La isla de Tenerife no para de crecer demográficamente, adelantó hace años a Gran Canaria en aumento de población y es la que más inmigrantes recibe pero, sin embargo, su capital está perdiendo habitantes, algo posiblemente relacionado con la dificultad para acceder a una vivienda. Sucede también en Las Palmas de Gran Canaria. El profesor de Geografía de la Universidad de La Laguna Luis Jerez expuso ayer ante la comisión parlamentaria que trata de buscar respuestas al reto demográfico y el equilibrio poblacional en Canarias, que una y otra ciudad viven en una paradoja. Concentran el mayor número de población de las Islas a la vez tienen un índice de pérdida demográfica creciente. A 1 de enero de 2021 el número de habitantes en Las Palmas de Gran Canaria era de 378.675, la población cayó en 2.548 respecto al anterior; en Santa Cruz de Tenerife se pasó de 209.194 a 208.563 en un año.

¿Cómo se explica? Jerez defiende que en el Archipiélago más que hablar de despoblamiento se debe aludir a «estancamiento» de población.

La dinámica demográfica en Canarias es similar a la de las sociedades desarrolladas, esto es, envejecimiento y un acusado fenómeno de «desnatalidad» – los nacimientos han caído en las Islas un 14,89 %– que compensa la aportación de población inmigrante. Pero en Canarias hay que tener en cuenta, además, su compleja realidad geográfica, lo que lleva a que el 82% de la población se concentre en las islas capitalinas, Tenerife y Gran Canaria, y luego en éstas en las periferias de las capitales y de las zonas turísticas, y en las medianías bajas.

Si a las capitalinas se suman las islas turísticas, Lanzarote y Fuerteventura, concentran entre todas al 95% de la población del archipiélago, lo que contrarresta con el estancamiento de la población en La Palma, La Gomera y El Hierro desde la década de los 70 del siglo pasado.

De ahí la contradicción de que los espacios que concentran mayor número de población, las capitales canarias, a la vez tengan pérdidas demográficas.

Al respecto Luis Jerez considera que se necesitan estudios más precisos para entender este fenómeno pero la hipótesis apunta a que la principal causa tiene que ver con el mercado de la vivienda y de ahí el crecimiento de las periferias de ambas ciudades.

En Canarias continúa el fenómeno de la burbuja inmobiliaria que provoca que también núcleos turísticos como San Bartolomé de Tirajana o Arona pierdan población porque «la gente se va afuera en busca de un mercado de vivienda más asequible». Por ello apunta que la despoblación de las dos capitales y de los centros turísticos no es problemática, pero sí lo es la de las medianías y el interior de las Islas.

‘Islas verdes’

Las consecuencias son un grado de envejecimiento elevado en las islas verdes, en las que todos los municipios tienen una media de población de más de 44 años, lo que también ocurre en las zonas rurales de las islas capitalinas.

Y a mayor grado de envejecimiento más población dependiente, lo que es perceptible e los municipios rurales frente a los urbanos.

Asimismo explicó el profesor de la ULL que la población inmigrante se concentra en las capitales, centros turísticos y sus periferias salvo la europea de edad avanzada, que ocupa las zonas turísticas con segundas residencias o viviendas permanentes.

Jerez no cree que se llegue al extremo de hablar de ‘islas-ciudad’ en cuanto a poblamiento porque buena parte del territorio es protegido pero, admite, la carga demográfica «sí nos hace ir hacia este concepto.

«¿Cómo revertir esta situación?», se pregunta. Y contesta: «Canarias pide a gritos revisar su modelo económico y diversificar, de manera que habrá que incentivar el sector primario en espacios rurales, algo que requiere de política con palabras mayúsculas», señaló a los diputados presentes en la comisión.

Formar, no frenar


El Parlamento recibió ayer también al economista José Miguel González que considera que no se debe frenar la inmigración, sino competir con ella «formando a las personas, incluso a las que no quieren». González, que ha sido director general de Trabajo del Gobierno de Canarias y director del gabinete técnico de CCOO en Canarias, subrayó que Canarias es la segunda comunidad autónoma del país en cuanto a densidad de población, pero la última en cuanto a PIB per cápita, lo que da una idea clara de su vulnerabilidad y dependencia. Cuando Canarias era región objetivo 1 de la UE este indicador estaba prácticamente a la par con el resto del Estado pero con el estatuto de adhesión como región ultraperiférica y la llegada a las Islas de un flujo de población importante el PIB per cápita comenzó a descender. «Eso significa que somos menos productivos». La paradoja que hay que resolver es por qué en Canarias hay puestos de trabajo sin ocupar y a la vez una cifra de paro de dos dígitos, y esta resistencia a disminuir la tasa de desempleo se debe justamente a que hay un incremento de la población activa por la inmigración y un sistema de protección social que desincentiva a los perceptores de una prestación. |