Antonio Cobos, bombero de Málaga, formó parte del operativo que rescató a Julen. Nos cuenta el momento en el que logran sacar al pequeño de lo más profundo: “Allí no se escuchó una voz cuando subió la cápsula y el sentimiento más grande fue el de pena“. Pedro Luque, su compañero, también estuvo en el cerro, encargado del equipo de ventilación para los mineros. “Trabajábamos con la idea de que el niño estaba vivo para cometer menos errores y estar más concentrado”.