A 54 metros de altura. Así reclama Francisco Javier una vivienda digna. Nos lo cuenta él mismo desde su improvisado pedestal reivindicativo: vive con su mujer y sus dos hijas en una casa que les cuesta 300 euros al mes. Una casa, según ellos, con ratas y goteras. En enero se quedan sin sus únicos ingresos, 426 euros que cobra ella como subsidio.