Los ucranianos no se rinden y van a resistir «con todo» a la invasión de su tierra. Ese espíritu, la tristeza y la emoción reinaron durante la concentración de ayer en la plaza de España de Santa Cruz. Muchas banderas del país, pancartas e insultos contra Putin, centro de todas las iras, más que contra los rusos. 

Rechazo a la guerra y resistencia a la invasión rusa de Ucrania. Las dos ideas marcan la concentración del millar de personas que respondieron ayer a la convocatoria de la comunidad ucraniana en Tenerife para protestar en la plaza de España de Santa Cruz. Muchos eran miembros de la colonia en Tenerife –hay unos 1.500 registrados en la Isla–, asentados mayoritariamente en el Sur. Pero también había canarios, como el alcalde la capital tinerfeña, José Manuel Bermúdez, la única autoridad presente; y georgianos, estonios, lituanos o eslovacos. Su bandera los representa, como la amarilla y azul (trigo y cielo) de los invadidos. Hasta rusos opuestos a su presidente. Vladímir Putin fue el centro de la iras y los insultos. Desde «asesino» o «terrorista» a compararlo con Hitler. Más que sus nacionales, porque rusos y ucranianos tienen un pasado común desde su propio origen. 

Fue una mañana llena de pancartas y consignas por la paz, contra la guerra y con Putin como diana. También de música tradicional, oradores improvisados y gritos de guerra. Del Gloria a Ucrania al No pasarán (en español).

Alina Ratman viene del Sur, donde vive hace diez años. Agradece su valentía a los rusos que salen a la calle para oponerse a la invasión. Dice estar «muy triste», pero segura de que «Putin va a perder».

Mikhail Del Campo Sopinski, 15 años, padre español y madre ucraniana. Estudia en Adeje. Lo ve «horrible», pero «vamos a derrotar a Putin para acabar con el mayor régimen terrorista el mundo».

Volodimir –como el presidente Zielinski– trabaja como albañil en el Sur y reside en la Isla desde 2001. Relata: «Cuando mi mujer me llamó de madrugada, no me lo podía creer. Nunca lo pensé». 

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Centenares de personas se manifiestan en Tenerife contra la guerra en Ucrania Carsten W. Lauritsen

El emprendedor Alexei Krylov es ruso y rechaza la invasión. Asegura que «la parte más moral, más inteligente y que más sabe» pensar de su país está en contra de esta guerra. Se siente «como los alemanes contrarios Hitler». Vita Timofeeva lo ratifica: «Soy psicóloga clínica, contacto con 5.000 personas en la redes, la mayoría rusos, y no quieren la guerra». 

Son familias con niños, jóvenes y mayores, hombres y mujeres que están aquí. Katerina es una babushka (abuela) que no se lo quiso perder a sus 76 años. Le acompañan su hija Oksana y su nieto Pavel. Tres generaciones de ucranianos en Tenerife firmes en la defensa de su país. Como 44 millones de compatriotas. Un chico dice que «nueve de cada diez de mis amigos se han alistado para luchar». Si pudiera, ya estaría allí. El vicepresidente de la primera asociación de ucranianos en Canarias, Oberig (talismán), es Dmytro Shatruk. Pide a españoles y canarios que apoyen y reclama a Europa ayuda al ejército. 

Los presentes vivieron dos momentos especiales cuando entonaron el himno nacional, el Aún Ucrania no ha muerto. Su estribillo dice: «El alma y el cuerpo sacrificaremos por nuestra libertad». La llamada de Ucrania