Los miembros de la banda Los Ángeles del Infierno detenidos en Mallorca la pasada semana tenían instalado su cuartel general en la isla española para operar en toda Europa. La organización criminal, que corrompía a policías, secuestraba y extorsionaba para mantener sus actividades ilícitas, tenían encerradas en jaulas para perros a las mujeres que explotaban en el negocio de la prostitución, según los actos judiciales.