Un animalista graba como salen los participantes de esta polémica tradición que consiste en capturar a los 50 patos que han lanzado desde una embarcación. De repente, cogiendo el animal por las patas una participante le asesta un golpe. Aunque no se aprecia el pato golpea la cabeza del activista que termina, incluso, mareado. Ella sale del agua con el animal entre sus manos.