«La naranja mecánica», por Cristo Hernández

CRÓNICA AMARILLA

TÍTULO: La naranja mecánica

AUTOR: CRISTO HERNÁNDEZ

 cristo hdez.

El Valencia BC que venció ayer al CB Canarias (105-85) nos recordó a aquella selección de fútbol de los Países Bajos que desarrolló un gran nivel de juego durante la década de los setenta, llegando a disputar dos finales del Mundial (Alemania y Argentina) donde perdió con los anfitriones.

Ayer los taronjas impartieron todo un clinic de cómo se debe jugar en ataque, con un gran equilibrio entre el juego interior y exterior: lanzamientos triples, pick and rolls, asistencias, mates… Demasiado fácil. La defensa aurinegra no pudo hacer nada ante el vendaval de un equipo valenciano que llegó ayer mucho más rodado al enfrentamiento.

Hablábamos en la previa de un posible estrés competitivo que podría haber redundado negativamente en el rendimiento de los valencianos, pero más bien fue el parón liguero el que afectó al equipo de Alejandro Martínez, falto de ritmo en algunas fases del partido.

La escuadra de Velimir Perasovic salió a romper el hechizo de cuatro derrotas seguidas en liga y desde el primer cuarto dejó constancia de su estilo: ataques rápidos buscando siempre las mejores opciones que se vieron respaldadas por un acierto inusitado desde la línea del 6,75 (13/22, 69%) y la coladera en la zona aurinegra, donde ayer no funcionaron las ayudas defensivas. Demasiadas asistencias a los jugadores interiores, demasiados mates (hasta 8) y demasiadas canastas fáciles cerca del tablero, donde Vitor Faverani disfrutó demasiado bailando en el uno contra uno de espaldas al aro.

Los aurinegros aguantaron un cuarto (28-23) y en el segundo dejaron escapar el partido con un parcial de 32-19. En el tercero mantuvieron el tipo (22-18) y vencieron en el cuarto (23-25) gracias, sobre todo, a una racha final desde más allá del 6,75 de Carles Bivia, que no quiso despedirse de la ciudad que lo vio crecer deportivamente sin dejar constancia de lo aprendido.

Ayer los valencianos lograron dominar por fin el rebote defensivo, uno de sus caballos de batalla a lo largo de la temporada, a pesar de que son un equipo muy alto y bien plantado. No obstante, los aurinegros lograron capturar hasta 11 rechaces en el aro rival, lo cual los sitúa entre las mejores plantillas en el rebote ofensivo. A veces colocación y pundonor predominan sobre envergadura y kilos. 

Hasta seis jugadores valencianos lograron anotar más de 12 puntos, lo cual demuestra el potencial de la plantilla valenciana que, tal vez, flaquea un poco en las posiciones de base donde San Miguel y Markovic ceden demasiado la dirección del juego cuando Ribas o Martínez se encuentran en cancha (la mayoría de las veces).

La de ayer era una derrota presumible ante un rival de envergadura, subcampeón de la Copa del Rey vivo en la Eurocup, donde el próximo martes se juega el ser o no ser ante el CEZ Nymburg. Al equipo lagunero le ha faltado ritmo e intensidad en defensa. Bajar más rápido en las transiciones ataque-defensa donde los valencianos pillaron más de una vez a los aurinegros al contrapié. En ataque se ha hecho un partido aceptable con un Levi Rost entonado desde el 6,75 (3/5) y un Blagota Sekulic respondiendo, sobre todo en la primera parte, a las expectativas que de él se tienen en su juego interior.

Esta derrota de ayer debe servir a los aurinegros para coger de nuevo el ritmo de la competición. Según el propio Alejandro Martínez, se ha aprovechado la ocasión para ensayar situaciones de juego. Por otra parte, ha venido bien para que jugadores como Jaime Heras (6 puntos) o Jesús Chagoyen (5 puntos, 4 rebotes) disfruten de minutos y se sientan más importantes. Los vamos a necesitar si continúan con molestias físicas Saúl Blanco y Richi Guillén.

La próxima semana, ante Obradoiro en casa, los aurinegros pueden poner pie y medio lejos de la zona de descenso, un objetivo que se habrá logrado mucho antes de lo previsto. Luego quedarán jornadas para seguir cogiendo experiencia en esta exigente competición de la ACB y quién sabe si este equipo terminará de abrir el tarro de las esencias.

¡VAMOS CANARIAS!