«Ídolos de carne y hueso»

ARTÍCULO: WEB OFICIAL CB CANARIAS:

Autor: Marcos Perera.

Son varios los jugadores de la primera plantilla del Socas Canarias Ciudad de La Laguna que han hecho sus pinitos con la pizarra y el banquillo. El capitán Airam Marrero, que tiene el título de entrenador de primer nivel, lleva años ejerciendo de técnico de base con los alumnos del Colegio Echeyde; mientras que el alero Nacho Yáñez y el base Iker Urreizti sacaban recientemente el mismo título para afrontar durante la temporada en curso sus primeras vivencias desde la banda con la propia cantera aurinegra.

Nacho, formado en el Virgen de Atocha, un núcleo de base tradicional del basket madrileño de donde salió el técnico Charly Sainz de Aja, ex entrenador del Estudiantes y seleccionador júnior de los campeones del Mundo en Lisboa, habla de una experiencia “muy gratificante”.

“La verdad”, dice, “es que da gusto trabajar con ellos porque a esa edad son muy receptivos y ponen mucho de su parte”, apunta Nacho, quien ayuda a Javier Acosta con la generación del 98. Yáñez no se ve como primer entrenador en un futuro próximo, pero sí que no descarta  ejercer “en algún puesto vinculado al baloncesto” e incluso “trabajar con jóvenes jugadores”, dice.

Iker, de tal palo tal astilla

Iker Urreizti compagina también sus obligaciones con el primer equipo y el preinfantil aurinegro, donde echa una mano al ex base canarista Juan Tomás Rodríguez al frente de la generación del 97. Al jugador donostiarra lo del baloncesto e, incluso, lo de los banquillos le viene de familia. Miembro de una saga de cinco hermanos jugadores, todos ellos bases por cierto, sus tíos José Manuel y Eugenio estuvieron siempre vinculados al deporte de la canasta, igual que su padre Andoni.

El “Aita” llegó a ser internacional Sub 22 a las órdenes de Aíto García Reneses para luego ejercer de árbitro y pitar en la Primera de antaño, incluida una final entre el Barça y el Real Madrid. Considerado uno de los personajes claves del basket guipúzcoano, Urreizti padre trabajó en su día en la formación de jugadores y fue presidente del Juven Saski, un clásico del deporte vasco.

Iker afronta su tarea con la cantera con el mismo entusiasmo que su padre e integrado de lleno en el canarismo tras tres temporadas en la Isla.