ACB: El Gipuzkoa tiene una deuda de 2,8 millones de euros

.

El Gipuzkoa Basket, a la espera de un patrocinador, confía en poder estar a la altura de la competición ACB en el plano económico tras su admisión este jueves para la disputa de la próxima liga en la máxima categoría del baloncesto nacional, dos años después de su último descenso.

El conjunto guipuzcoano se ha convertido en un club ascensor y en poco más de una década ha tenido tres descensos, aunque uno de ellos no llegara a consumarse por la imposibilidad de los conjuntos LEB Oro en aquel momento de cumplir la draconianas condiciones económicas de la patronal del basket nacional.

Ahora, precisamente tras relajarse dichas condiciones, el Gipuzkoa Basket no ha querido dejar escapar uno de los últimos trenes para instalarse en la élite que pasaba por San Sebastián y, principalmente con ayuda institucional, se ve capaz de competir dignamente.

La Diputación Foral de Gipuzkoa, poderosa institución que recauda los impuestos en el territorio guipuzcoano, ha dado un paso al frente y ha incrementado su aportación hasta los 700.000 euros, todo un salvavidas para el club que preside Nekane Arzallus que cuenta también con una importante ayuda municipal que supera los 200.000.

El club cuenta también con otra suerte de ingresos, como son los televisivos por parte de la plataforma que ostenta los derechos, y un club de empresas que podría dejar también una cantidad que oscila entre los 200.000 y los 300.000 euros.

Otra de las patas del banco de financiación en el que cimenta su futuro el Gipuzkoa Basket es su masa social, muy amplia cuando se produjo su primer ascenso en 2006 pero que ha ido menguando hasta menos de 2.000 socios en LEB Oro.

Lejos quedan los tiempos en los que los de Donostia eran la afición más numerosa de la ACB (8.000) y la segunda cancha con mayor presencia de aficionados de toda la categoría, porque la incapacidad para luchar por objetivos ilusionantes hizo que año a año un sector importante de sus seguidores dejara de apoyar al equipo.

La presidenta Arzallus estaría contenta, según dijo en su última comparecencia pública, con sumar por encima de los 3.000 abonados, lo que permitiría incrementar su presupuesto por encima de otros 400.000 euros.

El club vasco, de momento, tiene mimbres suficientes para pelear con dignidad en la ACB aunque estará condicionado por el pago de los 400.000 euros anual durante cuatro temporadas en concepto de participación y, sobre todo, disminuir una deuda cifrada a día de hoy en los 2,8 millones, la principal espada de Damocles que pende sobre el GBC.