Francia está conmocionada. La muerte del joven estudiante de ciencias políticias y activista de izquierdas, Clement Meric, ha sido el último mazazo asestado a una sociedad en tensión por la recesión económica y el aumento del paro. Por si el descontento fuera poco, las masivas manifestaciones a favor y en contra de la ley del matrimonio homosexual, aprobado recientemente en Francia, han envalentonado a los grupos de ultraderecha que han multiplicado los actos de violencia no sólo en París. En las últimas horas también en Lyon, Toulouse y Poitiers. Desde el Frente Nacional niegan la responsabilidad de sus seguidores en la muerte de Clement.