El vicepresidente del Gobierno autónomo, Román Rodríguez, critica la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez en la crisis migratoria de Canarias, en especial, con la falta de respuesta del Estado a la demanda regional de que se obligue a las comunidades autónomas por ley a acoger a los menores migrantes no acompañados que tutelan las Islas -casi 2.400- en solitario por el hecho de haber arribado a las costas del Archipiélago.

Para el también consejero de Hacienda y presidente de Nueva Canarias (NC) «es lamentable que haya migrantes de primera y de segunda categoría», y aunque apoya «totalmente» que el Gobierno de España haga un «esfuerzo solidario» con los afganos que huyen de la violencia, es «inaceptable que nadie pestañee» cuando llegan cayucos con 110 personas a bordo a las costas isleñas o que dejan 52 muertes -como ocurrió la semana pasada- en el mar, y «prácticamente nadie se ocupe del terrible drama humanitario de los movimientos migratorios en esta zona del mundo con centenares y miles de muertes en el anonimato».

Además, aunque le parece bien que Sánchez haya respondido personalmente a la situación de Ceuta con los menores marroquíes, si bien la estrategia de devolverlos a Marruecos se haya quedado en el aire por la leyes que asisten a los chicos, según el vicepresidente del Gobierno canario «no es aceptable» que se desentienda de los menores que Canarias acoge sin ayuda del Estado y de la UE. «Lo que no podemos aceptar y nos vamos a seguir rebelando» es que el Gobierno canario, y la sociedad en su conjunto, sea quien se encargue en solitario de atender a los menores, porque «no hay capacidad» y las Islas están «al límite», además de que «no es bueno para esos chicos y chicas que tienen derecho a una vida digna». Por ello, ante la oleada de migrantes que se espera en los meses en calma del mar, como el año pasado en noviembre, exige a Pedro Sánchez «que la atención a las menores que llegan por Ceuta y por Canarias sea gestionada por el Gobierno de España y por el resto de comunidades solidariamente y si se ha de cambiar la ley que se haga». Insiste en que la atención debe ser compartida «con cupos en función del tamaño de cada territorio y de las capacidades logísticas, y no por ser las comunidades fronterizas».

Román Rodríguez suele decir lo que piensa y en el caso de la crisis migratoria ver a ministros como Fernando Grande-Marlaska recibiendo a los huidos de Afganistán a pie de avión le parece admirable, pero no deja de recriminar que el ministro del Interior cuando ha venido a Canarias lo ha hecho tarde y sin respuestas en la mano. Es más, cerró durante meses las puertas al tránsito de los migrantes al territorio nacional, que al final tuvo que abrir por la «gran presión» -precisa Rodríguez- que ejerció toda la sociedad canaria durante meses para que estas personas continuaran su viaje y no se convirtiera a Canarias en un gueto para migrantes.