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MONTAKIT FUENLABRADA - IBEROSTAR TENERIFE.

 Agustín Arias, S/C de Tenerife

El Fuenlabrada, que inició el choque de ayer luciendo el “farolillo rojo” de la Liga Endesa, le dio una auténtica lección de pundonor, garra, ganas e ilusión a un desconcertante Iberostar Tenerife.

El juego aurinegro tocó fondo, con minutos que dio auténtica pena, viéndose sin recursos para plantar cara a un Fuenlabrada que afrontó esta cita como si le fuera la vida, queriendo demostrar a Hugo López, nuevo entrenador, y a su afición, que poseen recursos suficientes para superar la crisis de resultados que le tenían con solo tres victorias en el pozo de la clasificación.

El -17 (83-66) del final –la ventaja llegó a situarse en los 20 puntos– refleja lo presenciado sobre el parquet del Fernando Martín. Un Iberostar Tenerife que mostró sus primeros síntomas de carencia de intensidad en los primeros tres minutos cuando el “Fuenla” le clavó un 10-2 que llevó a Martínez a parar el partido.

La concentración en defensa brillaba por su ausencia, comprobando como el “flaco” de 2,16 Akindele le ganaba la partida a Sekulic en el rebote, permitiendo con ello que los locales gozaran de dobles posesiones en un mismo ataque. Dos triples de Rodríguez cerraron el primer parcial con un 27-13, un castigo merecido por el escaso acierto aurinegro en las distintas facetas del juego.

Alejandro Martínez ya había movido fichas, dando cancha a Rodrigo San Miguel en lugar de un apagado Ricardo Úriz, situando a Rost por un flojísimo Beirán y colocando a Fotis en lugar del físicamente apagado Blagota Sekulic.

Fue en este periodo donde el Iberostar Tenerife ofreció sus mejores minutos. Dos entradas hasta la cocina pusieron la diferencia en 8 (29-21), con acción inmediata de un dos contra uno para dejarla a 6, pero se le fue el balón de las manos a Fotis Lampropoulos tras un buen pase de Rodrigo San Miguel.

Tiempo muerto del “Fuenla” y respuesta de Alberto Díaz desde el 6,75 para volver a situarse por arriba de la decena (34-21).

Un triple de Blanco y una acción de 2+1 de Tsairelis colocó el -7 (43-36) con un parcial de 16-23 en estos segundos 10 minutos.

El Iberostar Tenerife, a pesar de su escaso acierto en el rebote defensivo –Akindele le hizo un traje a Sekulic en esta ocasión– se volvía a meter en la pomada.

Sobre todo cuando firmó un arranque “made in CB Canarias”, es decir, minutos buenos atrás, rapidez y efectividad arriba. Sendos triples de Luke Sikma y Levi Rost reducen a solo dos tantos la ventaja local (45-43), con Hugo López “parando” de nuevo el juego.
Empezaba una situación muy diferente. Parecía que salía a relucir la intensidad y el poderío que lució el Iberostar Tenerife en sus salidas ante Sevilla, Estudiantes y Obradoiro.
Pero fue todo un espejismo. El Fuenlabrada volvió a apretar en su presión defensiva, con los aurinegros volviendo a los errores. Javi Vega colocó el 55-45 y Akindele, tras un nuevo rebote ofensivo, elevó la renta a los 16 tantos (63-47), es decir, un parcial de 18 a 4 en el corto espacio de 240 segundos.

El enfado de Alejandro Martínez fue evidente y se pudo comprobar en los tiempos muertos. Las cosas no estaban saliendo como se había preparado. El tercer cuarto se perdió por 20 a 13.

Quedaban diez minutos para tratar de variar las sensaciones. Se hacía necesario para ello algo que no se vio sobre el parquet: hambre de BA-LON-CES-TO.

Estaba claro que en el bando local se iba a defender a muerte para no tirar por la borda, como hicieron en anteriores encuentros, todo lo bueno que se le brindaba a una afición entregada.

Las diferencias se volvieron a ampliar, con más acierto desde el 6,75, producto del excelente ritmo en el juego, gozando de innumerables posiciones para recibir, mirar y lanzar a la canasta canarista. Porque ayer los del Santiago Martín parecían agotados, sin fuerzas y carentes de recursos.

Desde el minuto 33 al 38 el “Fuenla” no bajó de la veintena (71-51 y 79-59).
En esos últimos 120 segundos se trató de adecentar el electrónico y un parcial, ya anecdótico, de 4-7 cerró el encuentro, para alegría de los Misó, Clark, Panko, Rodríguez, Díaz, Akindele, Baron y compañía.

La valoración de ambos equipos se asemeja en el tanteador final con ese 89 frente al 68 del Iberostar Tenerife.

En el aspecto individual, un hombre valoró muy por encima de todos, el africano Jeleel Akindele (32), merced a protagonizar una doble figura: 19 puntos y 11 rebotes.

A su lado estuvieron en anotaciones el base Alberto Díaz (17 tantos) –siempre estuvo un peldaño por arriba de los directores del juego canarista– y el veterano Andy Panko (15 puntos).

En el conjunto canarista nadie se salva del fracaso. ofreciendo un nivel bajísimo en defensa, para moverse un porcentajes ridículos en el tiro exterior, como refleja ese 27% de efectividad desde el 6,75, con apenas seis aciertos de 22 ensayos. El rival le superó con claridad en esta faceta, de ahí el 11 de 26 de los hombres de Hugo López.

Mal los bases, en especial Ricardo Úriz, con San Miguel haciendo lo que pudo tras dos semanas sin trabajar con el grupo como consecuencia de sus molestias en un talón.

En los aleros no se vio la mejor versión de Nico Richotti; Saúl Blanco no brilló como lo hizo en Badalona y Javi Beirán sigue estando a años luz de aquél “matador” exterior del “Granca”. Levi Rost sigue en la línea de los dos últimos años a la hora de mirar la cesta rival, aunque haga otras cosas que sí gusta y aprecia el entrenador. Jaime Heras no dispuso

de minutos en esta ocasión.

De los pívots, mejor no hablar