11-M y presumía de lucir una estética completamente occidental, para evitar ser detectado.

Solo dos meses después, pero en Tenerife, la Guardia Civil apresó a un chico de 26 años, natural de Mauritania, por enaltecimiento y adoctrinamiento terrorista. El detenido consumía propaganda de grupos islamistas y buscaba manuales muy detallados para la fabricación de explosivos caseros, como el conocido como la madre de Satán.

Nivel 4 de alerta antiterrorista

En 2020, la Policía Nacional arrastó a dos personas, una en Mogán y otra en Melilla, que se dedicaban a reclutar mujeres vulnerables para que se casaran con otros terroristas y así asegurar un descendencia de hijos muyahidines de Al Qaeda, cuyo objetivo final era la imposición de un califato islámico por medio de la yihad combativa.

Otro de los yihadistas capturados en Canarias, un hombre de 32 años, residente en La Laguna, había dado muestras de estar «fascinado por la violencia desplegada» por Al Qaeda y Daesh, según señaló la Guardia Civil tras su arresto en octubre de 2021. 

España elevó la alerta antiterrorista al nivel 4 en junio de 2015. Desde entonces, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han potenciado las investigaciones relacionadas con este tipo de estructuras de propaganda, radicalización y captación, especialmente en el ámbito de las nuevas tecnologías. Además, hacen especial hincapié en los vínculos entre personas residentes dentro y fuera de España, reforzando la cooperación policial internacional.

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