Gonzalo Montoya, el preso resucitado, ya está en su casa del Postigo Bajo de Oviedo tras salir de la prisión de Asturias poco antes de las diez de la mañana. Montoya se abrazó a su mujer, Katia, y a sus padres, María Covadonga y José Carlos, y expresó su propósito de aquí en adelante: "Quiero empezar una nueva vida con la mujer y los guajes. Voy a buscar un trabajo, que es lo que me queda, para no volver a la cárcel. Me alegro de haber dejado atrás aquel pozo y poder contarlo".