Santa Cruz de Tenerife se ha convertido en una víctima más del imparable fenómeno del alquiler vacacional. Víctima, por el vacío legal que aún existe en cuanto a la regulación de esta actividad y porque el incremento de la oferta de este tipo de alojamiento en el municipio chicharrero ha disparado los precios del alquiler residencial. A los pisos que se ponen a disposición de los visitantes en cualquier comunidad de vecinos y barrio de la capital, se suman las ocurrencias de algunos propietarios. Es el caso, por ejemplo, de las tiendas de campaña instaladas en la azotea de un edificio de la calle Castellón de la Plana, en La Salle, que se ofrecen a unos 12 euros la noche y que traen de cabeza al resto de vecinos de este inmueble y aledaños.