La presencia de una superviviente en el cayuco que fue localizado el pasado lunes a 490 kilómetros al sur de El Hierro con 17 fallecidos a bordo es la pista más sólida para descartar a otras embarcaciones que continúan desaparecidas en la Ruta Canaria. La ong Caminando Fronteras tiene abiertas cinco alertas recibidas desde Mauritania en las últimas cuatro semanas. “La información es poca, pero el hecho de que ya hayan encontrado a una mujer nos permite concentrar la búsqueda en otros objetivos”, cuenta Helena Maleno, fundadora de la organización que lucha por la defensa de los migrantes que transitan de manera clandestina por la frontera occidental euroafricana. En concreto, y a falta de lo que pueda confirmar la investigación oficial, el cayuco que aún está siendo remolcado al Archipiélago llevaba entre 15 y 20 días en alta mar cuando se activó la emergencia.

Hasta primeras horas de la tarde de ayer, Caminando Fronteras no descartaba aún que la embarcación con los muertos fuera una de las cinco a las que se les perdió el rastro después de que saliera de la costa mauritana. “Hay más de las que nosotros contabilizamos, pero en tierra las familias de los desaparecidos quieren evitar que las criminalicen por estar buscando e identificando a personas que mueren en su deseo de llegar a Europa”, subraya Maleno sin ocultar que “estamos desbordados” por las llamadas de auxilio procedentes de Argelia, Marruecos y Mauritania.

“Nos falta información”

Mauritania no siempre informa de las embarcaciones que parten de sus costas. Esta es una realidad que ha podido constatar en varias ocasiones Caminando Fronteras. “Si no hay noticias en unos días, son los familiares de los migrantes los primeros en enviar los mensajes de auxilio”, señala Maleno respecto a unas incidencias que en muchas ocasiones no se denuncian por un doble motivo. “Tienen miedo a las represalias, pero en muchas ocasiones llega a convertirse en vergüenza”, incide la activista antes de realizar una reflexión que sus compañeros pueden comprobar sobre el terreno. “Las muertes en la Ruta Canaria son invisibles, es imposible cuantificar la magnitud de ese dolor”.

Caminando Fronteras reconoce que en estos momentos las autoridades españolas y marroquíes llevan varias semanas cruzando datos sobre las cinco alertas que han recibido. Esa colaboración, admiten, se mueven en unos picos que en ocasiones dependen del grado de afectividad que haya entre las partes: la tensión abierta en el caso Brahim Ghali, líder del Frente Polisario que viajó a España para recibir tratamiento médico, es una prueba más de los habituales desencuentros entre la diplomacia española y la del reino alauí.

Al margen de esas incidencias políticas, Caminando Fronteras admite que en estos instantes en Mauritaria hay familiares inquietos por el destino de más de un centenar y medio de migrantes de los que no se tiene noticias desde hace varias semanas.

De los cayucos perdidos en los últimos 15 días en unas coordenadas alejadas del Archipiélago, Helena Maleno avanza que “son dos sucesos muy similares que ponen de relieve que las cifras de las que hablamos siempre son más negativas de lo que leemos o escuchamos en los medios de comunicación”, añadiendo que “hay que hacer un sobreesfuerzo para buscar las pateras que tenemos constancia que han salido y aún no han sido detectadas”.

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Llegan 54 migrantes a Los Cristianos Andrés Gutiérrez

“Faltan medios”

Las largas distancias y, sobre todo, la falta de medios son dos factores que, a juicio de Maleno, han tenido una incidencia trascendental en los dos últimos sucesos mortales relacionados con la migración que se han registrado en las Islas. “Que faltan medios no es algo que diga por oportunismo Caminando Fronteras, sino que es una evidencia que se le puede preguntar a los sindicatos mayoritarios de los trabajadores que tienen que atender a diario estas desgracias”, señala.

Helena Maleno, además, incide en el hecho de que las aeronaves se quedan en tierra porque no hay profesionales suficientes y su utilidad se pone en entredicho. “Hacen falta pilotos para ordenar los turnos de trabajo y ganar en efectividad a la hora de realizar operaciones de larga distancia”, critica, sin dejar de lado otras reivindicaciones de ámbito laboral que cobran fuerza cuando una desgracia evoluciona a la categoría de drama. “Los equipos de rescate están reventados, hacen falta más manos para poder llegar a tiempo a los avisos”, asevera.

Las dantescas condiciones de trabajo a las que se enfrentan los rescatadores son, sin duda, una de las razones por las que Caminando Fronteras reclama más medios para combatir la migración próxima a Canarias. “Maniobrar entre cadáveres es una de las sensaciones más horrorosas que existen, y estas personas lo hacen cada dos por tres en unas condiciones muy precarias”, exalta, antes de realizar un último comentario. “¿Cómo es posible que un cayuco con supervivientes tarde tantas horas en tocar tierra?”, pregunta la líder de la ong. El exceso de horas de navegación es otro de los “puntos negros” que pone de relieve Maleno en la parte final de una conversación en la que, de forma inevitable, vuelve a emerger con fuerza el último gran rescate registrado en las Islas. “Muchas de las cosas que pasan en estas emergencias ya no se pueden evitar, pero no es de recibo que haya profesionales arrastrando un cayuco lleno de muertos durante más de un día”, señala sobre la operación de remolcado que aún lleva a cabo la Guardamar Talía: la estimación de llegada a Los Cristianos está fijada para las primeras horas de la madrugada del jueves. “Las vidas que se están perdiendo en la Ruta Canaria son incontables y estamos desbordados por unos avisos que en situaciones como estas terminan con muchos muertos”, señala.