Lo de salud, dinero y amor ya está pasado de moda. Se necesita mucho más para sonreír de felicidad. Sobre todo en una España en crisis, donde ser feliz cuesta lo suyo. Nos echamos a llorar en la cola del paro. Nos angustiamos con salarios insuficientes. Temblamos cuando llegan las facturas. Imposible sacar tiempo para nosotros mismos. Y así llegamos a la triste nota de 6,9. El puesto 24 de 29 países. Una España insatisfecha.