El plátano de Canarias se diferencia de las bananas de otros países por su sabor y su textura, dos elementos que vienen dados por una forma única de producir esta fruta, reconocida en la Unión Europea (UE) como indicación geográfica protegida (IGP).

El plátano canario, de la variedad Cavendish, tiene forma alargada y algo curvada, además de una pulpa de color blanco y una piel lisa amarilla, con sus característicos puntos negros, que se desprende con facilidad.

Su sabor es más dulce, su textura resulta menos harinosa y el tamaño es menor que la banana procedente de zonas tropicales por los diferentes tiempos de maduración y puntos de corte.