«Cuando el dinero de los ricos rompe la magia de los pobres»

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Esto es así. Siempre lo ha sido y nadie lo va a cambiar ahora. Es la historia que se repite. El más rico hace uso del talonario y adquiere los servicios de quienes destacan en el equipo del pobre que se atrevió a brillar en una Liga gobernada por los grandes. Da mucha rabia. ¡Claro que sí! Pero no hay absolutamente nada que lo remedie. Porque aquí, en nuestra Islita, no tenemos a ningún señor Roig, dueño de Mercadona, que invierta a fondo perdido para hacer campeón al Valencia Basket. Ni a un Cabildo de Gran Canaria, que opta por sacar de sus arcas más de 8 millones de euros para cubrir el presupuesto del equipo de su Isla, cuando el nuestro apenas tiene una mínima participación del capital social del CB  Canarias.

Sí, qué pena que don dinero nos robe la magia. Que no podamos seguir disfrutando en el Santiago Martín de un proyecto que ilusionó a toda una Isla y que enamoró al baloncesto nacional. Fantástica temporada en la Liga Endesa, con presencia en la Copa del Rey, en los play-off», con esa extraordinaria quinta plaza y, como guinda a un sabroso pastel, una sensacional travesía por Europa, con la conquista de la Final Four.

Nos sentimos orgullosos de nuestro club representativo y del trabajo de sus dirigentes por haber confeccionado ese plantel de técnicos y jugadores pero… ¡¡¡Zac!!! El grande saca sus redes de pesca y ¡¡¡a fichar!!!. ¿Que Txus Vidorreta tiene una cláusula de «cuatro pesetas?, las pagamos y ya está. ¿Qué nos gusta cómo las enchufa Aaron Doornekamp? pues que venga con los campeones. Luego aparece el Alba Berlín para «quitarnos» a Marius Grigonis. Bogris opta por la Euroliga con el Olympiakos…

Y es que así se escribe el día a día de un deporte en el que aquel que más dinero tiene mejor va a fichar. 

Afortunadamente aquí, en el seno de la familia canarista, siempre se ha tenido los dos pies clavados al suelo, con una afición fiel y consciente de las limitaciones de una entidad que apenas tiene 4 millones de euros de presupuesto. Claro que lo bonito gusta, pero por los argumentos expuestos es evidente que no siempre se podrá vivir por encima del límite. Y así hay que entenderlo y asumirlo. 

¿Lo positivo y a la vez tranquilizante?, que en la casa aurinegra se cuenta con un «ojeador» que por cada error posible, que los ha habido, protagoniza 30 aciertos. Es el caso del gerente Aniano Cabrera, el hombre de los fichajes. Su quehacer cobra enteros precisamente cuando nos arrebatan lo bueno y, de inmediato, trata de buscar algo igual o mejor. Y tenemos casos evidentes: Se fue Grigonis y fichó a Ponitka. Se marchó Bogris y vino Tobey. Valencia Basket apostó por Aaron y se contrató a un Rosco Allen que deslumbró en el Obradoiro, aunque el 25 no termine de bordar un partidazo. Cuando lo haga veremos su verdadero nivel. ¿Vrabac? es un exterior alto que, según palabras de Cabrera, tiene por delante a Javi Beirán. Esperemos que el 24 demuestre su nivel ahora que Beirán tendrá que ver los partidos desde una silla.

¿Qué es lo que sucede entonces para que la plantilla no esté rindiendo al mismo nivel si sus nuevos integrantes no tienen nada que envidiar a los que se fueron, con la excepción, quizás, de Doornekamp? La respuesta está en el banquillo: Nenad Markovic es un debutante en la categoría y no tiene ese descaro y experiencia de Txus Vidorreta. Le falta dar ese grito a la cara, lanzar la pizarra al parquet y hacer ver a los suyos que no están haciendo bien las cosas. Porque cuando se regala el partido al Andorra, que te lo pone en bandeja en el primer tiempo; cuando se tiene entre las cuerdas a un Zaragoza y un jugador te mete 30 puntos en 14 minutos; o cuando encajas un 19-4 ante el Obradoiro en 7 minutos… es que algo no se está haciendo bien.

La afición, esa que siempre ha estado en las verdes y en las maduras, quiere seguir aplaudiendo a ese Iberostar Tenerife que no baja los brazos o arroja la toalla. Quiere seguir soñando con algo mejor que luchar por la permanencia, algo que de por sí es un lujo para la Isla. Está orgullosa de los que visten esta camiseta. ¡Siempre lo está! Incluso son felices de mirar la clasificación de la BCL y ver al Iberostar Tenerife arriba. Pero igual que tiene tan claras estas cosas también espera y desea que las sensaciones que da este grupo en la Liga tomen un camino distinto, más positivo. Y para ello espera que alguien en el club mueva los hilos necesarios que permita ver con optimismo el futuro inmediato del CB Canarias, el DE TODA LA VIDA.