La mañana agridulce de Javi Beirán en el objetivo del fotógrafo Rafael Maceira
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Fue un partido agridulce para el capitán JAVIER BEIRÁN. Alegría por sus puntos, rebotes y asistencias, además de su buen trabajo defensivo. Pero el 33 también sufrió, y de que manera, la agresividad de algunos de sus rivales, en especial el de la máscara, Rojas. En esta primera imagen, en las esquina más próxima al túnel de vestuario, y cansado de tanto empujón y «algo más», Beirán sacó su codo a pasear, aunque no llegó a impactar con Rojas.
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Uno de los árbitros le pita técnica, quedándole esta cara al alero canarista. «¿Técnica?!, pero hombre…» parece decirle el 33. Aplicando el reglamento todo parece indicar que si el colegiado entendió agresión o intento lo correcto serías señalarle una antideportiva, pero… ¿técnica?.
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Entre lo bueno de la actuación de Javi, esta magnífica acción a aro pasado que deja al defensor sin opción de impedir la canasta
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Aquí, el alero aurinegro por los suelos. Le dieron hasta en el carnet de identidad.
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«Ya está bien tío, esto así no puede seguir», podría estar diciendo para su interior Beirán mientras a sus espaldas el árbitro avisa del tiempo muerto de televisión.
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Aquí le dice a Rojas que ya está bien.
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Y el 54 llama a los dos para poner paz sobre el parquet.
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Y llegó el momento más feo del partido. Apenas faltaban 25 segundos para el final y Javi Beirán pierde el equilibrio tras ir a por un rebote ofensivo y cae mal. Sus quejas hablaban ya de la trascendencia de la lesión de rodilla.
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Compañeros y rivales se acercan y de inmediato llaman al médico del club.
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Rodrigo San Miguel trata de dialogar con Javi, quien sigue quejándose del tremendo dolor. Todos se imaginaban ya el alcance de la lesión.
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La reacción en la grada fue de silencio absoluto. Las manos en la cabeza como señal de preocupación. ¡Beirán se había roto la rodilla!
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El doctor y un preparador le ayudan a abandonar el parquet. Al fondo, la cara de preocupación y rabia a la vez del gerente Aniano Cabrera
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Aficionados siguen con la mirada la salida del lesionado.
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El doctor Conrado Rodríguez-Jaubert le hace una primera exploración mientras la fotógrafa Rosa Verde recoge el gesto de dolor de su amigo Javier Beirán
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Mientras todos miran lo que acontece en los segundos finales, Beirán se lleva la mano izquierda a la cara.
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Este fue el momento en el que es llevado a la enfermería. Allí ya le esperaba su esposa, con la lógica preocupación.