Rodica Radian-Gordon (Bucarest, 1957) es embajadora de Israel en España desde septiembre de 2019. Esta doctora en Biología ingresó en la carrera diplomática en 1991 y antes encabezó las legaciones hebreas en Rumanía y México. De visita en Tenerife, dialoga sin cortapisas sobre la actualidad. De los recientes bombardeos en Gaza a la vacunación masiva contra la Covid-19 o el potencial turístico de su país. 

¿En qué momento están actualmente las relaciones entre España e Israel?

Pasan hoy en día por un buen momento y se desarrollan en una dirección muy positiva porque tenemos el diálogo abierto entre los ministros de exteriores de ambos países. En los últimos años, por razones políticas, en Israel no existía este cargo como tal y al cien por cien. Ahora sí, y la relación con la ministra González Laya es estupenda. Eso ayuda mucho, Pero también ambos países trabajamos juntos en busca de oportunidades y de potenciar todo aquello que nos une. Este es el sentido de la labor del embajador español en Tel Aviv (Manuel Gómez-Acebo) que intenta lo mismo que yo aquí. Debo decir que este tiempo de pandemia, que nos ha tocado tanto a todos, nos ha abierto también a otras opciones. En concreto hemos buscado cómo colaborar en el retorno del turismo, que está a la vuelta de la esquina, así como en aquellos temas relacionados con la salud o en la innovación ligada ámbito sanitario. Estamos, para resumir, en un momento positivo de las relaciones bilaterales hispano-israelíes.

¿Cómo está el caso de la cooperante con la sociedad palestina Juana Ruiz, actualmente en una cárcel de Israel?

Es una ciudadana española casada con un palestino y que vive en los territorios palestinos. Está acusada de recaudar dinero para una organización terrorista reconocida como tal, no ya solo por Israel, sino por la propia Unión Europea. Ya ha estado dos o tres veces frente al juez. Ha visto al cónsul español en Israel, tiene su abogado y está a la espera de la confirmación del juicio. Desde el primer momento en que hemos sido informados por la parte española pusimos mucha atención a este caso para que la señora tuviera todo lo que merece. Su garantía de defensa, por supuesto, pero también nos pidieron que estuviéramos al tanto de sus necesidades y eso tratamos de hacer. Siempre lo máximo para su comodidad como detenida. Dentro de lo posible porque las acusaciones son muy serias y no todo se puede garantizar de manera absoluta.

La comunidad sefardí en España y en el mundo. ¿Cómo es su relación con Israel?

Israel está en contacto con todas las comunidades judías en cualquier país del mundo. Siendo ciudadanos de cada país, por supuesto, pero manteniendo sus lazos con las tradiciones ancestrales. Si una persona solicita la nacionalidad israelí la puede conseguir, pero no inmediatamente. No es tan sencillo. Respecto a los sefardíes suponen un vínculo muy importante con España. Es como si España hubiera tenido una diáspora. En cualquier nación del mundo esos españoles crearán un nexo útil con su país. Sobre la posibilidad de obtener el pasaporte español a ellos les toca decidir pero no tiene nada que ver con Israel. Este afecto de ahora, después de 500 años de la expulsión de los Reyes Católicos, sirve un poco para compensar a los judíos y tener una buena relación con ellos. Y con el estado de Israel.

¿La pandemia ha influido en su tarea como embajadora, la primera de su país en España?

Sí, soy la primera mujer embajadora de Israel en España. Como embajada hemos sufrido muchos casos de positivos en Covid-19 desde el principio de la pandemia. De hecho, el año pasado tuvimos que cerrar la sede incluso antes del confinamiento general de marzo de 2020. Un 40% de los empleados de la embajada estuvieron afectados. En la segunda ola también tuvimos algunos casos de contagios. Nos afectó bastante, como a todo el mundo. Sólo está última semana hemos empezado a regresar a la normalidad que supone el trabajo presencial. Todo el personal israelí y buena parte de los trabajadores españoles están ya vacunados y nos sentimos más seguros, Antes la mayoría se encontraba en situación de teletrabajo en su casa. Ahora vuelve poco a poco la normalidad. Pero todo no ha sido negativo y hemos aprovechado de otro modo el tiempo. Por ejemplo, al tratar de contactar con la diferentes comunidades autónomas para pensar juntos qué podíamos hacer en común. Y se ha establecido un diálogo sobre la situación de la salud para buscar lazos comunes.

¿Es la primera vez que visita Canarias y Tenerife?

No, ya había estado antes en la Isla como turista, pero nunca en La Laguna [donde se desarrolla la entrevista]. Me alojé en aquella ocasión en el Puerto de la Cruz. Las dos son ciudades muy bonitas para el visitante.

¿Sabía que en esta tierra de sequía se han copiado sistemas de desalinización israelíes?

Israel es un país pionero en el reciclaje del agua. La razón es que vivimos en una zona muy árida y desde los años setenta del pasado siglo XX se han desarrollado técnicas para llevar el líquido elemento a las instalaciones del campo y poder obtener así productos agrícolas. Se ha hecho mucha innovación en este ámbito. Por poner un ejemplo, el riego por goteo fue invención de un científico israelí (el ingeniero Simja Blass). Las tecnologías ayudan y es un orgullo que estos sistemas surgidos desde la innovación los adopten fuera y los utilicen. Como es el caso de Canarias y de Tenerife.

Su país apuesta por el turismo y Canarias es tierra de turismo. ¿Lo trae en su agenda? ¿Pronto habrá un flujo de viajeros israelíes hacia España, Canarias y Tenerife; y al revés, de España hacia Israel?

A esta última pregunta, la respuesta es sí. Hasta el año pasado fueron muchos los turistas israelíes que vinieron a Canarias y a Tenerife en particular. Estamos trabajando con España para ver cómo y cuándo vuelve ese flujo. España ya nos ha añadido en la lista para entrar pero no hemos definido detalles sobre el pasaporte verde. Se trabaja en concretarlos. Queremos tener un reconocimiento mutuo de esos pasaportes. También para que los españoles viajen a Israel. Se va a prestar mucha atención ala gente ya vacunada a la hora de poder viajar.

Hay que preguntarle por los recientes bombardeos en Gaza. ¿Alivia el alto el fuego?

Por supuesto que sí. Nosotros no buscamos el conflicto. El israelo-palestino tiene muchas capas, no es algo simple y hay una historia muy larga detrás. En Gaza domina una organización reconocida como terrorista que impone su ley a la franja desde 2006 o 2007. Ni siquiera reconoce el derecho de Israel a existir. Actuaron por razones intrínsecas a la política palestina al sentirse perjudicados por la decisión de Mahmud Abbas de no convocar elecciones. Pensaban que iban a ganar e imponerse también en Cisjordania. Buscaron un pretexto para mostrarse como líderes y poner en evidencia que ellos hacen más que Abbas y la Autoridad Palestina por su causa. Así empezó este rondo de violencia que Israel nunca inició ni quiso alcanzar. Pero cuando ha respondido lo ha hecho para recuperar la política de disuasión. Demostrar al liderazgo palestino y más allá de los propios palestinos que Israel es un país fuerte con respuestas que pueden dañar mucho a la otra parte. Y que sabe cómo proteger a sus ciudadanos. Esperamos que este mensaje haya pasado al otro lado. Después de esta época de violencia se va a mantener la calma bastante tiempo. Al menos, esta es la esperanza que tengo.

Existe una gran desproporción en el número de víctimas de un lado y otro tras once días de bombardeos continuos. En el palestino, 243 muertos (65 menores) y en el israelí 12 (2 niños) por los cohetes que alcanzaron su territorio. ¿Esto puede considerarse legítima defensa?

Es muy cínico empezar a contar los muertos en ambos lados. Hay una gran diferencia, Hamás empezó a lanzar misiles sobre la población civil de las ciudades más pobladas de Israel como Jerusalén o Tel Aviv sin provocación previa. Intentamos calmar la situación pero no fue posible. Israel tiene afortunadamente la Cúpula de Hierro, el escudo antimisiles, porque sin él habrían sido cientos los muertos. Tras ese primer ataque inesperado por parte de Hamás hemos sido muy exactos en los objetivos que hemos atacado. Son todos objetivos militares y no puedo dar detalles porque se trata de inteligencia militar. Se ha conseguido destruir una infraestructura muy compleja. El problema es que Hamás usa los civiles como escudos humanos y se mezcla con ellos. Israel, antes de demoler edificios lo ha anunciado con tiempo para que la población civil los abandone y no fuera afectada. Además, hay otro factor: los misiles que Hamás ha lanzado sobre Israel han caído en un 30% o un 40% sobre la misma Gaza y han afectado a muchos civiles palestinos De cualquier manera, insisto en que es cínico porque un niño muerto es un niño muerto en cualquier lugar. Reconozco la destrucción de una parte importante de infraestructuras de la Franja de Gaza, pero, sobre todo, hay que lamentar que haya habido víctimas palestinas inocentes, sobre todo los niños. Me parece lamentable y una tragedia.

Los enfrentamientos han llegado por primera vez al interior de Israel entre árabes y judíos. ¿Le preocupa?

Claro que sí. Nos preocupa a todos. A los judíos y a los árabes israelíes (1,5 millones de personas, el 20% de la población). Por fortuna, la calma ha retornado en mayor o menor medida a las calles en los últimos días, pero es una señal muy fuerte para las distintas comunidades dentro del país. Es la primera vez que pasa algo así, nunca había ocurrido desde la creación del estado de Israel en 1948. Es un semáforo a tener muy en cuenta, una alerta para volver a la senda que hemos tenido hasta ahora, la de querer vivir juntos.

¿Es posible la paz entre israelíes y palestinos?

Este es un conflicto muy complicado como ya dije antes. La clave para encontrar una salida al mismo es en mi opinión sentarnos juntos. Algo que parece tan simple y es al mismo tiempo bastante complejo. Hemos tenido durante la historia varios puntos de negociación donde hubo avances importantes como los Acuerdos de Oslo (firmados por Isaac Rabin y Yasser Arafat en 1993) que tuvieron su prólogo en la Conferencia de Paz de Madrid (1991). Lo importante es tener reuniones directas y discusiones, negociar cara a cara. Puede ser en cualquier lugar del mundo, eso es lo de menos, pero ahora mismo no parece algo muy probable. Aunque, insisto, lo más importante es poder llegar a un reconocimiento mutuo del derecho de vivir juntos. Sería un gran primer paso.

¿Cuál sería la solución? ¿Tal vez la creación de dos estados?

Eso lo dejo a los políticos y a los negociadores, pero antes que nada hay que buscar el reconocimiento mutuo y poner fin a la disputa. A partir de ahí se puede iniciar un camino hacia la paz.

Israel anuncia que acaban las restricciones por la Covid-19 el 1 de junio (este martes). Lo han hecho bien, según los resultados obtenidos. ¿Cómo han podido desarrollar un proceso de vacunación tan masivo, rápido y ordenado de la población?

Tenemos algunos elementos a nuestro favor, hasta cuatro, que han demostrado ser muy importantes. En primer lugar, el gobierno israelí empezó a negociar con las grandes farmacéuticas antes de que saliera la primera vacuna. Con Pfizer, Moderna y AstraZeneca. La intención era asegurarnos una cantidad importante de dosis cuando salieran al mercado. Lo hemos pagado y cuesta lo que cuesta, pero lo importante es tenerlas. Israel es un país de nueve millones de habitantes y no tenemos el mismo poder para negociar que una unión como la UE que tiene 450 millones. El segundo elemento es que contamos con una infraestructura en red muy buena y el tercero que el sistema de salud israelí está digitalizado desde hace veinte años y ha sido fácil llegar a cada persona de forma rápida y eficaz. En último lugar, pero igual de clave, es que estamos acostumbrados a situaciones de emergencia y sabemos cómo reaccionar. También las autoridades que conocen perfectamente su tarea. Por eso Israel está en el camino de ser uno de los primeros países en alcanzar la normalidad. El 63% de la población ha recibido ya las dos dosis de la vacuna y eso nos permite tomar medidas como, entre otras cosas, la eliminación de las mascarillas.

De la exitosa campaña de vacunación al conflicto en la Franja de Gaza. ¿Cuál es la verdadera imagen de Israel?

Israel es un país democrático en medio de una zona muy compleja. El palestino no es el único conflicto en el entorno, pero a pesar de eso, durante los 73 años de nuestra existencia hemos mostrado una resiliencia fuera de lo común, además de iniciativa y creatividad. Pero también que podemos vivir con nuestros vecinos como ocurre con Egipto y Jordania o con los recientes acuerdos de Abraham –con Emiratos Árabes Unidos en agosto de 2020–. Incluso colaborar con el mundo árabe. Todo esto en conjunto tiene que servir como impulso para realizar un esfuerzo todavía mayor con los palestinos para lograr la paz.

¿Le preocupa un antisemitismo que parece de nuevo en alza en algunos lugares?

Desgraciadamente, el antisemitismo no ha desaparecido nunca. Cada vez que se recrudece el conflicto palestino reaparece con fuerza. Todas las sociedades deben enfrentarlo y luchar contra él. Esta forma de discriminación puede llegar, y lo hemos visto en el pasado, a extremos insospechados. No tiene que preocupar sólo a los judíos sino a todos los países donde hay judíos. Y también a aquellos donde no los hay.