«¿A qué espera el Cabildo?», artículo de opinión

Bajo el título «¿A qué esperan?», dirigido a los gestores deportivos en el CABILDO DE TENERIFE, firmé el pasado viernes en EL DÍA este artículo de opinión. Muchas han sido las personas relacionadas con el baloncesto que han tenido la deferencia de llamarme o enviarme emails para expresar que comparten hasta el punto final del citado comentario. Entienden, como yo, que el Cabildo no parece querer coger el toro por los cuernos en casos como los del Tenerife Baloncesto SAD y CB Isla Única Tenerife, cuyos dirigentes han recibido dinero público. En el caso masculino dijeron que todo está en manos de los profesionales del Cabildo para exigir responsabilidades, incluso que devuelvan lo recibido al no cumplir con su parte de la Convergencia. En el de las féminas, los dirigentes recibieron en la 12/13 más de84.000 euros de subvención a pesar de no estar legalmente reconocidos en la DGD del Gobierno de Canarias. ¿No cree el basketmaníako que al tratarse de dinero de TODOS LOS TINERFEÑOS la exigencia en el uso debe ser la máxima?. Este es el artículo:

EL DEPORTE de la canasta tiene varias piedras en sus zapatillas. Y son tan incómodas que impiden que deportistas, entrenadores, fisios –incluso determinadas empresas– puedan competir en igualdad de condiciones.
La problemática tiene nombres y apellidos, con actores principales que se empeñan en campar a sus anchas, importándoles muy poco las situaciones personales y empresariales que puedan deparar sus lamentables gestiones.
En un tiempo no muy lejano el actor se llamó Tenerife Baloncesto SAD. La mala gestión de sus dirigentes, casi siempre puestos a dedo desde el Cabildo Insular, originó graves quebraderos de cabeza, con cifras en rojo que le llevaron a la desaparición.
Centenares de artículos y cruces de declaraciones con motivo de un Convenio de Convergencia que una parte no quiso cumplir y que llevó a quienes sí hicieron muy bien sus deberes a buscar esos dineros que hicieran posible que esta Islita recuperase su sitio en la Liga ACB. Ahí está el respaldo institucional, primero, y la magnífica respuesta ciudadana, después, cuando para seguir en la élite se hacía necesario formalizar la conversión en SAD.  
Lamentablemente y a pesar de sus declaraciones de intenciones, a día de hoy el Cabildo de Tenerife no ha movido un dedo y los culpables del derroche económico –hablamos de dinero público–disfrutan de sus vacaciones, sin que sus patrimonios, al menos por el momento, corran el menor peligro.
Cuando parecía complicado tropezar por segunda vez en la misma piedra surge el más difícil todavía, con un club, el CB Isla Única Tenerife –nacido de la unión con la bendición del Cabildo y con Melchior y Cristo Pérez de padrinos–, condenado a perder su plaza en la Liga Femenina-2 por no estar legalmente inscrito en el Registro de Entidades Deportivas.
Subvenciones que le son retenidas y, consecuencia de ello –y de la mala gestión– graves problemas con sus deportistas, quienes reclaman impagos de importantes cantidades económicas.
¿A qué espera la corporación insular para tomar medidas y exigir, al menos, la justificación de los más de 80.000 euros que el citado club capitalino recibió del propio Cabildo a pesar de la situación irregular?