«A las puertas de la victoria», por Cristo Hernández

SECCIÓN: CRÓNICA AMARILLA

TITULAR: A las puertas de la victoria

AUTOR: Cristo Hernández 

Otra  jornada más el CB Canarias se quedó a las puertas de la victoria ante su afición, tras salir derrotado (69-73) ante un Valencia Basket que se vio maniatado durante gran parte de un encuentro que sólo supo resolver en los instantes finales echando mano de la experiencia de sus jugadores más veteranos. Durante varias fases del partido, los aurinegros fueron muy superiores al equipo dirigido por Velimir Perasovic, que tuvo que esperar al minuto 38 de encuentro para ver cómo sus muchachos encauzaban una victoria que pudo ser de los locales de no haber fallado la artillería (tiros cómodos sin oposición) en los instantes finales.

El CB Canarias ha demostrado una jornada más su adaptación a la Liga Endesa y ha vuelto a poner en entredicho el potencial de un equipo (en este caso, el Valencia Basket) que aspira al máximo galardón del baloncesto nacional. Por esta razón, la derrota debe tener un sabor agridulce. El equipo está en la senda adecuada para conseguir el objetivo estipulado antes de que arrancara la competición. La permanencia.

1ºCUARTO: LO MEJORCITO DE LA TEMPORADA.

El CB Canarias no ha podido brindar hoy la primera victoria a su afición (unos 3500 espectadores congregados para la fiesta del baloncesto en el Pabellón Santiago Martín), pero le ha regalado, según nuestra opinión, el mejor cuarto de toda la temporada. Los aurinegros han tenido momentos memorables durante los ocho partidos disputados hasta el momento, como ante el Real Madrid CF o los fabulosos cinco minutos finales ante Cajasol. Pero el juego desplegado hoy durante los primeros diez minutos no fue sólo producto de una inspiración momentánea. Un arrebato de genialidad. No. El quinteto que saltaba hoy al parqué parecía poseído por el espíritu de aquellos jugadores que nos hicieran pasar grandes momentos en nuestra anterior visita a la ACB, hace varias décadas. Durante 10 minutos pudimos asistir a una lección de baloncesto por parte de los pupilos de Alejandro Martínez, los cuales mantuvieron a raya a los valencianos, que a punto estuvieron de retirarse al banquillo en paños menores si no sale en su auxilio la santísima trinidad, que en baloncesto viste de gris, con decisiones muy dudosas a favor del equipo visitante en cuanto los canaristas ya ponían tierra de por medio en el marcador.

El equipo salió concentrado. En defensa, buena colocación de sus jugadores, presionando al contrario en media cancha, mareándolo con la defensa alternativa, que a veces cambiaba a zonal, y obligándolo a realizar malos tiros, que terminaban sin remedio en manos de los aurinegros. En ataque, buen balance entre el juego exterior e interior, comandado por la encomiable dirección de Ricardo Uriz que, después del partidazo realizado en Sevilla, confirmaba con sus asistencias y penetraciones, que es el base que debe guiar al CB Canarias en la consecución de muchos más triunfos de los que figuran ahora mismo en el haber de la tabla clasificatoria.

Los cuatro primeros puntos fueron obra del base pamplonica, que asiste a Donaldson para un alley oop que da la primera ventaja clara en el marcador a los locales (8-2) cuando apenas llevaban transcurridos 3 minutos de juego. Perasovic pide su primer tiempo muerto, pero el CB Canarias continúa con su empecinamiento ofensivo y sitúa un esperanzador 16-4 a falta de cuatro minutos, con los valencianos ya metidos en bonus de faltas.

Las diferencias oscilan en la parte final en torno a los 13 puntos de diferencia. La artillería aurinegra parece bien afinada y las trincheras repelen los ataques toronjas que a falta de dos minutos y medio sólo habían marcado 6 puntos.  La raza y el pundonor de Florence Pietrus es el único argumento en ataque que hasta el momento parece ofrecer el banquillo valenciano.  Justin Doellman, su principal artillero, está desaparecido en combate. Pau Ribas igual. El NBA Quinn no lo hace mejor tras sustituir a Rafa Martínez, que en los instantes previos al partido parecía quejarse de algo que le hace abandonar el calentamiento para marcharse al vestuario en compañía de un asistente. ¡No sé yo! Después regresaría al parqué repuesto como una flor (y ahí están sus estadísticas). El pivot francés anota varias canastas consecutivas en la parte final del parcial que logra contener la avalancha aurinegra, que cuaja en un 23-12 final. En el graderío, la recompensa se antoja exigua para un gran cuarto de los aurinegros.

2ºCUARTO: PÓLVORA MOJADA.

Los valencianos intentan darle la vuelta a la tortilla, pero sólo consiguen acercarse en el marcador al final del primer tiempo (40-34). Algo empieza a cambiar entre las filas toronjas. Perasovic introduce una zona 2-3 para controlar el juego interior de los aurinegros y cerrar los pasillos que conducen a su canasta. Los aurinegros tratan de dar la réplica con el argumento del tiro de larga distancia, pero hoy no iba a ser el día de los francotiradores. Tres triples consecutivos de los aurinegros en sendos ataques tienen como recompensa el rebote visitante. Rafa Martínez empieza a tomar responsabilidades en ataque que se traducen en un parcial 0-8 que coloca a los valencianos a cuatro puntos de diferencia (29-25). Rost, que parece tener su día malo, sólo es capaz de anotar desde el tiro libre.

Jaime Heras entra en sustitución de Rost y, a la tercera, convierte el ensayo desde más allá de los 6,75, el primero del equipo después de una retahíla de infructuosos intentos por parte de todos los especialistas. Los valencianos aprietan y Donaldson, en un momento de furia de esos característicos del pívot de Pittsburg, la monta en la zona rival, capturando rebotes y provocando faltas importantes entre los hombres altos. La diferencia sube de nuevo a siete (34-27) tras una canasta del norteamericano.

A falta de poco más de un minuto, Rafa Martínez mete un nuevo triple que coloca a cuatro puntos de diferencia a los valencianos (36-32). Lishchuk comete la cuarta falta y Dubljevic ya va por tres. Donaldson vuelve a contestar con otra gran canasta de pundonor tras rebote ofensivo. El fin de la primera parte se acerca, se echa de menos la mano de Uriz. Guillen, que sufre más de lo indecible en el cuerpo a cuerpo por la búsqueda de espacios en la zona, certifica el parcial con un 1+1 que conduce a los dos equipos al túnel de vestuarios con un 17-22 favorable a los visitantes.

3º CUARTO: LA NARANJA MECÁNICA.

El descanso sirve de bálsamo para curar las heridas de los valencianos, que saltan al parqué dispuestos a amortizar el precio de su plantilla. Otro Valencia Basket. El de las citas europeas. El que venía con la vitola de favorito. La primera jugada de la segunda parte es una pérdida de balón de Sekulic. Deja vu. En Sevilla perdió dos balones seguidos en este preciso momento del partido. Ante el Gran Canaria, en casa, cometió falta personal en ataque también en los primeros segundos del tercer cuarto. Casualidades del baloncesto. Un deporte donde mandan los pequeños detalles.

Dubljevic se hace con el juego interior en el arranque. Cinco puntos de su puño y muñeca colocan a los valencianos a tres de diferencia (42-39). De montenegrino a montenegrino y tiro porque me toca. Rost comete su tercera falta. Un parcial de 5-0 a favor de los locales elevan la diferencia a ocho (47-39) con triple de Saúl Blanco incluido. Pero San Miguel contesta con un nuevo triple y, momentos después, ocurre la jugada clave del partido: un 3+1 de Rafa Martínez que estanca a los aurinegros en el punto 49. Estatuas de sal. Durante más de cuatro minutos, los pupilos de Alejandro Martínez se cortocircuitan y no son capaces de anotar, ocasión que aprovechan los toronjas para ponerse por delante en el marcador por primera vez en el partido (49-50). Primera y última, porque a partir de este momento no abandonarán el lugar de privilegio en el marcador hasta el final del partido. Blanco rompe el hechizo (51-52) a falta de minuto y medio para la conclusión del parcial. Los bases siguen sin aparecer. La aportación en este segundo cuarto es totalmente nula. Ni Uriz ni Bivia. Al filo del receso, Rost comete la 4ª falta y Fotios Lampropoulos convierte la última canasta en juego que nos mantiene a flote (53-55) con el corazón rememorando Sevilla.

4º CUARTO: UNA DE CAL Y OTRA DE…

Tocó la de arena. Esta vez el grande ganó al chico. No pudimos convertir el parqué en un terrero de lucha. Lo de Sevilla no fue más que un sueño entre cuartos.

El CB Canarias quiere darle la vuelta al marcador, pero el Valencia Basket pega primero. Un Doellman inédito se arranca con triple (53-58). ¡A buenas horas, amigo! Pero los aurinegros reaccionan y vuelven a colocar la diferencia mínima en el marcador (57-58) tras la primera (y única) canasta en juego de Rost. Sin embargo, Rafa Martínez el Empecinado contesta con otro lanzamiento triple a falta de seis minutos (57-61). Tras tiempo muerto de Perasovic, que no entendimos muy bien (algo debió de ver el entrenador valenciano que no le gustó), Sekulic se monta él solito un parcial de 5-0. El CB Canarias vuelve a hacer la goma y coloca de nuevo la diferencia mínima (62-63) con triple incluido del montenegrino (¡qué manía, con lo bien que lo hace por dentro y la buena falta que hace!). Entonces sucede otra de las jugadas claves en plena remontada de los locales: Sekulic roba un balón pero comete una pérdida por dobles cuando ya progresaba hacia canasta. Otro empujoncito de los valencianos aumenta la diferencia a falta de menos de tres minutos (62-67), tras lo cual Alejandro Martínez solicita tiempo muerto. Donaldson entra por Sekulic y provoca una falta que lleva a Dubljevic al banquillo porque ya no le quedan más por hacer. El norteamericano anota los tiros libres, pero en la siguiente jugada de ataque comete falta. Surge, entonces, la veteranía de temporero NBA de Chris Quinn, quien se juega la canasta decisiva a falta de poco más de un minuto. Un triple inmaculado que sentencia prácticamente el encuentro (64-71). Ya queda poco que hacer, salvo aquello de apelar a la heroica. El partido se nos va en una hemorragia de siete puntos que no hace honor a los méritos contraídos por los aurinegros. Pero Nico Richotti, con otro soberbio lanzamiento desde campo propio (propongo a la ACB que su valor sea de cuatro puntos), acorta distancias dejando el marcador en el 69-73 final. Un dulce colofón para una agria derrota. Prefiero el Chop Suey de pollo.

En el apartado estadístico, hoy ha brillado con luz propia Jakeem Donaldson: 13 puntos y 10 rebotes para 19 de valoración. Es una lástima que el norteamericano no tuviera más ayuda bajo las dos canastas. El resto de los pívots aurinegros capturaron apenas dos rebotes cada uno. Por ahí se nos ha ido el partido en momentos puntuales. Conmueve ver a Jakeem peleándose él solito por el rebote de ataque mientras el resto del equipo observa desde el perímetro. Hay que cargar más el rebote. ¡Todos somos Jakeem! Ese debe ser el lema en defensa. Nos están cogiendo demasiados rebotes en ataque. Hay que sacar más los codos y poner más el culo para cerrar los rechaces del aro. El rebote es muy importante en este juego. El rebote es un valor siempre en alza en este mercado de jugadores altos. Sólo que la del rebote tiene que ser una labor desinteresada, sacrificada y perra, y algunos persiguen el interés de meter canastas.

Blagota Sekulic (11 puntos) ha respondido en determinadas fases del partido tomando la iniciativa. El montenegrino debe pisar más la pintura y jugarse las lentejas (o las castañas, que ahora estamos en época de eso) más cerca del aro. A este equipo no le sobran hombres altos que vayan al rebote. Nuestro juego interior, sin embargo, ha sido hoy superior al de los valencianos en cuanto a la aportación ofensiva. Nos ha mantenido en el partido a pesar de los malos porcentajes de nuestros tiradores (20% en triples).

Ricardo Uriz (10 puntos, 5 asistencias, 19 de valoración) estuvo un rato pero luego se fue. El base aurinegro sólo cotizó en el primer cuarto. El resto del partido se dedicó a pasar el balón de campo, maniatado por la defensa zonal de los valencianos y por el acoso de Rodrigo San Miguel (13 puntos) que hoy ganó la batalla de la dirección, muy incisivo en el ataque, penetrando y buscando situaciones en las que desbordar a la defensa aurinegra, y preocupado por el rebote largo (8 rechaces).

La gran decepción vino hoy del perímetro. Un partido de muñecas desajustadas. A pesar de que muchas situaciones de tiro eran francas para que se materializaran en canastas. Tiros cómodos. Levi Rost (8 puntos, 3 rebotes) no hizo honor a los galones que luce por ser uno de los mejores lanzadores del campeonato desde más allá del 6,75. Sólo una canasta de dos en juego, de ocho intentos totales. El resto, tiros libres. Hoy ha jugado varias situaciones de uno contra uno, aprovechando la diferencia de altura con sus defensores, pero la mayoría de las veces se topó con la ayuda de los hombres altos levantinos y levantiscos (por la leña que dieron).

Saúl Blanco (7 puntos, 3 rebotes) fue hoy el otro Saúl. El Saúl intermitente. Mr. Hyde. Le ganó la partida Rafa Martínez (17 puntos), alma mater de este Valencia que sigue a la caza y captura del liderato tras la victoria de hoy.

En resumen, buen partido del CB Canarias que le ha plantado cara al Valencia Basket durante todo el partido. En la primera parte, dominando en el marcador. En la segunda parte, después de ponerse por delante los valencianos, manteniendo las distancias para solo ceder en el epílogo ante la sobriedad y veteranía de los visitantes. Otra vez volvieron a jugar un papel decisivo los pequeños detalles, como las pérdidas de balón, en momentos claves del partido. En los juegos de azar lo llaman suerte. A poco que la varianza se ponga de nuestra parte, volveremos a ser uno de los equipos que cortan el bacalao. Pero eso es mucho soñar por ahora. Este curso hay que conservar la categoría. El próximo sábado toca de nuevo en casa. Un partido de nuestra liga.

¡VAMOS CANARIAS!

CRISTO HERNÁNDEZ