“Los primeros pasos del basket femenino en Tenerife”, por Charo Borges (XV)

MedSta.Teresa 74-75

Tampoco en Segovia

Hace pocos días, me llevé una alegría muy grande. Después de varios años sin coincidir con alguna de las antiguas compañeras del Medina Santa Teresa, me encontré con Juany Hernández y Maso, su marido. Parece que estos últimos posts dedicados a recordar los avatares de este equipo, me hayan ayudado a invocarlos para saber unos de otros. Durante unos minutos que pasaron muy rápido, hicimos un breve repaso de ese tiempo en que no nos habíamos visto. Los dos están estupendos y muy felices por ser abuelos ya. Unos abuelos muy jóvenes y muy guapos, por cierto, porque, donde hubo, siempre queda… Aproveché para preguntarles qué sabían de Cecilia, nuestra última delegada de equipo, y me dijeron que había fallecido hace algunos años. Mis sospechas se confirmaron y de verdad que lo he sentido muchísimo. Ya no podré recordar viejos tiempos con ella.
Y de una actualidad agridulce, de nuevo a un pasado, cada vez, menos glorioso.
Como siempre que nos clasificábamos para las fases finales que se celebraban en la Península, nos desplazamos a Segovia tres días antes de que se iniciara la competición, por aquello de los largos recorridos que teníamos que hacer desde nuestra isla y la necesidad de aclimatarnos al lugar desconocido. Diez fueron los equipos participantes, los campeones y subcampeones de cada uno de los cinco grupos que conformaron la 2ª División de aquella temporada.
Con ellos, la Federación volvió a formar dos nuevos grupos, incluyendo al Krystal Asunción en el primero y a nosotras, en el segundo. La primera ronda se celebró del 13 al 16 de Abril y nos estrenamos con el Medina de Valladolid que, en el último segundo, convirtió la canasta que hizo que perdiéramos por 41 a 43. Los otros tres rivales que tuvimos: Liceo Italiano, Medina de San Sebastián y Medina Almudena de Madrid, también nos ganaron y por diferencias mayores, lo que hizo que quedáramos excluidas de la fase final, después de cuatro agotadoras jornadas seguidas. Nuestro descanso nos tocó el último día. Por el contrario, la marcha del Krystal fue triunfante. Venció a tres de sus contendientes y se clasificó como candidato al ascenso a la División de Honor del baloncesto femenino. Para ello, se enfrentaron, entre sí, los campeones y subcampeones de los dos grupos y aquí, el Asunción Krystal no tuvo tanta fortuna y, aunque disfrutó de un día de descanso en cada ronda, el esfuerzo fue excesivo para un conjunto con corta experiencia en aquellas lides y un banquillo muy escaso para lo mismo.
Esta nueva comparecencia nuestra en un torneo nacional, fue la más larga y dura de cuantas habíamos celebrado a lo largo de casi una década. Por lo menos, para las cinco jugadoras que proveníamos del extinto OM. Aquello hizo que nuestra moral sufriera más de la cuenta y sólo la estancia en una ciudad tan bonita y rica en diferentes culturas como Segovia, mitigó bastante aquella tristeza. En la próxima entrada, les describiré los buenos ratos pasados en su visita.
Las compañeras procedentes del Santa Teresa originario debieron sentir esa desazón nuestra y se las ingeniaron para alegrarnos con divertidos detalles, una vez acabada la competición para nosotras. Nelva Estévez era la capitana del equipo y me consta que también capitaneó aquel derroche de simpáticas ocurrencias rimadas que, junto a un pequeño regalo, nos dedicaron a cada una de nosotras. Especialmente graciosa fue la que recibió Charo y que ella conserva con especial cariño. Nelva fue, además, una de sus compañeras de trabajo durante un cierto tiempo. Daba clases como monitora de Gimnasia en un Instituto de Enseñanza Media, allá por los primeros 70 y, unos años más tarde, volvieron a encontrarse en el mundo del baloncesto.
Desde finales de ese mismo decenio, Nelva es entrenadora nacional de Gimnasia rítmica y una verdadera autoridad en ese campo. Acabó su Licenciatura en Educación Física y posee varias distinciones nacionales y locales. Muchas son las pupilas que han aprendido de su sabiduría deportiva y han alcanzado triunfos a nivel internacional. Ana Bautista, la gimnasta tinerfeña más conocida, fue una de ellas. Desde 2003, preside el Club Odisea, de Santa Cruz, y ahí continúa.
PoemaNelva
Paso a reproducirles, escaneado, el “poema” que le escribió a Charo, a raíz de uno de los disgustos más gordos que tuvo en el torneo segoviano. Fue durante el partido celebrado con el Medina de Valladolid, perdido por dos puntos en el último segundo y después de un arbitraje que consintió excesiva dureza por parte de las castellanas. Charo, harta de las continuas personales que le hacía quien la marcaba y sin que estas faltas se señalaran, no se le ocurrió nada mejor, por primera y única vez en su vida, que darle un empujón, – que vio todo el mundo -, en una de esas agarradas. Como suele pasar a los que nunca emplean esos recursos, no supo hacerlo. El árbitro la descubrió y le pitó a ella la consecuente personal. Esta anécdota que tanto afectó a nuestra compañera, inspiró a Nelva en el momento de creación de sus chascarrillos dedicados. Ahí va:
Cecilia
Además de esta imagen, acompañan a la entrada una fotografía de Cecilia Hernández, a modo de recuerdo y homenaje a su labor y entrega como coordinadora de los Medinas de aquella época y delegada del nuestro, y otra de las formaciones del Santa Teresa, en la que, además de ser en color, aparecen dos de las jugadoras junior, Gisela, en la fila de pie, y Marta, en la agachada.
acue3

Segovia para compensar

En los días previos a la competición y en el que tuvimos de descanso, compaginamos los entrenamientos con paseos por el entorno del hotel en que nos alojamos. Un hotel, por cierto, pequeño, muy familiar y acogedor, con una excelente comida casera que siempre celebrábamos. Estábamos ubicados en pleno centro, en la Plaza Mayor, a dos pasos de la bellísima y enorme catedral gótica segoviana. Recuerdo, como edificio muy curioso, la Casa de los Picos que, para mí, tiene un cierto paralelismo con la Casa de las Conchas, en Salamanca. También la encrucijada de encantadoras calles, jalonadas por iglesias románicas, como la de San Millán, la de San Martín o la de San Esteban, que desembocan en plazas con distintos niveles, que llevan sus nombres y alguna estatua conmemorativa de sus personajes históricos.
acue1
El imponente Acueducto romano, que nos recibió y despidió, cerca del que está el mesón de Cándido, famoso en todo el mundo por sus cochinillos lechales asados, tan típicos de Segovia. En aquel entonces, ya había lista de espera para poder comer allí. Pero no me quedé con las ganas de saber cómo se prepara en la zona. Tuve la oportunidad de probar uno exquisito, en otro restaurante también muy próximo al Acueducto, el Mesón Duque, acompañado, además, de la mejor sopa castellana que he comido nunca.
Como algo extraordinario, algunas de nosotras, las que tuvimos la curiosidad de hacerlo, visitamos los alrededores de la capital. El dueño del hotel en que nos alojamos era un hombre muy amable y campechano, que siempre estuvo pendiente de que nos sintiéramos a gusto. Hizo buena amistad con Jeromo y nos invitó a visitar lugares y edificaciones cercanas. En un microbús de su propiedad nos llevó a ver los exteriores, porque no teníamos tiempo para más, de los palacios de La Granja y de Riofrío, del que nos dijo que el pequeño bosque que lo rodea albergaba grandes y distintas piezas de cacería, sobre todo gamos, reservadas para la afición por la cetrería del Rey Juan Carlos y sus antecesores.
acue2
También estuvimos en el Alcázar, desde cuyos miradores vimos la Iglesia de la Vera-Cruz, románica y muy peculiar, porque tiene una planta poligonal de doce lados que, desde lejos, parece redonda. Paseamos muy cerca del Santuario de la Virgen de la Fuencisla y bebimos agua de una pequeña fuente de la que se decía que las jóvenes solteras que lo hicieran, se casarían en el año siguiente. Que yo sepa, en nosotras no se cumplió.
Además de disfrutar de todo lo visitado, antes de irnos de Segovia compramos algunos recuerdos para nuestras familias. En mi caso, aún se conservan en casa unos pequeños cuencos artesanos, de barro esmaltado, con la inscripción “Recuerdo de Segovia”, en los que solemos hacer, en invierno, un sucedáneo de aquella riquísima sopa castellana que tanto saboreé.
Hoy, recordando y reflexionando sobre todo lo ocurrido en la temporada 74-75, llego a la conclusión de que, más que una temporada de altibajos, fue un tiempo muy diferente al que, parte de nosotras, habíamos vivido en los grupos anteriores a los que pertenecimos. Tengo la sensación de que fue la temporada más disputada, en la que el resultado de cada partido era más incierto. En las anteriores, nuestra superioridad era tan manifiesta que, sin gran esfuerzo, ganábamos los encuentros y quedábamos campeonas de las ligas canarias, casi por costumbre.
acue4
En ésta, al fusionarnos con cinco nuevas compañeras, hubo un período de adaptación que costó superar y que, muy probablemente, el amor que todas, sin excepción, sentíamos por el baloncesto, hizo que saliéramos adelante en ocasiones que, antes, no se habían dado. La compenetración en el juego no fue fácil, porque procedíamos de estilos muy diferentes y, supongo, que el artífice de que, poco a poco, lo consiguiéramos, fue nuestro entrenador, Jerónimo Foronda.
También hay que tener en cuenta que los equipos rivales mejoraban y eso hacía que ofrecieran más dificultades a la hora de enfrentarnos a ellos. Por primera vez, jugamos una liga mucho más competida, aunque no mucho más fuerte que las precedentes. En esta ocasión, todos los participantes perdimos algunos encuentros y nunca hubo una superioridad manifiesta por parte de ninguno. El campeón de entonces, el Krystal Asunción, hubo de esperar a las últimas jornadas para confirmarse como tal.
En lo único que sí mantuvimos la costumbre fue en nuestra actuación final, la de la fase peninsular. Allí, como solía ocurrir, se evidenció, otra vez, la ausencia de esa fuerza a la hora de competir en Canarias. Volvimos a perder y a no ganar ni un solo partido. Era nuestro sino y, a pesar de ello, luchábamos sin desmayo.
Ese año, la compensación vino sin esperarla y fue la de disfrutar, al menos, del sitio en el que residimos. Muestra de esa compensación son las fotos que acompañan la entrada. La Casa de los Picos, el Acueducto, el Alcázar y la Catedral de Segovia representan los buenos ratos que pasamos muy cerca de ellos.
a1

Inesperado fin de trayecto

Una vez regresamos de Segovia, comenzó el habitual período de vacaciones deportivas, aunque algunas, por puro hobby y siempre que podíamos, nos echábamos algún “dos pa´dos” o un “tres pa´tres”, allí donde hubiera una zona dibujada y un aro. El balón y las ganas siempre los poníamos nosotras. Para no perder la costumbre, vaya.
Llegado Septiembre, Jeromo nos convocó, como siempre, para iniciar la pretemporada y, entre otras actividades propias de la misma, cuando faltaba un mes para el comienzo de la liga, tuvimos un partido con el campeón de Canarias vigente, el Asunción Krystal. Partido que ganamos por 38-27 y del que Jorge L. Carballo, periodista especializado en baloncesto, dijo en su crónica que el Santa Teresa, aunque era muy pronto para vaticinarlo, apuntaba, de nuevo, a ser uno de los “gallitos” de la competición.
a2.
El grupo canario contó, en esta temporada de 1975-76, con diez equipos repartidos por las dos provincias, dos menos que en la precedente: U.D. Las Palmas, Medina de Gáldar, Medina de Telde, Medina de Arrecife y Caja Insular de Ahorros de Arucas, por la de Las Palmas; por la de Santa Cruz, Asunción Krystal, Hércules de Icod, Marítimo Atlántico (con las jugadoras y equipo técnico del Medina Santa Cruz de la temporada anterior), Medina Orotava y el nuestro, Medina Santa Teresa. Desaparecieron el Alfa Romeo y el Medina Chaxiraxi.
También ésta fue una temporada irregular para nosotros y añadió, además, un ingrediente al que no estábamos acostumbrados: la violencia y el mal ambiente en algunos momentos de la competición. Como muestra, la suspensión de dos encuentros por agresiones o intentos de agresión a los árbitros. Uno fue en Icod, a falta de dos jornadas para acabar el torneo y, precisamente, en nuestra visita al Hércules. Allí, el colegiado que pitaba, ante la ausencia de fuerza pública a la que recurrir cuando algunos desaprensivos intentaron agredirle, suspendió el partido en el minuto 33 y cuando ganábamos nosotras por 32 a 44.
El segundo incidente se dio en el Medina Orotava-Medina Arrecife que, a medio minuto para terminar y cuando ganaban las visitantes por un 29-30, fue suspendido por invasión del campo de juego, por parte de algunos asistentes que, además, agredieron al árbitro. En ambos casos, el Comité nombrado para estas situaciones falló a favor de los equipos que iban ganando y dio por concluidos ambos partidos. También fue deplorable el enfrentamiento, más allá de las palabras, de algunos familiares de los componentes del Marítimo Atlántico y del Asunción Krystal, en el encuentro celebrado en la cancha de este último, teniendo que intervenir los colegiados para evitar males mayores. Otro suceso indeseable fue el ocurrido también en La Orotava.
Allí, una de las jugadoras locales, no contenta con una decisión del colegiado de turno, mostró su desacuerdo estrellando, contra el suelo, el reloj de la mesa arbitral.
a3
En la clasificación final, volvió a ser Campeón de Canarias, y esta vez imbatido, el Krystal. Le siguió el Marítimo Atlántico y, en el tercer puesto, nosotras. Perdimos cuatro encuentros: los dos contra el campeón, además de uno con la U.D. Las Palmas y el otro no recuerdo con quien ni dispongo de reseña periodística que lo recoja. La Fase Nacional de Ascenso a la 1ª División se celebró en la ciudad de Cuenca y a ella sólo asistió el primero de cada uno de los grupos que conformaban la 2ª. La gran noticia fue que el representante canario logró, por fin, el ascenso de categoría, junto con el Medina de San Sebastián. Justo diez años después de que el mítico Mª Auxiliadora fuera brillante Campeón nacional de la 2ª División e injustamente despojado de su derecho a haber ascendido a la División de Honor femenina. Dos indudables hitos de nuestras baloncestistas y que, sin duda, abrieron camino a que formaciones posteriores también lo lograran. Lógicamente, de lo ocurrido en esta liga final no puedo aportar detalles porque no estuve allí.
a4
Lo que sí puedo decir es que, a nivel personal, después de haberme iniciado en esto del baloncesto catorce años antes y haber competido dura y seriamente durante diez temporadas consecutivas, el balance de todo lo vivido hasta entonces fue muy positivo. Aún así, los acontecimientos del último año, los del ambiente enrarecido por acciones lamentables, me disgustaron de tal modo que, después de meditarlo mucho, decidí retirarme.
Sentí que aquello iría empeorando y que ya no me iba a encontrar a gusto. Sentí que el respeto y la camaradería que había entre todos los que nos dedicábamos a la noble tarea del deporte, en su estado más puro, comenzaban a perder la exquisitez de la que siempre hicimos gala. Empecé a detectar intereses ajenos a esa pureza. De fuera nos llegaron intrigas, influencias, envidias y rencillas que nada bueno aportaban a lo que por aquí, de manera más modesta, hacíamos. Percibir todo aquello me llevó a tomar esa decisión. Los malos resultados de los últimos tiempos no me preocupaban, porque es ley de vida el relevo generacional en todos los ámbitos y ya sólo aspiraba a seguir disfrutando de los buenos ratos con los compañeros y amigos, dentro y fuera de las canchas. Así pues, convencida de que era lo mejor, colgaría mis botas y me concentraría más en mi trabajo y en mi futuro laboral. Quería asegurarlo con una estabilidad mayor de la que tenía y, forzosamente, esta realidad pasaba por la preparación de unas oposiciones.
Este final de trayecto no significa que éste sea mi último post, porque quedan algunos cabos sueltos, dentro de la cronología seguida, y quisiera atarlos en nombre de la más estricta justicia hacia quienes fueron intérpretes de esos cabos.
a5
Por ahora, vayan estas imágenes, para completar el de hoy. Son momentos de juego con el Medina Orotava en nuestra cancha, con el Krystal, en la suya, y una foto de familia con las chicas del Caja Insular de Arucas y otra de nuestro equipo. En éstas últimas, nos acompaña Tino, el marido de Marta, que sustituyó a Jeromo en la dirección de los encuentros que tuvimos en Arucas y en Icod, porque él no pudo asistir.
CONTINUARÁ…