El color verde del día de San Patricio ha teñido todo el planeta. Y ha llegado hasta el río de Chicago, que ha vuelto a colorear sus aguas tras más de cinco décadas haciéndolo. Pero no es la única imagen que nos deja la celebración de la fiesta nacional de la república de Irlanda. En Nueva York ni el frío ni la nieve han dejado en casa a miles de irlandeses, que ataviados con sus trajes típicos han desfilado por las calles de la ciudad. Y desde la Catedral de San Patricio ofrecían un sonoro homenaje con gaitas a uno de los santos más populares del mundo.