Imaginamos a Jesús de Nazaret delgado, de piel clara, pelo liso, ojos pequeños... Así lo ha representado la pintura, la escultura, la imagineria. Pero nada más lejos de la realidad, o al menos eso afirma Richard Neave, un artista forense que se dedica a hacer reconstrucciones históricas, que acaba de hacer la de Jesucristo, que según él no se corresponde a las representaciones tradicionales. Su recreación se ha hecho usando cráneos del norte de Israel, de la época de Jesús.